¡Tengo un plan!

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Natsu tenía el ceño fruncido y llevaba más de media hora dando vueltas y vueltas alrededor de su "archienemigo"
¿enserio? ¿Ahora les gustaba ése tipo?  ¿Qué veían en Jackal? Cualquiera que lo escuchase diría que estaba celoso.

¿Celoso? ¿Él? Oh no, claro que no, ¿por qué lo estaría? Más bien, estaba feliz de ser finalmente ignorado. Pero era ofensivo, digo, ¿quién cambia a alguien que lleva acosando desde niño por otro de un día para otro? Era extraño y lo hacia sentir como si fuese fácilmente reemplazable.

¡Las chicas estaban locas!

— sé que quieres matar a Jackal, pero deja las miradas por unos momentos, te estamos hablando —dijo ofendido Jerall, Natsu rodó los ojos.

— ¿de qué queréis hablarme? Si ya habéis dicho todo lo que querían decirme —enojado, se defendió.

Sus tres amigos bufaron fastidiados.

Sí, se estaba comportando como un fastidio para todos, pero no podía evitarlo. Además de que aún le carcomía eso de elegir a una, la razón de que actúe tan antipático con todos era la llegada de ese infeliz de Jackal.

¿Enserio lo llamó infeliz? Ya parecía nena por su poca falta de insultos.

— ¡Natsu! — gritó por enésima vez Lucy, apunto de darle un golpe.

— ¡Ey, ey, ey! Otro golpe no.

Lucy sonrió para después tomar asiento a su lado ante la mirada de todos.

— parece que estas con un humor de perro — adivinó Lucy; Jerall, Gray y Gajell asintieron a sus palabras —. Como tú rival es Jackal va a ser difícil deshacerte de él, es muy increíble como para ser real.

Natsu entrecerró los ojos — ¿a qué te refieres con increíble? No me digas que también tú... ¡Lucy!

— ¡No es lo que piensas! —habló con rapidez Lucy, moviendo las manos con exasperación—. Simplemente es muy agradable y me estoy compadeciendo de su ahora cotidiana vida afligida por esas locas amigas que tengo, me recuerda a ti.

— ni pienses que esa es una escusa.

— ¡tengo un plan para deshacerme de él! Digo, para que tú te deshagas de él.

¿Un plan? No lo necesitaba, tampoco lo quería.
A pesar de que en serio le resultaba fastidioso ese sujeto, agradecía su llegada al instituto. Gracias a él, entendió que las demás no lo querían como creyó antes. Muchos años de seducción y acoso, besos por doquier y demás, todo fue para nada.

Apareció un bien partido y lo dejaron como si no importara.

Jamás pensó que le dolería tal cosa.

— Lucy... — susurró agotado, ella lo miró atenta —, no necesito ese plan.

— ¿Qué?

— Mira, sé que Jackal me está "quitando" a mis acosadoras, pero eso sólo abrió mis ojos. Creó que ni me merecen.

— Natsu Dragneel, eres un cabezota imparable de cerebrito diminuto — lo insultó Lucy abrazándolo sobre los hombros, luego acarició su cabeza con ternura como si fuera una madre—. Tus ojos aun no han abierto totalmente, y cuando estén completamente abiertos espero que elijas a la correcta.

Y para sorpresa de todos, TODOS en la cafetería, Lucy lo beso.

Las mejillas de Natsu se volvieron rojas y sus ojos se abrieron abruptos de la impresión. ¿Qué demonios...?
Al separarse, Lucy mostró una sonrisa avergonzada.

— estas liberado, Natsu, ya no tienes por que estar atado a mi —informó poniéndose de pie, él ladeó la cabeza confundido—. Yo me encargaré de Jackal, tú debes de asistir a la cita que preparé con las demás. Ultear no acepto, tampoco Levy, así que son sólo cuatro citas.

¡Ay! Pobre Natsu. [a.u]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora