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¡¿Porque?! ¡¿Porque la cosas tienen que ser así?! ¡¿porque cuando más te aferras a una persona, se va, se esfuma de tus brazos?!

Mis lágrimas caían, nunca nadie había logrado esto en mi, pensaba y pensaba, ¿porque sigo en este mundo?, realmente no encontraba razón, mientras estos pensamientos llegaban a mi mente, sentían que aquellas voces que me decían que asesinara, pensé que esto había desaparecido, pero al ver el momento llegaron nuevamente a mi, tomé un cuchillo que habían decomisado hace dos días en los patios, lo puse en mi pecho e intentaba clavarlo, pero no quería entrar, presione con mas fuerza, pero aún así no lo lograba, era como si alguna fuerza extraña sostuviera el cuchillo y lo halará hacia afuera, solo en ese momento me di cuenta que era ella, mi Emma me susurraba al oído que no lo hiciera, que tenia mil razones mas para vivir, que debía luchar, no se en que momento caí, pero no porque me halla herido, sino porque me desmaye, quería callar mi mente, quería que Emma se callara, quería estar tranquilo... realmente tranquilo.  

Desperté en un hospital, no se que hacia allí, solo logré fijarme en las agujas que estaban insertadas en mi brazo antes de que llegará una enfermera, por un momento mire en ella la imagen de Emma la primera vez que la vi, pero sacudí fuertemente mi cabeza,  no podía tener estos pensamientos, nunca nadie se compararía con Emma, con su hermosa figura, con sus hermosos ojos, con toda ella. 

- ¿qué me pasó?  - Pregunté con dificultad a la enfermera.

-  Tuviste un ataque nervioso, nada de que preocuparse, ahora debes estar tranquilo, no puedes volver a atentar con tu vida, o serás internado nuevamente - Me explicó la enfermera con un tono de voz dulce, pero no era una voz como la de Emma, que lograba tranquilizarme con sólo un palabra, esta voz, lejos de tranqulizarme, me exasperaba.

- ¡¿Nuevamente?! ¿usted como lo sabe? - pregunté con un tono de voz alto.

- Tengo todo su expediente, está guardado en el hpospital, ¿recuerdas hace cuatro años, cuando ingresaste a la clínica? ¿ cuando tenías 27 años?

- Si, lo recuerdo, allí conocí a Emma, mi esposa. - Pronunciar estas palabras hacia que sintiera pinchazos en mi corazón.

- ¿Se casó? - Preguntó la enfermera con cierto tono de curiosidad.

- Si. - Esa fue mi sencilla respuesta.

- ¿ Dónde está ella ahora? - siguió interrogado la enfermera.

- E...ll..a, no le interesa donde esté ahora.

- Quiero saber, No tiene nada de malo saber.

- No necesita saber nada más, ahora déjeme sólo o saqueme de aquí.

- No puedo sacarlo de aquí, No haré lo que Emma hizo con usted.

Dicho esto se fue, luego de unos pocos minutos volvió  y me  aplicó  una inyección que me dejó profundamente dormido.



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