- Narrado por Justin.
Sentí como se había acomodado hacía mi, y fue precioso. No solamente pero, tenía que sonreír lo hice por dentro.
La abracé con más fuerzas, era preciosa.
*
Acaricié su mejilla, pasando por su cuello y volviendo hacía su cara, era preciosa. El sol daba directo hacía nosotros y aún seguía durmiendo.
Volví acariciar su mejilla, y en ese momento arrugó su nariz.
- Buenos días. -Sonreí con voz ronca.
Había cometido un error cuando me fijé en otra, pero ya cabe que tuve una razón que no justifica nada, extrañaba esos buenos días, y aquellos besos que me daba.
Pero, cada vez que pienso que tendrá un hijo, se me viene a la mente que ella esta haciendo el amor con otro, que no sea yo.
Nunca hice el amor con alguna otra persona más que con ella, da el caso que con Melany y otras antes de casarme solo tuve sexo, y nada más eso.
- Me has despertado. -Escuché su voz, y se tapó la cara.
- Es que necesitamos hacer cosas. -Dije pero de ahí como que sentí que ella se contrajo- me refiero, que tengo que hacer unos mandados.
- Ah. -Dijo con voz pesada- Pero, ve tu..
- No, no te dejaré sola, así que..
- Esta bien -rodeo sus ojos- pero no tengo ropa.
- No hay problema por eso, cuando te..fuiste -tragué saliva- dejaste unas cosas.
Ella solo sonrió levemente y me maldije por dentro, debí estar ahí cuando se fue, cuando dejé que se marchará.
- Me bañaré en el cuarto de a lado, la ropa esta en el clóset, bueno.
*
Salí del cuarto, ya afeitado, y con ropa.
Solo faltaba mi perfume. Y fue cuando vi que estaba sentada con una bata alrededor, y su pelo callendo con gotas de agua.
- Hemos olvidado que estoy embarazada, y esa ropa no me entra en un pie. -Dijo riendo- ¿Puedes creerlo?
- Maldición, lo olvidé. -Reí junto con ella.
- Tendré que ponerme la ropa de ayer..
- Solo sera por un rato, en lo que llegamos al departamento. -Dije sonriendo.
- Si, bueno..me vestiré. -Agarré el perfume y salí.
*
Paramos en una tienda para comprar un agua, que le tocaba el ácido fólico a _____.
- Aquí tienes. -Le di la botella de agua.
- Gracias. -Sonrió- ¿Me la puedes abrir?
- Claro.
Estaba algo dura, pero no fue difícil. La abrí y se la entregué mientras daba reversa, y salíamos para ir directo a los departamentos, y esperar que no estuviera el demente ese.
