Capítulo 8

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Al fin me encontraba sola en casa, mi casa. Se sentía tan bien al decirlo. Me encontraba exhausta después de poner cada cosa en su sitio. Parecía una eternidad lo que llevaba acondicinándola a mi gusto. Realmente odiaba las mudanzas pero está en específico valía la pena.

Me tiré en el suelo y admiré el tejado, ahora que por fin había terminado me azotaron los recuerdos de mi despedida con Bratt. Ahora que lo pienso en todos estos días no había ni pensado en él. Estaba tan atareada con todo este lío de la mudanza que no me había permitido ni pensar por un instante él. En el fondo soy una tonta sin remedio. Yo aquí dedicándole unos instantes y lo más probable es que él ni piense en mí.

Lo más sano para mí tranquilidad mental en estos momentos era tomar un merecido baño y eso es lo que haría. No podía seguir cargando con los fantasmas del pasado si quería realmente vivir mi vida a mi manera e intentar ser felíz. Hoy estrenaría ese jacuzzi con todas las de la ley y disfrutaría admirando la bóveda celeste como Dios manda.

Eran casi las 10:00 pm cuando reaccioné. Me había quedado dormida - sonreí para mi misma al darme cuenta que hacía años no disfrutaba tiempo de calidad conmigo misma- salí del agua y admiré mi cuerpo, había cambiado tanto en estos años. Todavía no puedo creer como pude comportarme tan desinibida cuando tengo tantos complejos respecto a mi cuerpo.

Basta ya de inseguridades, le dije a mi reflejo en el espejo. Es hora de que cojas todo lo que tienes y los mejores para tu beneficio, es tiempo de amarte a ti misma y ser egoísta hasta el punto de que consigas todo lo que haz anhelado. Demasiados años dedicaste al beneficio de los demás ahora es tu tiempo, aprovéchalo - tras esas palabras abandoné la habitación con paso decidido hacia el futuro, viviendo el presente que deseaba vivir.

No era extraño que el tráfico estuviera tan difícil a esas horas de la mañana, personas entrando y otras saliendo del parking cerraban el ciclo diario de mis últimos 10 días. Llevaba toda la semana intentando hablar con la chica de la gasolinera, hacia 3 días la había vuelto a ver. Me habían cambiado el turno de trabajo y pensé que nunca más la vería, y cuando había abandonado toda esperanza ahí  aparece frente a mí con su sonrisa torcida desafiando a todos, realmente no le importaba la ausencia de un estudiante en su clase?

En fin, si me pongo a pensar jamás me hubiese fijado en ella con otras intenciones sino fuera porque una de sus compañeras de trabajo me dijo que yo le gustaba y vi en su rostro la vergüenza y note el nerviosismo.que invadió su voz al negarlo. Se veía tan adorable que olvidé por un momento a lo que iba y empecé a idear mil formas de invitarla a salir.

En eso llevo meses, han pasado tantas cosas. Pero no quería hablarle hasta no estar aunque sea un poco segura, y aquí voy directo a la cueva del lobo y con posibilidades de ser comida.

Aparqué el carro en una bomba cercana a las neveras y me dirijo al mostrador después de tomar 2 monsters y paquete de goma de mascar. Como siempre nos saludamos le pregunto como está, respiro profundo y empiezo mi interrogatorio mientras pago la cuenta.

-  Trabajas todos los días?

-  No

- Cuándo descansas?

- Dos veces en semana

- Yo descanso uno.

- Vives en esta ciudad

- Si

Y ahí quedó tomo mis cosas y me dirijo al coche. Seré estúpida, donde quedaron las preguntas de, Realmente te agrado? Estás comprometida? Te gustaría salir conmigo en plan de amigos? Bla bla bla.

Me abofetee mentalmente, quise regresar pero estaba avergonzada de mi estupidez. Tan fácil que me es ligar con hombres, nunca pensé que me sentiría así al intentarlo con una mujer. Tomé  nota mental de la próxima vez ser un poco más audaz y llevar a cabo todas mis preguntas en tiempo récord. La próxima vez, veremos cuando sería.

No dilate más el asunto. Prendí el coche y maneje hacia el puesto de comida más cercano. No tenía caso darle más vueltas y debía comer algo antes de bañarme y tirarme a podrir. Una idea estaba tomando forma en mi cabeza quizás y solo quizás la próxima vez llegara más pronto de lo esperado.

Crisálida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora