No me dejes.

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Mis ojos se cerraban de vez en cuando debido al cansancio pero no me permitía dormir ya que si a Scott le pasaba algo sería la primera en enterarme.

-Caroline - Vicky seguía disgustada desde la última vez que hablamos y su tono de voz era neutro- es mejor que vayas  a  casa y descanses.

Negué con la cabeza y baje la mirada - Yo estoy bien, tu necesitas cuidarte.

- Sabes que no puedo,  soy su madre.

-Y yo su hermana - Dije mientras elevaba un poco la voz - no intentes separarme de el.

Ella sólo me vio con los ojos cristalizados y se dirigió de nuevo a su asiento.

Intento encontrar una posición comoda para dormir, pero mi esfuerzo es nulo ya que es casi imposible -  Que silencio - pienso mientras me incorporo dándome por vencida. 

-¡Deben hacer algo!  - un hombre gritó y a medida que se acercaba su voz se escuchaba más dolorosa.

Me paré en mi lugar y dirigí la mirada a Vicky,  quien se encontraba de la misma forma.

-Pobre - dijo con un tono de tristeza.

-Lo se - respondí volviendome a sentar.

Intenté de nuevo conciliar el sueño pero la voz del hombre volvió a hacer eco por el lugar.

-¡Ayuden a mi abuela! - parecía desesperado, asustado, y como si algo hubiera hecho click en mi cerebro lo reconocí .

Julián.

¿Como pude ser tan tonta? .

El hombre que gritaba era Julián .

Mi cuerpo se enfrió ante tal descubrimiento.

-Esto no puede ser - digo mientras mis piernas empiezan a moverse- ¡Julián! ¡Julián! - gritó por todo el lugar intentando encontrar su cuerpo.

Y lo vi.

Una parte de mi deseaba no encontrarlo en esta posición, sus ojos se encontraron con los míos y mi corazón se encogió.

-Julian- susurre mientras llevaba una mano a mi boca- dime que Alba se encuentra bien .

Lágrimas descendían por sus mejillas, sus ojos azules se encontraban rojos e hinchados, tenia el cabello revuelto y la apariencia más dolorosa en una persona.

Negó con la cabeza y se resbaló por la pared hasta sentarse en el suelo - Caroline - No sabía que hacer , quizá aún me encontraba en un estado de shock.

Alba.

Como si la vida quisiera jugar conmigo millones de recuerdos junto a ella llegaron a mi mente.

Era una noche fría y oscura, mis ojos estaban desorbitados y mi cuerpo temblaba.

¿Que hago aquí? .

Había salido de fiesta y estaba un poco borracha, después de salir de aquel lugar me quedé caminado por las calles sin querer llegar a casa hasta que me senté en las escaleras de un porche mientras me abrazaba e intentaba cubrir mi cuerpo, como si el cielo quisiera jugar conmigo empezó a llover, en unos minutos ya estaba totalmente empapada.

-Cariño- una voz me sorprendió y me di la vuelta - ¿Que haces acá afuera?.

-Eh yo - me paré de inmediato y retrocedi unos pasos- siento si te desperté.

Aquella mujer me regaló una sonrisa de oreja a oreja- sólo bajé a la cocina por un poco de café - apuntó una ventana - ahí está la cocina y te vi.

¿Puedes Curar mis heridas? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora