Si soy exacta me quedan tres horas y media para dejar de pertenecer al Distrito 3 de la Policía de Chicago y para colmo tenemos que ir todos los empleados para ser asignados a otros distritos ya que la nuestra va a ser derribada por el mal estado del edificio. Encima de que prácticamente vamos a ser subastados he tenido que comprarme un vestido arreglado para dar una buena impresión a los jefes de los departamentos y la verdad es que no tengo ni la más mínima intención de quedarme con él, por eso no pienso quitarle la etiqueta. Quedármelo sería aceptar que estoy a favor de que me separen de mis compañeros y no lo estoy, me gustaría seguir trabajando con ellos aunque fuera limpiando los baños.
- ¿Tienes la invitación?
- ¿A la de nuestra ejecución? -pregunto sarcásticamente- La tengo en el bolso.
Dejé el 21 seis meses antes de recibir una carta del distrito 3 solicitando agentes para patrullar las calles del barrio. Necesitaba salir de allí pero la oferta de Peter no era la mejor para hacerlo porque todos pensarían que me marchaba a la competencia ya que Hank y él no se llevan nada bien. No sé lo que pasó entre ellos pero no quería ser otro de los motivos por el cuál ellos se pelean todo el rato, si tienen problemas entre ellos es mejor no añadir leña al fuego.
- Miremos por el lado bueno...-habla Andy mientras conduce; los demás lo miramos para saber su respuesta- Ahora no se me ocurre ninguna pero seguro que hay una.
- No se te ocurre nada porque no hay ninguna parte buena. -discrepo- Vamos a ser los tontos que se van a quedar sin trabajo si no deciden ayudarnos y nos sentiremos así de imbéciles cuando veamos nuestras caras puestas en una pantalla gigante.
Creo que sentirme patética en ese momento va a ser poco. No he estudiado muchísimo en la academia para acabar así, eso sin recordar todo lo negativo que he pasado allí. Si no me hubiera enamorado de Antonio podría haber seguido en Inteligencia, podría haber demostrado más de mí y sobre todo podría haber intentado que Hank cambiara de opinión sobre sus normas en vez de irme de la unidad al ver que Laura estaba en el hospital aquella tarde con mí entonces novio.
Entregamos las invitaciones a uno de los dos guardias de seguridad parados en la entrada y al ver que nuestros nombres coinciden con su lista nos devuelven la tarjeta y nos dejan pasar. Está en pleno centro de la ciudad, debe de ser un salón de conferencias o algo parecido porque hay capacidad para mucha gente.
- Vamos al baño. -les informa a los chicos- Ahora volvemos.
Spencer me coge del brazo antes de que pueda negarme a acompañarla. Seguramente se va a maquillar para ver si hay algún chico guapo que merezca la pena y así poderle engatusar para dentro de unos años casarse con él. Tiene cerca de los treinta años, una niña pequeña de cinco y muchas ganas de encontrar pareja. Los chicos le han presentado a sus amigos y familiares más cercanos pero todo el mundo acababa diciendo que ella no es de su estilo pero lo entiendo, Spencer tiene un carácter demasiado peculiar para entenderlo en la primera cita.
- ¿Camila? -pregunta sorprendida al verme entrar; me quedo inmóvil al verla- ¡Cuánto tiempo!
No me imaginaba encontrármela aquí, al menos no un día tan señalado como hoy. Esta noche tendría que encontrarse en el Molly's como lo hacíamos siempre, con todos los integrantes de la unidad y con los demás conocidos pero no aquí. Lo peor es que si Erin se encuentra aquí lo más probables es que más de uno también se encuentre afuera en el salón.
- ¡Hola! -saludo- ¿Qué haces aquí?
Mi actual compañera se coloca al lado de mi antigua compañera para arreglarse delante del espejo. No me va a preguntar nada que no quiera decirle, ella es reservada y lo mismo espera a veces de mí.
- Algunos del equipo hemos venido con Hank y el jefe del departamento. -responde- ¿Y tú?
- Soy una de las ejecutadas, digo de las subastadas. -sigue mirándome extrañada- Del Distrito 3.
- Ah, lo siento. -dice al entenderme- ¿Vas a saludar a los demás? Te han echado de menos, sobre todo uno en particular.
Ahí está el dardo envenenado. Sé que no lo hace con mala intención pero no sé a que viene ese comentario sobre Antonio. Me creo plenamente que me han echado de menos porque yo también a ellos, lo que no entiendo es por qué ella lo sabe. Debe de haberlo contado Adam o Gaby porque no creo que Antonio haya sido capaz de hacerlo.
- Iré a veros, no sé en qué momento, pero lo haré.
Se despide de mí antes de marcharse del baño y me quedo parada al lado de mi amiga mientras me miro al espejo. Recoloco el vestido para que no se me vea nada, vuelvo a pintarme los labios y me lavo las manos sin decir ni una sola palabra.
- ¿Por qué todo el mundo te quiere? -pregunta enfadada- A mí nadie me quiere así.
- Yo te quiero mucho, más de lo que crees. -le respondo- Aunque me robes los vestidos sin estrenar.
- ¡Pero este vestido rojo es tan bonito..! -dice mirándome- No querías ponértelo así que ahora no me riñas por habérmelo puesto, además el que llevas puesto me hace la competencia.
Salimos al escuchar el himno que siempre ponen en una ceremonia así. Está el Alcalde Rahm Emanuel y sus subordinados para dar un ambiente más comunitario a la gala pero en verdad de lo único que tiene ganas ese hombre es de estar en su casa tranquilamente y no aquí. Se encuentran todos en pie mientras que cantan el himno de forma unida en cambio nosotras nos encontramos buscando nuestra mesa sin llamar mucha la atención. Parece que Spencer la encuentra antes que yo porque me obliga a caminar detrás de ella, cuando veo que pasamos entre dos mesas levanto la cabeza del suelo y me encuentro con la mesa del 21, para ser más específica con la cara de Antonio. Parece no darse cuenta de que unos brazos de mujer le rodean cariñosamente por la parte de atrás de su espalda porque no mueve ni un pelo mientras que paso por su lado. No sé si es Laura u otra pero si se ha reconciliado con la madre de sus hijos me alegro, seguro que Eva y su hermano pequeño están muy contentos.
ESTÁS LEYENDO
De Vuelta Al Distrito 21
FanfictionUn año después todo ha cambiado. Camila ya es un poco más mayor y por lo tanto debe de ser una persona más responsable, o al menos, eso deberían de pensar todas las personas que no la conocen. Las que sí, saben que ninguna persona de diecisiete años...