Miré sus ojos detalladamente y sonreí a corta distancia. Fui vagando por cada espacio de su cara hasta llegar a sus labios, mi mayor debilidad.
La atraje más hacía mi, y lentamente fui pegando mis labios a los suyos. Fue un roce exquisito, delicioso. Llegué a sentir como cosas en mi estomago -que quede claro que soy bien hombre- y acaricié su mejilla mientras la besaba más rápido.
Sus manos enredaban mi cabello, atrayéndome hacía ella aunque fuese imposible, pues su panza nos separaba.
Sonreí al pensar que ella tendría un hijo, aunque no fuese mío. Ella amaba a los niños, los idolatra más bien. Se separó de mi, y la vi a los ojos directamente y sonreí. Ella solo bajo su mirada, y vi una lágrima rodar por su mejilla.
- ¿Te hice daño? ¿Qué pasa? -pregunté y ella negó- ¿Necesitas algo?
- No quiero que esto sea así..-Alcé su cara, y la volvió a bajar.
- ¿Así como? -Dije en un murmuro.
- Que siempre caiga a tus pies sin importar el daño.
La solté lentamente, y la hice mirarme directamente. Vi como sus ojos se aguaban más y eso me rompía en mil pedazos, ella era mi debilidad. Y últimamente más, soy débil frente a ella.
- -sonreí a medias- No dejaré que te hagan daño, ni yo ni nadie.
Aclaré mi garganta acariciando su mejilla.
- Si te vuelvo hacer daño no me lo perdonaría, preferiría morir antes de hacer sufrir.
Y la abracé fuertemente, su panza tocaba una parte de la mía, pues se veía bien bajita porque no usaba tacones ni nada con el embarazo. Besé su frente.
- Justin..-Murmuró.
- ¿Qué pasa corazón? -Lo último me dio un poco de risa, así que me reí levemente.
- Antes de todo, quiero decirte algo..
- Claro, dímelo..-sonreí con miedo.
- No sé como lo tomes...-apreté su mano- El bebé..
Se escuchó como tocaban el timbre, y desvíe mi mirada hacía la puerta. Me levanté, y antes que diera un paso ella me agarro de la mano.
- Me esconderé si es Carter. -Dijo con una sonrisa.
Asentí, y fui abrir la puerta, y vaya que fue la última persona que pisaría mi casa.
