CAPÍTULO 12

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- Meteos, rápido. - nos apura Toladnia.

Entramos a una habitación tan pequeña como la anterior. La diferencia es que esta está llena de calderos de todos los tamaños y cosas no identificadas esparcidas por el suelo. De una de las paredes cuelgan trapos de todos los colores y tamaños. Sigo observando todo atentamente. En las esquinas se encuentran apilados de cualquier forma muchos libros.

Fuera se escuchan golpes y una voz grave dando ordenes. De repente todo queda en silencio. Esperamos completamente quietos a tener alguna señal deque pasó el peligro. Unos pasos fuertes resuenan el el dormitorio, seguidos de otros que suenan mucho más.

 - Registra todo. Tienen que estar por aquí.

Intento buscar una forma de salir, pero no encuentro ni siquiera una ventana. No me atrevo a moverme del sitio. El mínimo sonido podría delatarnos. Pasa por mi cabeza el momento en que salimos del bosque. En ese momento había imaginado la casa del tío Maximus y pensaba que estar en ese lugar no era tan malo como en el bosque. Decidí hacer lo mismo. Agarro la mano de mi hermano y recuerdo un parque cerca de aquí donde solía jugar de pequeña. Todo empieza a dar vueltas.

Despierto entre unos arbustos. La tenue iluminación no muestra más allá del hórreo que tengo al lado. Reconozco el parque. Busco a Totó pero no lo encuentro por ningún lado.

 - "¿Totó?" - pregunto.

Su cara asoma de detrás de uno de esos arbustos que me rodean. Se nota que está cansado. Su rostro expresa toda la preocupación y desespero que sé que ha estado ocultando todos estos días.

 - ¿Que vamos a hacer ahora? - me pregunta.

 - No lo sé. Para empezar encontrar un sitio para dormir, que aquí hace frío.

 - Deberíamos buscar a Orlando y a la bruja.

 - ¿Para qué? Esos dos no han traído más que problemas. Todo esto empezó al aparecer ese duende odioso. - contesto. No voy a arriesgar el pellejo por alguien que me ha metido en tantos líos sin ni siquiera pedirme opinión.

 - Porque ellos pueden saber donde están papá y mamá.

 - Cierto. Vamos a buscar un sitio para dormir y luego iremos por ellos.

En cuanto me pongo en pie mis piernas me fallan. Al segundo intento la cosa ya va mejor. Al salir de nuestro escondite veo un niño de la edad de Hayden parado delante mía. No me da tiempo a frenar pero el choque nunca llega.Acabo de atravesarlo.

Scarlett McFadyen EL REGRESO DE LOS DRAGONES  (EN PAUSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora