14. Las puertas del cielo

444 50 5
                                    


Cuando Lena despertó se encontró con una nota sobre la mesilla de noche. Alex había ido al piso de Maggie y esperaba a todo mundo allí. Kara le estaba dando de desayunar a Chelsea. La empresaria sonrió ante ello. En un inicio, la reportera se había mostrado reacia a cuidar de la niña, pero ahora parecía que las cosas estaban cambiando para bien. O al menos la mayoría de ellas.

Lena se descubrió la mano derecha y logró divisar que la mancha negra continuaba en su sitio. Al parecer no había crecido más desde la última vez que la empresaria la había revisado.

<<Muy bien- concluyó Lena estirándose bajo las sábanas- hora de sobrevivir a un nuevo día>>.

Una vez que la joven se hubo arreglado, se dirigió a la puerta de la habitación, la abrió y se encontró a Sam en el salón.

-¿Sam?

-Hola, Lena, te estaba esperando

-¿Para ir al piso de Maggie?

-No

-¿Para qué?

-Necesito hablar contigo

-Dime

-Verás...- Sam buscó las palabras en la palma de su mano- me gustaría pedirte un favor.

Lena asintió con una sonrisa amable en el rostro.

-¿Estas al tanto de nuestra situación actual?

-¿Situación actual?

-Sí, ¿acaso Kara no te contó la tragedia del centro comercial?

-No

Sam enarcó ambas cejas y con un movimiento desganado tomó asiento sobre el viejo sofá de cuero.

-El grupo ha planeado una nueva búsqueda de provisiones en una iglesia situada a unas calles de aquí...

-¿Si?

-Lex planea enviarme a mí y a Kara, pero no por las razones que todas creen.

-¿A qué te refieres?

-Lex... tu hermano- se corrigió- puede que no sea la persona que tú crees...

-¿Eso qué significa?

-Significa que debes cuidarte la espalda... y la de Kara...

-¿Eso quiere decir que...?

-Me gustaría que realizaras esta "excursión" conmigo.

Luego de aquello, Sam asintió repetidas veces con la mirada perdida en el infinito.

-¿Sam, está todo bien?

-La verdad es que no

-¿Qué sucede?

-Verás... me gustaría que hablases con Lex de mi parte y le dijeses...

-¿Si?

Sam continuaba con la mirada en sus manos, su melena castaña fluía como una cascada hasta su pecho.

-...que quiero un piso solo para mí. Que quiero vivir sola.

La joven acompañó la última palabra con un pestañeó en dirección a Lena.

-Y, ¿por qué no se lo dices directamente?- preguntó la empresaria aunque intuyó la respuesta.

-No me atrevo- le respondió tras acomodarse en el sofá.

-Creí que no le temías a nada.

-Lo que sucede es que Lex me ha ayudado mucho en todo este tiempo, pero creo que tiene una idea equivocada de nuestra relación.

Sobreviviendo al mañana (Supercorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora