6 AÑOS ATRÁS: Parte 2

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La vez siguiente que Tony vio a Steve fue una semana después, durante un café en la mansión Stark. Éste escuchaba obediente a su madre.


 - ¡Oh, sí, ese maldito testamento! Te juro Steve, que en mi vida sentí tanta indignación como cuando mi hermano no le dio el mando de la empresa a su hijo Loki. Es el más apto para un puesto como ese. - expresó irritada María.


- Pero María – dijo Steve siendo razonable –, Loki no podría ser el CEO de la empresa. Lamentablemente, no se valora demasiado a los omegas.


- No concuerdo – habló Tony, que pensaba que Steve tenía más valor para el alfa CEO de Industrias Stark, o sea él, que cualquier otro ser humano.


- Hasta quiso que trabaje para Tony – mientras se encogía de hombros descarada.


- María, Anthony será un jefe excelente. El nunca presionará en el trabajo para lastimar a su sobrino, ¿verdad? - dirigió la mirada al alfa. 


- De ninguna manera – dijo Tony –. Mamá, soy el más generoso de los alfas. – Otra vez miró a Steve, intentaba llevar el enamoramiento y atracción con cierta delicadeza. El llevaba un pantalón negro, remera de manga larga y zapatillas blancas, la vestimenta propia de un escolar. Pero los labios... Tony tragó saliva. El calor del café los había dejado excesivamente rojos y haciéndolos parecer recién besados. Ese día él había rogado que lo vería, cuando Steve viniera de visita, como tenía que verlo, un omega hermoso que aún pasaba la mayor parte del tiempo en la escuela, un omega delicioso y nada más. Pero cuando entró a la sala experimentó el mismo sentimiento abrumador que el día en que su alfa despertó, o quizás peor. Maldición, ni siquiera estaba totalmente desarrollado. Era, por mucho, demasiado inocente y crédulo para un alfa adulto.
Maldijo por lo bajo contra la taza de café.


- ¿Dijiste algo, Anthony? – preguntó Steve.


- Sin duda, mi querido Tony desea todos los omegas que pueda trabajando para el –. Mostrando una expresión sagaz – Después de todo, mi hijo es un alfa.


- Estoy de acuerdo – dijo Steve, con esos inocentes ojos azules llenos tan malignos y fríos como el de un experimentado omega protegiendo a su alfa –. Debemos asegurarnos de que tenga su debido respeto. Casualmente, Rhodes me decía que...


- ¿Tú conoces a mi Rhody? – Tony lo miro sorprendido. Rhod no era exactamente vergonzoso, pero evitaba hablar con omegas, estos lo ponían un poco nervioso y no podía evitar que se notara. Era el amigo más fiel que podría tener, y su inteligencia los había salvado a ambos en más de una ocasión.


- Claro, – asintió Steve –, él estaba hablando con Jarvis y yo me presenté. Rhodes me ha asegurado que cuida de usted tanto como puede y de la mejor manera posible. Pero usted es una persona demasiado complicada e inquieta.


María rio escandalosa.


- ¡No sabes hasta donde llega lo que dices Steve! Rhodes me contó de esa omega con quién se enredó Tony mientras estaba en la ciudad...


- Suficiente, mamá – dijo Tony demandante.


- Ya ves – decía Steve –, no dejas que María se enorgullezca de su gran hijo alfa y presuma de sus grandes logros con omegas.


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