capítulo siete

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—No estoy diciendo que deba ser ahora mismo. —el señor Jung bebió un sorbo de té y dejó de nuevo la taza en la pequeña mesa que estaba al frente del mueble donde se encontraban sentado, al lado de su hijo. — No me importa si es luego de que ellos se gradúen de la universidad. 

—Ah, pero si no empezamos pronto con esto, ¡quizá no podré ser capaz de conocer el rostro de mis nietos! —exclamó con gracia el señor Kim haciendo que los presentes soltaran algunas risas, que para Yoon Oh, eran completamente falsas. — 

—Vas de nuevo con eso. —rió un poco más el padre del castaño, fijándose que su hijo estaba en todo menos en aquella conversación, pareciendo que las pequeñas migajas del aperitivo que habían degustado anteriormente, fueran más interesantes que estar atento a su futuro. — Creo que ya es un poco tarde, permítame a mi hijo y a mi persona acompañarlos hasta la salida. 

Los dos hombres mayores se adelantaron dejando a los jóvenes un poco más atrás, en completo silencio, escuchando la pequeña brisa fría que corría en el lugar, hasta que la chica habló. 

—Yo tampoco quiero esto... —suspiró haciendo que llamara la atención de Yoon Oh. —Pero, espero poder llevarnos bien. 

El Jung más joven le dedicó una pequeña sonrisa como respuesta, asintiendo, estando de acuerdo con Ji Woo y cuando estuvieron los cuatro en la gran puerta de la mansión, Yoon Oh se despidió de los Kim con una reverencia, invitándolos a visitarlos otro día, sólo por compromiso. 

Luego de que el vehículo, en el que se había retirado la visita, estuviera fuera de su alcance el hombre mayor habló. 

—No estoy impresionado con tu comportamiento el día de hoy. 

—¿Eh? —Yoon Oh pestañeó un par de veces, intentando comprender. 

—Mostraste desinterés y casi no hablaste... ¿Ya tienes a una chica que te guste? —habló seriamente el hombre, sin hacer ninguna expresión. 

—Una...¿chica? —miró hacia el suelo, ocultando el pequeño sonrojo que apareció en su rostro.— 

—Tienes que heredar la compañía, sería un problema si no te casas con una mujer de un estatus apropiado. 

Esa misma noche, no pudo pegar un sólo sueño, recordando los lejanos tiempos cuando era apenas un niño, cuando le enseñaban etiqueta. Siempre supo que debía ser un modelo para que las masas lo siguieran, como noble, no debía hacer nada que ensuciara su dignidad, sin embargo, también sabía que el adulto estaba lleno de maldad presentando carencia de sentido común, siendo inescrutable, abusando de su posición y poder. Él quería ser alguien recto, no un adulto horrible. En esa misma edad, cuando viendo por el balcón que daba hasta una parte del jardín, encontró a su tío besando apasionadamente a una sirvienta. Su padre se acercó a él, diciéndole que tenía un semblante sombrío y mirando la misma escena del niño volvió a hablar diciendo que eso era lo que se llamaría una relación inmoral y libertina, el pequeño Yoon Oh había respondido que era algo desagradable y su padre río, también recuerda que le dijo que la clase privilegiada como ellos venía con reglas y lógica, enseñándole que esa era la forma y no había otra manera de poder hacerlo. 

Rápidamente se levantó de su solitaria cama, salió de su alcoba, bajando por la gran escalera se dirigió hasta la biblioteca de su padre. Al entrar sintió nostalgia, pasando sus dedos por los libros acomodados por orden alfabético en las repisas, recordó que Young Ho y él siempre iban a ese lugar y el pelinegro le leía historias hasta que se quedara dormido. Se sentó en la pequeña alfombra que estaba en el centro de la habitación y pensó. 

» Si dijera que me gusta Young Ho, ¿qué clase de futuro tendríamos? No podríamos tener hijos y seríamos rechazados por la sociedad... 

pleasure ; johnjaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora