Perdida

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¿Cuántas personas hemos lastimando por no medir nuestras acciones?  Vamos muchas veces por la vida rompiendo corazones porque no somos lo suficientemente buenos como para captar que lo que hacemos esta mal, por puro morbo, le restamos importancia a las emociones de los demás porque no son nuestras. ¿A cuántos hemos hecho llorar hasta altas horas de la madrugada?. Sus lágrimas bajando por sus mejillas y mojando la almohada de su cama preguntando a todas partes porque estuvimos en sus vidas, pero, ¿A cuántas personas hemos hecho los más felices de la tierra? Vinimos al mundo sin un manual de instrucciones que nos diga que hacer y qué no, ese es el chiste de todo esto. vamos a caer muchas veces y así también podremos arrastrar a otras personas, pero no podemos hacerlo, seria egoísta arrastrar a las llamas de nuestro infierno a quien nos dio su mejor cielo aunque, eso somos, a veces el ángel y a veces el demonio. ¿Quien eres tu? . 

Mi vida se resume a eso, no saber si soy la buena o la mala, si soy una oveja en medio de una manada de lobos o un lobo en medio de una manda de ovejas, hago y digo cosas que nunca he imaginado poder hacer y después viene la culpa seguida de una voz que me dice que hice todo mal, pero luego, otra voz me dice que lo hice para lograr una felicidad efímera y muchas veces eso me tiene en una incertidumbre constante que roba mis noches,mis sonrisas, mi brillo, mi energía y hasta mi propia vitalidad . Sabia que no podía complacer a todos con las decisiones que tome porque cuando fui alguien buena que hizo todo para los demás se aprovecharon de la inocencia que desprendía, no puedo decir que fui la joven mas perfecta del planeta pero me esforzaba mucho en serlo y nadie supo verlo hasta ahora, cuando nació alguien nuevo que surgió para proteger a aquella niña rota, a aquella niña solitaria que no sentía confianza en nadie ,sin embargo ,siento a las dos dentro de mi, la buena que se asemeja a la bondad en carne propia y la mala que podría ser el mismo diablo en persona, quizá y en mi caso sea el ángel y el demonio. ¿ podre equilibrar eso?

Y más que todo. ¿Podría equilibrar eso cerca de Julian? 

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Me sentí como una idiota después de decir esas palabras.

¿Que me ocurría?

Tenía ganas de estrellar mi puño contra la pared, tenía tanta rabia que recorría desde los dedos de mis pies hasta la punta de mi cabeza, tenia la garganta seca y el corazón acelerado por la adrenalina que atravesaba mi cuerpo.

Maldito Julián, mil veces maldito.

Y también Nate que no hacia más que confundir mi mente, desde aquella fiesta todo se ha complicado un poco. O bueno, lo suficiente como para querer perder la cordura.

- Hazlo- repetí en un tono burlón, acercando mi rostro lo suficiente como para que viera lo mucho que lo mandaba al carajo- y te dejare sin hijos.

Lo empuje de forma brusca y me baje como alma que lleva el diablo.

- Solo era broma - dice este con gesto divertido - jamás querría besarte. Sin Ofender.

¿De verdad? ¡CARAJO! Acabó de herir mi ego.

Oh mi pobre ego.

Siento como dice sus últimas palabras.

Vengame...

- ¿como te atreves a decir esas cosas? ¿Acaso fuiste educado por monos?

Cruzo mis brazos y lo miro de forma desafiante, definitivamente tengo que darle una patada en su miembro, quizá así y aprenda a mantener la puta boca cerrada.

- Calma tigre- levanta los brazos - solo digo que no eres mi tipo,creí que ya lo sabias.

- Tú tampoco eres mi tipo cariño - sonrió y mis ojos se clavan en el - y si lo fueras, preferiría quedarme sola por el resto de mis días.

Guardó las cosas que había necesitado para intentar curar ese demacrado rostro, con mucho cuidado pongo la caja en donde Alba esconde sus medicinas, o su droga. Como le quieran llamar.

-Yo tengo que ir a mi casa - digo y sin más empiezo a caminar hacia la salida.

El solo asiente y me da las gracias mientras cruzo el lumbral de la puerta.

Las calles estaban desoladas como si las personas está noche se hubieran puesto de acuerdo para quedarse viendo alguna serie en Netflix o charlando entre sí durante horas, Disfrutando de la compañía del otro mientras que yo tenía que disfrutar de la soledad.

Bendita soledad...

Mis pies se mueven a un compás despacio, no tengo necesidad de llegar a una casa a la que ni siquiera la tomo como hogar, extraño tanto los buenos tiempos y más que todo extraño a quien era antes de todo este problema.

Mi hermano...

Sonrió al pensar que ya despertó, no he podido verlo pero se que pronto lo haré, tengo un poco de miedo.

Bueno.

Estoy que me cago del miedo.

Me importa mucho saber acerca de su estado, he leído que después de despertar de un coma no siempre es para bien, estar tanto tiempo en una puta camilla y conectado a un sin fin de cables no es algo maravilloso, puede dejar secuelas y eso es a lo que más le tengo miedo.

Cierro mis ojos ante los malos pensamientos que surcan mi mente y hago lo de siempre. Bloqueo cualquier emoción.

No tardo mucho en llegar a casa y escuchar los gritos de mamá y papá, así que me detengo en la entrada de esta.

-¿A caso no puedes hacer nada bien? - la voz de papá muestra la furia de un león.

- ¿ Acaso tú no puedes ser un buen padre? - mamá solloza pero no siento pena por ella.

Estoy apunto de meter la llave en la cerradura de la puerta pero algo capta mi atención.

-¡ Deja de ser hipócrita Victoria! - escucho como la voz del hombre que una vez fue mi héroe se quiebra - ¡Sabes que Caroline no es mi hija!

Me detengo en seco al escuchar esas palabras, mis dedos tiemblan y mi corazón parece querer salir de mi caja toráxica.

Esto es mentira, esto no puede estar pasando.

Mi alma cae directamente al infierno y esta vez no estoy segura de querer salvarla y mucho menos que alguien lo intente.

El sudor cubre mi frente y espalda, el frío que ahora siento no se puede comparar con nada en el mundo.

- por favor - pide mamá (si es que lo es) - eso fue parte del pasado y de mis equivocaciones- empieza a llorar como nunca antes y pierde el control de todo.

– Eso ocurrió hace muchos años, tú eres su padre, tú la viste crecer, ella te ama como nada en el mundo –

– No hagas esto Victoria, fuiste una zorra.

Ella llora y se que papá (o él) , también lo hace.

Tal vez debí pensar mucho si debía entrar o no, pero ahora que estoy dentro y observó sus rostros llenos de sorpresa y dolor. se que necesito respuestas.

— ¡Dime que todo esto es una puta farsa! - grito con todo el dolor que había estado guardando - ¡Dime que miente! - apunto al hombre al que por años me atreví a llamar papá - ¡Dí que el sí es mi papá! - rompo en llanto y caigo al suelo de rodillas.

Hace horas había prometido no volver a llorar, pero ahora no puedo evitar desmoronar me en miles y miles de pedazos.

Victoria dice las palabras que jamás pensé saldrían de su boca.

— Lo siento cariño - dice con lágrimas recorriendo su rostro - Yo hace años engañe a tú padre y eres el fruto de eso. Su único hijo es Scott- pensé que ya no quedaban pedazos de mi corazón que se pudieran romper, pero como siempre me equivoque - Scott es tu medio hermano

Desde el fondo de mi corazón espero puedan disfrutar esta historia. saludos <3 

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