29. Los últimos serán los primeros

390 49 11
                                    

El zombie deambulaba por el medio de la carretera. La gravilla crujía bajo sus pies agrietados. Sus miembros descompuestos avanzaban sin ninguna dirección en particular. De vez en cuando intentaba engullir a los insectos que se le acercaban, pero aún no lo había conseguido.

La luz del día había resecado su piel y cada nuevo amanecer erosionaba y esculpía su figura, como el océano a la roca. Un rugido escapó de su boca por el único motivo de que quería alimentarse.

Entonces sus orejas detectaron algo en el aire. Los ojos muertos giraron en la dirección del sonido y se encontraron con un objeto que se dirigía rápidamente hacia él. El zombie soltó una dentellada y extendió los brazos. Había aprendido que lo que se movía más rápido que él solía ser comida.

El vehículo continuó su camino, esquivó al cadáver y aceleró hacia el horizonte. Esto le enfureció aún más y comenzó a seguir el coche por la carretera.

Después de todo, Lionel Luthor había sido conocido en vida como un hombre astuto que jamás dejaba escapar lo que quería.

ººº

Kara se había quedado dormitando de nuevo y ni siquiera recordaba haber cogido la botella de alcohol que tenía en su mano izquierda. Cat velaba junto a la puerta con ojos abiertos y expresión seria. Chelsea respiraba sobre el pecho de la reportera, su aliento tibio traspasaba el jersey de la joven y llegaba a su piel.

Lena dormía a su derecha, hombro con hombro. Kara la miró y sonrió. La respiración de su pareja la tranquilizó. La reportera bostezó y cada músculo de su cuerpo se quejó de dolor.

La empresaria se removió y colocó un brazo alrededor de la cintura de Kara, invitándola a descansar con ella, sin embargo, la joven tenía otras intenciones.

La reportera apartó con delicadeza el brazo que la apresaba y se levantó. Aquella acción provocó un ligero mareo dentro de sí, posiblemente provocada por la botella vacía de alcohol.Con un movimiento hábil, Kara colocó a Chelsea junto a Lena y unos metros más lejos, el recipiente vacío.

El frío de la noche la acarició al dar el primer paso. El viento le trajo el aroma a césped húmedo.

Cat se encontraba de espaldas a ella, pero en cuánto escuchó los pasos, se giró con un paquete de cigarrillos en la mano.

-No sabía que fumabas- sentenció la joven.

-Hacía mucho tiempo que no- le respondió la rubia con la mirada perdida- ¿Quieres uno?

-Supongo que hoy sí.

Kara cogió un cigarrillo, se lo llevó a la boca y su compañera le ofreció el mechero. La llama se reflejó en sus ojos avellana al acercarse. La reportera inhaló y el humo recorrió su sistema respiratorio.

-Gracias.

-De nada- le respondió Cat y devolvió la mirada al cielo.

El manto de estrellas brillaba sobre la noche.

-Están muertas- habló por fin la rubia.

-¿Eh?

-La mayoría de estrellas están muertas- respondió y el humo de sus labios se transformó en noche- su luz ha estado viajando a millones de años hasta nosotros.

-¿Ah sí?

-Esas estrellas ya no existen, solo nos queda su luz. Son fantasmas.

Al oír la palabra "fantasmas" Kara sintió que su compañera se estaba refiriendo a Winn, Maggie y Alex; y no a la infinidad de estrellas distantes.

Sobreviviendo al mañana (Supercorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora