Capítulo 4

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- Ponte cómoda. -dice al entrar los dos en su piso- ¿Una cerveza?

- Vale.

Me quito los tacones nada más sentarme en el sofá. Estos tacones de aguja me están matando y eso que solamente llevo pocas horas con ellos puestos. No pensé que seguiría viviendo en el mismo piso porque debe de ser raro vivir muchos años con ella y ahora no verla en ninguna parte. Hasta a mí me cuesta cada vez que veo a una chica rubia con los ojos claros, se me parece tanto a Shay que creo que es ella.

- Toma. -me da una cerveza y se sienta a mi lado- ¿Seguro que estarás bien mañana por la noche en tu casa?

- Si, además no voy a tardar en marcharme a otra cuando elija el distrito nuevo. Espera, ¿y si nadie me quiere?¿Y si piensan que no soy adecuada?

- Entonces iré comisaría por comisaría intentando convencerles de que eres la mejor pero yo antes de ponerme en lo peor miraría el móvil por si alguno de tus compañeros te ha puesto algún mensaje.

Hago eso mismo. Busco el móvil dentro del bolso y entro en WhatsApp. Como no, Kelly tiene razón y tengo dos mensajes de Spencer. Deben de ser de después de haberme marchado justo cuando me iba a tocar salir en la pantalla.

- Joder... -digo al ver mis distritos- Míralos.

Le paso el móvil para que pueda verlo por si mismo, no pensaba que después de un año iba a tener una oferta de ellos y no sé por qué, pero me gustaría saberlo

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Le paso el móvil para que pueda verlo por si mismo, no pensaba que después de un año iba a tener una oferta de ellos y no sé por qué, pero me gustaría saberlo. Tengo la conciencia tranquila porque sé que todo lo que hice allí fue siempre con la mejor intención, también sé que pude haberlo hecho todo de otra manera pero si te guías por el corazón nada puede salir mal.

- Vaya, no está mal. -comenta sorprendido- Mira, el doce y el veinte están al norte de la ciudad, el diecisiete va a tardar poco en cerrarse porque no está en las mejores condiciones y el veintiuno ya te lo conoces demasiado bien. ¿Qué vas a hacer?

- No tengo ni la más remota idea, ¿tú qué harías?

- Yo volvería a donde empezó todo, no tendría nada que perder. Camila, aquí tienes a gente que te quiere y que te apoya en todo, ¿por qué te vas a ir otra vez a otro sitio? Después de lo que te pasó con Antonio es normal que te quisieras marchar pero ya ha pasado un año de eso, las cosas han cambiado para los dos y mereces una segunda oportunidad en el veintiuno.

- Lo pensaré. -sentencio mientras termino de beber- Necesito que me dejes algo de ropa para dormir.

- Vale, te buscaré una camiseta y un pantalón corto, en mi habitación hace mucha calor. -niego- Duerme tú en mi cama y yo me iré al sofá, para una vez que vienes no quiero que estés incómoda durmiendo ahí.

No, es que no. ¿Por qué va a dormir en el sofá cuando está en su casa? A mí no me importa dormir en el salón ya que no sé si me voy a ir más temprano que él. Mañana tengo que hacer bastantes cosas que me han surgido de imprevisto, como ir a poner la denuncia de robo y recoger la solicitud entre otras, no me gustaría despertarle cuando mañana tiene que trabajar.

- De eso nada. -niego rotundamente- Yo he sido la que te ha pedido venirme a tu casa esta noche así que prefieres que yo me vaya al sofá o tú venirte conmigo a la cama.

Los dos sabemos que la habitación de Shay está libre pero ninguno de los dos se atreve a decirlo. La realidad no es que no me atreva, es que no quiero recordarla más esta noche. Es duro perder a alguien que quieres y eso nos pasa a todos los que la conocíamos.

- ¿Estás segura?

- Anda, vamos a la cama.

Le sigo mientras que vamos a su habitación. Siempre que he estado aquí no he pasado de la planta baja porque no tenía nada que hacer en las habitaciones. Conozco a la perfección la primera parte de la casa pero la segunda no tengo ni idea de como es, quizás la haya visto por unas videollamadas pero nada más.

Definitivamente creo que Kelly está mejor en pijama que vestido de calle pero cuando se pone el traje de bombero está tremendo. Ahora mismo lleva puesto un pantalón corto gris y una camiseta sin mangas como las de baloncesto, dejando ver sus brazos fuertes. Lo que me hace gracia es mi pijama, una camiseta blanca que me llega por la mitad del muslo y un pantalón corto de correr gris que no se me ven por el largo de la camiseta. Nos encontramos los dos tumbados boca arriba en la cama, él con sus manos detrás de la cabeza y yo con las mías sobre mi estómago. Está a punto de explotarme por culpa de tanta comida, no tuve que haber comido tanto.

- ¿Has pensado en cambiar de casa? -pregunto apoyando la cabeza en su pecho- ¿No crees que esto se te queda grande para ti solo?

- No me gustan las mudanzas y menos hacerlas solo. Además, ¿con quién comparto piso? Esto era de Shay y ahora de su familia, me han dicho que me quede todo el tiempo que quiera.

- ¿Y Ottis?¿Cruz?

- Los dos son buena gente pero somos diferentes, no creo que duremos más de dos meses viviendo juntos. -responde- No me has contado casi nada de la gala, ¿algo interesante?

- ¿Más interesante qué ver a mi ex después de un año sin saber de él? -pregunto irónicamente- La cara que ha puesto al verme no sé como definirla todavía, quizás de sorpresa y un poco de miedo pero no sabes lo mucho que deseaba no existir en ese momento. Es un pensamiento mío pero creo que Antonio y yo tenemos muchas conversaciones aún pendientes, él necesita respuestas y yo tengo preguntas sin resolver.

Suspira.

- Pues duerme, lo vas a necesitar.

De Vuelta Al Distrito 21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora