Mi perfecta obsesión

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Respirar el aire libre es realmente encantador, no tenemos ni la mínima idea de a dónde ir pero sé que juntos podemos llegar muy lejos, Rossana lo único que quiere es ver a sus pequeñas, así que optamos por dirigirnos a donde nos dijeron que las tenían, no tengo hijos pero puedo imaginar el dolor de aquella chica al tener que pasar 5 años en una cárcel por estar al lado de un hombre que no la valora y sobre todo tener que abandonar a sus pequeñas por tanto tiempo, se ha perdido de los mejores años de la vida de Kate y Mia pero lo importante es que ahora nada ni nadie podrá separar está destruida familia.

             — Ross, ¿Dónde te dijeron que estaban las chicas?

— En una casa de acogida, cerca de la cabaña donde estuvimos la ultima vez antes de que nos llevaran presos a todos.

— Vamos, es el primer lugar al que debemos ir

— Si, lo sé 

Nos dirigimos a la casa de acogida que Ross me nombró, si que estaba lejos y para colmo no teníamos nada de dinero, pues recién salíamos de la cárcel, aunque lo realmente importante es que logramos llegar y juró que la felicidad que sintieron estas pequeñas al ver a su madre no se compara con nada, lagrimas de alegría recorrían las mejillas de las tres personitas de las cuales debería cuidar de ahora en adelante, pero la verdadera pregunta es, ¿a donde iremos?, ya me encargare de eso, por ahora dejare que sean felices juntas; hicimos todo el papeleo relacionado con la custodia de las niñas, pero había un gran problema, Ryan como padre debía firmar unos documentos donde le brindaba toda la custodia de las niñas a Rossana, eso era algo realmente difícil,  debido a que Ryan no iba a aceptar esto, y de lo contrario  las cosas se pondrían graves y seria un largo proceso con fiscalia. 

 — No te preocupes Rossana, haremos todo lo posible por recuperar a las niñas, por el momento debemos irnos, buscar un lugar estable para ganar la batalla.

  —  El lugar es lo de menos, podemos ir a la casa de mis padres, o por lo menos yo puedo ir, pero no aceptarían a otro hombre que no fuera Ryan. 

 —  Entonces ve, yo buscare un lugar, un trabajo y a partir de hay me haré pasar como tu esposo, de esta forma ganaremos la custodia de las niñas. 

  —  Muchas gracias de verdad, no se como agradecerte todo lo que haces por mi, ahora entiendo porque  Emma  se enamoró perdidamente.

  —  Emma fue, es y seguirá siendo mi amor infinito, pero ahora lo que importa son las niñas.

 —  Lo se, buena suerte Evans, se que conseguirás algo rápido. 

  —  Deja de llorar, todo estará bien.  

Dicho esto la abrace, y esto fue una promesa sellada, daría todo porque las personas que Emma ama estén bien aunque estoy seguro que siente una decepción inmensa al saber que su mejor amigo le ha fallado a su única y mejor amiga. Pero yo.... yo la haré feliz.