capítulo uno

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—¡Young Ho!

El pequeño de trece años se encontraba corriendo por las conocidas calles en la que siempre jugaba, que siguiéndolas llegaban al patio trasero de la casa perteneciente su mejor amigo.

Había encontrado unas canicas, le explicaron que era un juego donde tenía que hacer rodar estas bolitas con la presión que hacen el dedo índice y el pulgar, golpear una con otra y meterlas en un agujero, según ciertas reglas.

Yoon Oh sabía que no podía ir a la casa de Young Ho, aún así, se había encontrado con algo tan grandioso cómo para ignorar la advertencia y partir hasta tan conocida casa.

Ese día, al ver por la ventana de la habitación de su amigo para asegurarse si se encontraba, fue la primera vez que atestiguó la vida amorosa de Young Ho, al ver que una chica estaba completamente desnuda arriba de su amigo.

Dejando caer las pequeñas esferas que le quería mostrar, salió corriendo comprendiendo el ruido que había hecho, se escuchó el nombre de Yoon Oh en el fondo, cada vez haciéndose más fuerte.



—Es hora de despertase, señor Jung.

Abrió los ojos de golpe y se fijó en una de las tantas empleadas se encontraba llamándolo.

—Ah... — el castaño se restregó los ojos para volver en todos sus sentidos.

Había soñado con aquel recuerdo, el cual le ocasionó diferentes problemas.

—Puedes retirarte. —le dijo a la mujer, la cual hizo una reverencia antes de salir por la puerta.

Se quedó unos minutos mirando a la nada para luego dirigirse a su baño, dejando que en la regadera, el agua cayera y recorriera todo su cuerpo para poder relajarse

Luego de haberse vestido con su nuevo uniforme, se dirigió al gran comedor de unos diez puestos, los cuales dos sólo estaban ocupados por él y su padre.

—Finalmente estás en la  preparatoria... —el hombre mayor tomó un sorbo de su té. —Supongo que nos veremos para las vacaciones de verano, dado que es un internado. Fue bueno trasladarte a este instituto ¿No crees?

—...¿Dónde está madre? —Yoon Oh sólo se limitó a ignorar lo dicho por su progenitor.

—Mencionó que tendría una sesión de té con sus amigas, ya sabes cómo es ella.

—Ya veo... —se levantó de su asiento ya que había terminado la comida. —En ese caso, me voy.



El día que marcaba el calendario era el once de abril cuando llegó a aquel lugar donde estudiaría, era un instituto de hombres, por lo que no había visto ninguna chica en el camino hasta los dormitorios, tampoco era como que le interesara mucho.

—No eres de acá ¿Cierto?

—¿Eh?

—Soy Kim Dong Young de primer año, creo que estamos en la misma clase. —se presentó aquel chico que le había hablado. —tu acento es diferente, así que debes ser extranjero.

—¿Qué hay con eso?

—Nada, sólo pensé que destacan.

—Ah... —No supo responder por lo cual decidió seguir buscando su habitación.

—¿Cómo te llamas? — Dong Young empezó a caminar junto a él.

—Soy Jung Yoon Oh.

—¿Jung? ¿Eres hijo de la empresa comercial Jung?

—Así es.

No se habían dado cuenta que el tal Dong Young había hablado en un tono de voz bastante alta para que los otros chicos que estaban por ahí lo hubieran escuchado. Comentarios como: 'Ah, alguien de la clase alta; ¿Tendrá una amante? ; ¿Una prometida?' se empezaron a percibir en el pasillo, acciones que irritaron a Yoon Oh.

—Disculpen, aún tengo que desempacar mis cosas.

Y como pudo escapó del gentío que se había formado al rededor de él. Cuando llegó a su habitación, cerró la puerta y se recostó en ella, deslizándose hasta estar sentado en el suelo.

'Vivir en América hizo que mi tono de voz cambiara, me volví menos cauteloso en eso...'

Yoon Oh no tenía recuerdos de su madre biológica, en realidad, no era que memorizar fuera su mejor atributo.

Pero, podía recordar la mirada fría de la esposa de su padre y los insultos y prejuicios se la sociedad.

'—Estoy absolutamente encontrar de esto. No tengo idea con qué mujer o en dónde hayas tenido a ese niño, no entiendo porqué debo de cuidar de él. Es un bastardo repugnante. No quiero acercarme a él.'

O también recordaba los desplantes de sus antiguos compañeros.

'—¡Ese niño es extranjero! ¡No hay porqué jugar con él!'

Cuando pensaba en eso, se daba cuenta que desde era pequeño, sólo había visto el lado más despreciable y feo de la humanidad. Su confianza desaparecía a medida que los días avanzaban.

'—¿Te sacaron de nuevo? No llores Yoon Oh'

Sólo Young Ho no lo había tratado mal, sólo aquel chico de su misma edad lo trataba con cariño y respeto verdadero.

Y también había sido un estúpido al pensar que sus sentimientos a los trece años fueran correspondidos.

Río un poco, de cualquier manera, debía asegurarse de no llamar la atención.

Se levantó del piso y empezó a arreglar todas sus cosas, tenía entendido que su compañero de habitación llegaría en cualquier momento.

Escuchó como la puerta fue abierta y apreció un chico bastante alto, pelinegro y bien parecido.

—Ah, disculpa...

Yoon Oh se quedó mudo, no supo reaccionar.

—Luces como si hubieses visto un fantasma —río —han sido cuatro años ¿No?

—Young Ho....

El castaño casi se descompone ahí mismo.







pleasure ; johnjaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora