11. Sirviente fiel

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—¡¿Qué significa esto Yuratcka?! —gritó furiosa la mujer hacia el menor— ¡No se supone que lo habías dejado amarrado a un árbol para que los lobos lo devoraran! ¡¿Por qué sigue con vida?! ¡¿Acaso quieres que te corte la cabeza?!

—Y-yo no lo sé... —decía mientras en su mente no podía hacer otra cosa más que maldecir al estúpido espejo que no podía mantenerse callado, si no fuese por él esto nunca hubiese pasado— Tal vez los bogatyrs lo encontraron antes que los lobos

Aquella improvisada respuesta pareció apaciguar los ánimos de la Zarina, pues ya no parecía tan alterada.

—Eso... es posible —comenzó a dar vueltas en círculos por toda la habitación— Tu abuelo es Nikolai ¿Cierto? —preguntó de pronto.

Yurio asintió con su cabeza. Su abuelo había sido el médico, por decirlo de alguna forma, del Zar. El monarca siempre se lamentó el haber llevado a Nikolai a la guerra, pues si lo hubiera dejado en el palacio tal vez la anterior Zarina estaría viva.

Sin embargo, hace ya un par de años que su abuelo se marchó para expandir sus conocimientos y la única razón por la que lo hizo fue que el Zarévich Yuuri le prometió que cuidaría de su nieto.

—Pero mi abuelo no se encuentra...

—¡Eso ya lo sé! —lo interrumpió de un gritó— Pero, por lo menos te habrá enseñado algunas cosas ¿Cierto?

—No entiendo... —estaba confundido, no sabía a qué punto quería llegar esa malvada mujer.

—Iré al grano — se acercó hasta él y tomo su barbilla fuertemente lastimándolo en el proceso— Te daré una última oportunidad. Si quieres conservar tu cabeza, prepara algún veneno para el Zarévich. Esta vez lo quiero muerto o ya verás cómo me encargo de ti y tu abuelo

—S-sí su Majestad —dijo una vez que le soltó.

—Tienes hasta mañana en la mañana Yuratchaka. Yo misma me encargaré de llevar a cabo las cosas, no quiero que vuelvan a fallar por culpa de ineptos sirvientes como tú —una vez dicho eso la mujer lo echó de sus aposentos.

—¡Maldita sea! —decía furioso mientras daba patadas a la pared.

¿Cómo le haría ahora para salvar al idiota del Zarévich? La misma Zarina sería quien se encargaría de darle el veneno, no había forma de hacer lo de la última vez. Suspiró amargamente luego de tranquilizarse un poco y comenzó a emprender rumbo hasta su habitación.

Ciertamente su abuelo le había enseñado varias cosas, pero estimaba mucho a Yuuri, aun si jamás lo dijese en voz alta. A pesar de ser solo un sirviente el Zarévich lo trataba como un amigo, eso le agradaba. No se sentía superior a los demás por que el príncipe le tratase de forma distinta, más bien era satisfactorio tener a alguien en quien apoyarse. Su madre al igual que la de Yuuri había muerto cuando él era tan solo un bebé y su padre perdió la vida en la guerra, su única familia era su abuelo y el Zarévich.

No podía dejar que le matasen, necesitaba tiempo para avisarle a Viktor sobre el paradero del chico, pues tarde o temprano ese idiota y enamorado príncipe debía volver al palacio. Con el Zar no podía contar, pues este siempre le creería a la Zarina, ir donde él sería firmar definitivamente su sentencia de muerte.

Antes de volver a su alcoba pasó por la cocina por algo de comer. Al entrar vio a una de las cocineras sentada en la mesa y dormida sobre esta.

—¡Hey Katerina! ¡Vete a la cama de una vez! Te regañaran si te ven durmiendo aquí —intentó despertarla, pero nada— Que mujer tan molesta, tiene el sueño tan pesado que parece muerta...

Ahí fue donde un pequeño foco en su cabeza se encendió. No era necesario matar a Yuuri, bastaría con dejarlo en el mismo estado en el que se encontraba la cocinera en esos momentos. No sería tan difícil ya que de por sí el Zarévich tenía el sueño casi igual de pesado que la sirvienta. Eso le daría tiempo a Viktor para regresar y así poder advertirle sobre la ubicación de Yuuri.

Solo quedaba un pequeño detalle por resolver.

El maldito espejo mágico.

Si la Zarina volvía a preguntarle seguramente ese estúpido lo delataría nuevamente. Tomó una rebanada de pan y comenzó a masticarla mientras paseaba su mirada por el resto de la cocina.

Las cosas habían cambiado un poco desde que Yuuri no estaba. El ánimo de la mayoría de los sirvientes decayó notablemente, pues no era los mismo estar bajo las órdenes del Zarévich que estar bajo las ordenes de la Zarina, aquella mujer era insufrible.

Suspiró cansado, ya había encontrado la forma de ganar más tiempo para Yuuri, pero realmente necesitaba hacer algo con el pervertido espejo o todo el esfuerzo no serviría de nada.

De pronto sus ojos se encontraron vagando por el suelo, fue ahí que diviso un pequeño y sucio trapo, el cual le dio una idea.

—Esto será asqueroso... —dijo para sí mismo y con los ánimos renovados se fue finalmente hasta su habitación para crear el supuesto veneno.

Al otro día, muy temprano por la mañana los rayos matutinos se colaban por la ventana dando de lleno en la cara de un adormilado príncipe.

—Ugh... mi cabeza —en cuanto abrió un poco los ojos un punzante dolor en su nuca se hizo presente. Los labios los tenía secos, junto con la garganta, lo cual le provocaba una horrible sed.

Al sentir que el chico se removía en la cama su fiel acompañante comenzó a lamerle toda la cara, provocando una que otra risa en el Zarévich, quien intentaba con todas sus fuerzas apartar al can e incorporarse.

Una vez que logró que el perro se tranquilizara, bajó de la cama y notó que solo tenía su ropa interior puesta, busco por toda la habitación el resto de sus prendas. La tarea no fue fácil, pues aún estaba un poco mareado y el constante dolor que sentía en su cabeza no ayudaban, sin mencionar los rayos de luz solar que parecían quemarle los ojos. Finalmente encontró su ropa en una silla a un costado, se vistió y procedió a bajar con mucho cuidado las escaleras, necesitaba con urgencia beber por lo menos unos dos litros de agua.

—¡Yuuri! No creímos que despertarías tan temprano —La alegre y ruidosavoz de Pichit lo alertó. 

Había olvidado por completo en donde estaba y losbogatyrs lo miraban curiosos desde la mesa.

Había olvidado por completo en donde estaba y losbogatyrs lo miraban curiosos desde la mesa

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Hola! Gracias por leer este fanfic!

Un capítulo más! Pobre Yura las cosas por las que tiene que pasar, mientras que Yuuri tuvo una noche de borrachera xD

Sin nada más que decir me despido.

Cambio y fuera.

El Príncipe y los siete Bogatyrs (AU Yuri!!! on ice)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora