BATALLA 2

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No deberían de hacer una Regla para los anormales como yo, sino para permitirnos a las mujeres faltar a clases o al trabajo cuando estemos reglando.
Era lo que le habría dicho a mi madre de haberme acordado que al día siguiente tenía que ir a la escuela.

Las mujeres no la tenemos tan fácil y eso que, al igual que los hombres, también pasamos por la etapa de la evolución. Siempre hay algo que nos impide explotar nuestras capacidades al máximo. En conclusión: los productos femeninos están cada vez más caros y las personas de la clase baja no podemos darnos ciertos lujos.

¿Qué haré el día que me falte mi madre? Me pregunté retóricamente a medida que bajaba mis calzones y me sentaba en la taza del baño.

De la bolsa de mandado que usaba como imitación barata de mochila, extraje una toalla sanitaria. Colocándomela en la desnuda pierna comencé a retirar el plástico que la envolvía; pasé la toalla recién extraída a mi otra pierna y me dispuse a deshacerme de la toalla utilizada.

—Lo que sigo sin entender, es el porqué debemos compartir nuestra escuela con la plebe.

—Ugh, lo sé. No tienen modales. Mira nada más la peste que dejan por donde quiera que pasan.

Lo que me faltaba: el dúo de la papa caliente en el hocico. Resoplando me apresuré a terminar mis deberes.

—O sea, puedo soportar que la plebe y nosotros compartamos espacio pero, ¿por qué siquiera aceptan a estúpidas anormales como la MC esa?

¿Qué? ¡¿Cómo putas me dijo?!

—Lo sé, befie, lo sé. Ni siquiera yo, con mi alto coeficiente intelectual, lo entiendo.

Te voy a dar algo que sí entiendas, maldita fresa de campo...

Levantando mi pie con sumo cuidado, llevé la punta de mi bota a la manija para bajarle al baño. Abrí la puerta del cubículo y salí disparada a pasos agigantados.

—Gweenie, ¿no te he dicho que hay que checar los lugares en los que hablamos para evitar decir algo inconveniente delante de una mosca muerta? —La cara de huevo le preguntó a su amiga y de paso me dedicó una mirada de desaprobación.

—Wow, Humpty Dumpty, esa fue una pregunta demasiado larga para las tres neuronas de tu amiga, ¿no crees? —Me burlé dándoles la espalda.

—¡Te dije que dejaras de llamarme así! —No hacía falta que me girara para darme cuenta de que el blanco de su piel cambió a un preocupante rojo; siempre me pregunté cómo sería hacerla enojar tanto que explotara de la forma en la que aplastan los jitomates para hacer puré de tomate.

—Bueno, yo ya te dije miles de veces cómo me llamo y... no entiendes. —Me giré completamente para enfrentarlas; llevando mi mano a la mejilla izquierda de Humpty Dumpty, dándole una bofetada, le pegué mi toalla femenina utilizada.

—¿Q-qué? ¿Qué m-me hiciste? —Como ya no estaban contemplando sus horribles caras en los espejos sanitarios, no había manera de que se diera cuenta de cómo le acababa de adornar la cara.

—E-es.. oh por... Veronica, es una toalla femenina y.. qué asco... ¡qué asco! —Si Gweenie Poh sigue moviendo los brazos de esa manera no me sorprendería si de la nada comenzara a elevarse.

—Eso te enseñará algo, Humpty Dumpty... —Con mi mano limpia, tomé mi bolsa y salí del baño con una sonrisa triunfante.

—¡Agh, maldita pueblerina anormal! —Claramente sentí el cambio de gravedad a mi alrededor pero no me importó. Sé bien que no es nada inteligente sacar de sus casillas a un Gravitas pero... bueno, ella se lo buscó.

Mystic Imperial: Ascending Battle [MM UTOPIC AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora