Esto es raro

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Paz... eso era lo que sentía en estos momentos.

La vida te da pequeños momentos de felicidad,  que ni todo el dinero del mundo puede comprar. He pasado noches enteras llorando y maldiciendo al mundo, no había reído de verdad en mucho tiempo y ahora al ver las hojas caer lentamente hasta tocar el suelo, me siento completa.

Después de no haber salido durante el día de ayer, me dispuse a cambiar de aire, quería sentir la brisa recorrer mi cuerpo, y al sol calentar mi rostro. pero cuando llegue al parque, unas nubes cubrían el cielo, y la brisa era muy tosca, haciendo que el ambiente se formará oscuro y vacío.

¡Hasta el clima combina con mi vida!

Pero al tomar asiento en una banca, las ideas empezaron a tornarse más claras, observar el paisaje me hizo entender algo.

Lo se, bendita banca .

No quiero que en un futuro, mire hacía atrás y me de cuenta que no he echo nada por vivir mi vida, no quiero saber que fui parte del montón y no hice nada por cambiarlo. Quiero correr el riesgo de equivocarme, y entender de que valió la pena hacerlo, porque gracias a eso, aprendí a ser mejor.

Me levanto rápidamente y con paso seguro me dirijo a casa, necesito hablar con mi madre y llegar a un acuerdo, ya que si seguíamos por esta dirección las cosas se iban a tornar un poco feas.

Camino un par de cuadras y mis pulmones necesitan aire.

¡Estoy muy débil! 

Hace mucho que no hago una actividad física, mi cuerpo debería estar rodando en estos momentos por la falta de ejercicio y por que he ingerido más comida chatarra en este año que en toda mi vida.

Después de unos minutos de quejarme y haber pisado popo de perro ,miro mi casa a lo lejos y me apresuro para llegar a ella.

Toc toc toc.

¿Acaso mi mama no está en casa ? ¿será que está en el baño? .

Y antes de que mis nudillos hagan contacto con la puerta, esta se abre...

-Hija, no me había dado cuenta de que estabas fuera - afirma con el ceño fruncido.

Pero si tu no te das cuenta de nada mamá ...

Pongo los ojos en blanco y me limito a decir - quiero que hablemos. Ahora.

-tan gentil como siempre hija- se hace a un lado de la entrada, permitiéndo me el paso .

- Lo se mamá.

Camino a su lado y entró en la cocina, mientras ella me sigue el paso.

No se porque entre a la cocina, hubiera sido más fácil en la sala, pero ¿que puedo decir? . Mi estómago necesita alimentarse.

Mi mano busca algo comestible entre la nevera, pero sólo encuentra el vacío de esta, y frutas podridas.

¡Me muero de hambre! .

- cof cof- mi madre finge una tos para llamar mi atención- ¿ de que querías hablar? .

Alzó mi dedo en forma de silencio y me limito a hablar acerca de lo que me atormenta- ¿por que no hay algo con lo que pueda alimentarme?  - digo con mi ceño fruncido.

- ¿ por que no te preparas algo? - dice a la defensiva.

Esto, pues, quizá... bueno, podría decir que se que quito el hambre.

-Ya no quiero nada mamá- me siento en la encimera y cruzo mis piernas.

-¿ de que quieres hablar conmigo Caroline? - continúa, mientras pone una mano en la cadera y da golpes en el suelo.

¿Puedes Curar mis heridas? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora