Rara vez los bogatyrs se dejaban ver en algún lugar que no fuera el bosque o sus alrededores, es por eso que su repentina aparición llamaba la atención de cuanto campesino los viera. Y como los chismes viajan más rápido que los caballos, la presencia de los caballeros llegó a oídos de la Zarina.
—¿Serán los mismos? —se preguntaba ¿acaso podría tratarse de los mismos bogatyrs que dieron asilo al Zarévich durante su estancia en el bosque? Sí era así ¿qué querrían? Era imposible que la hayan descubierto ¿y si venían a pedir explicaciones por la muerte de Yuuri?
Rápidamente fue hasta los aposentos del Zar y verificó que este se encontraba dormido y ebrio, dejo un poco más de alcohol a su alcance y cerró la puerta con llave. Con su esposo en ese estado y Viktor quien sabe dónde, le sería fácil deshacerse de esos molestos caballeros. No podía arriesgarse a que el Zar sospechase que la desaparición de su hijo se debía a ella.
Tampoco podía dejar que los soldados más cercanos al Zar supieran de esto. Se aislaría en el palacio y dejaría que los bogatyrs llegaran y comenzaran a ponerse ansiosos al no recibir respuesta. Entonces llamaría a los soldados y diría que los guerreros querían aprovechar que el Zar se quedó sin heredero para matarle y quedarse con el trono. Así, estos los matarían sin siquiera preguntar el porqué de su presencia.
—Mi señora ¿desea algo? —dijo el guardia en cuanto la vio.
Los guardias del palacio eran simples porteros con armas y entrenamiento básico, ellos no representaban ningún problema para su plan, ya que tenían el mismo estatus que una criada.
—Necesito que selles todas las puertas y entradas del palacio. Hay rumores de que ciertos bogatyrs del bosque planean asesinar al Zar, debemos protegerlo —habló falsamente afligida— Diles a los que están en el jardín que hagan lo mismo y retrasen lo que más puedan a esos aprovechados
Con un gesto de afirmación el portero se apresuró a cumplir las órdenes. En menos de lo esperado el castillo pasó a ser una fortaleza. Los empleados estaban nerviosos y la Zarina expectante.
Por mientras, los bogatyrs cabalgaban custodiando a los príncipes, los cuales iban con capuchas para ocultar su identidad y evitar alboroto. Viktor insistió en llevar a su prometido, a pesar de que este alegaba que era perfectamente capaz de montar el solo a un corcel. Pero si había alguien ante quien el testarudo príncipe era débil, ese sería su prometido. Una tierna cara de cachorrito abandonado le basto a Viktor para salirse con la suya.
—¿Por qué están cerradas las puertas? —preguntó el Zarévih al divisar los jardines del palacio.
—No lo sé —respondió su prometido— No estaban así cuando me fui
—Algo no anda bien —dijo JJ deteniendo la comitiva frente a las enormes puertas de metal— ¡Hey! ¡¿Hay algún guardia?! ¡Necesitamos ver al Zar!
—¡La-largo de aquí! —gritó temeroso uno de los guardias que se encontraba escondido entre la maleza— Los soldados reales no tardaran en llegar... ¡no dejaremos que maten al Zar!
—¿Qué? ¿Quién querría matar al Zar? —preguntó Georgi extrañado.
—¡No mientan! ¡sabemos de sus oscuras intenciones! ¡La Zarina ya nos advirtió!
—¡Ah! ¡Esa maldita mujer me tiene harta! —gritó Mila.
Bajó de su caballo y con su enorme hacha hizo pedazos la reja real. Los guardias, los demás bogatyrs e incluso el par de príncipes quedaron sorprendidos ante la fuerza de la guerrera.
—Pues... supongo que ahora si podemos entrar —dijo Pichit rompiendo el incómodo ambiente que se había formado.
—No... —el guardia estaba aterrado.
—No te preocupes, no queremos asesinar al Zar —se acercó a decirle Otabek— Solo queremos decirle que el Zarévih está vivo
—¡¿El Zarévich Yuuri?! —exclamó asombrado.
—Hola Alexei —dijo el príncipe desde el caballo bajando su capucha para mostrar su rostro— Lamento lo de la reja... luego la arreglaremos
La dulce mirada del príncipe fue lo único que el sirviente necesito para alegrarse. Prácticamente nadie en el palacio soportaba estar bajo las ordenes de la Zarina, y Yuuri era amado por todos sus súbditos.
Viktor, junto con los demás emprendieron rumbo hacia las puertas principales galopando a toda velocidad. Por lo visto la Zarina había expandido el rumor de que venían a asesinar al Zar, debían darse prisa antes de que los soldados reales llegaran.
Yurio vio todo lo que sucedía desde la torre más alta del castillo, rápidamente corrió hasta la cocina, tomó un par de cosas y robó las llaves del mayordomo principal. Se dirigió a toda velocidad hasta los aposentos del Zar y abrió con la llave maestra. Derramó una jarra de agua sobre la cara del monarca para despertarlo y bajarle un poco la borrachera. Desde que se enteró de la pérdida de su hijo, había estado ahogando sus penas en alcohol.
—¡Rápido su majestad beba esto! —dijo entregándole una bebida exótica que el Zar usaba para recomponerse de sus resacas.
—¿Cuál es la prisa? —decía llevando sus manos a su cabeza.
—¡Yuu... digo, el Zarévich Yuuri está vivo y lo espera en la entrada
El hombre aún estaba mareado y no procesaba bien, la bebida tardaría un poco en hacer efecto, pero Yurio esperaba que pudiesen llegar a tiempo antes de que la malvada Zarina se saliera con la suya.
—¡Voy a botar esta puerta! —gritaba Mila aun enojada. Daba hachazos a diestra y siniestra— ¡Ábrete ya maldita puerta!
—Mi-Mila —la llamó Yuuri— Esta puerta, estando cerrada es imposible de abrir...
En cuanto terminó de decir esas palabras, los demás guardias se acercaron temerosamente a ellos, blandían sus lanzas, pero todos temblaban. Ellos no conocían sobre tácticas de luchas, así que no representaban un gran peligro. Otabek, Leo y Georgi se acercaron a ellos para intimidarlos e impedir que se involucrasen.
—¡Toma! ¡Deja entrar! —gritaba ahora Pichit quien se había unido a Mila.
Al ver eso, los demás bogatyrs junto con Viktor se unieron a ellos, su mayor obstáculo era la gran y firme puerta que dejaba entrar al palacio. La derribarían por la fuerza, ya que la Zarina no la abriría.
Pero el tiempo se les agotaba. A lo lejos Yuuri vio cómo se acercaban los soldados reales. Si los alcanzaban, los bogatyrs sacarían la peor parte de todo este asunto.
Hola! Gracias por leer este fanfic!
Mujer malvada esa Zarina que anda calumniando a mis bogatyrs >:(
No se metan con Mila xD
Sin nada más que decir, me despido.
Cambio y fuera.
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El Príncipe y los siete Bogatyrs (AU Yuri!!! on ice)
FanfictionYuuri es el heredero al trono de su reino. Dueño de una belleza única encanta a las personas sin siquiera saberlo. Viktor el es Príncipe del reino vecino y cae perdidamente enamorado de Yuuri en cuanto lo ve. Ambos planeaban un futuro juntos pero no...