Mi persona especial

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La hija del bandolero miraba el bosque a distancia, con los codos recargados en la ventana de piedra del castillo, se encontraba sola en la torre más alta, el viento soplaba en su melena obscura y sus ojos negros brillaban con el color del atardecer, unos pasos se escucharon a distancia pero Ronja no volteó la mirada, Mattis apareció en la puerta sorprendido de ver a su joven hija en ese lugar.

-¿Vienes a menudo?

Preguntó el hombre compartiendo la vista con su pequeña, Ronja asintió sonriendo.

-Es un buen lugar para venir a pensar, ¿No crees?

Mattis dibujo una pequeña sonrisa de melancolía mirando los rincones de la habitación.

-Siempre ha sido un lugar muy tranquilo, incluso cuando Skalle-per vivía en este lugar, me gustaba venir a pedirle consejos cuando me sentía perdido, aún ahora que quiero pensar las cosas, el viento en los pinos me susurra, como si él tratara de calmarme con esa enorme sonrisa desdentada.

Ronja lanzó una risita.

-Quiero que tú también me susurres papá, aun cuando tus ojos se cierren para siempre, quiero que me sigas susurrando.

Mattis le acarició la cabeza y con las manos en la cintura le habló con ánimo, haciendo ademanes como era típico de él

-Por eso no te preocupes, desde el día que abriste los ojos, me propuse a mí mismo cuidar de mi pequeña hija, ¡Te molestaré incluso después de mi muerte!, Si te acercas a un acantilado lanzaré un rayo del suelo y será como si te gritara "¡Ronja, retrocede ahora mismo!".

Ronja abrazó a su papá, Mattis suspiró y tomándola de los hombros se agachó para quedar a su altura.

-Afortunadamente eres tan lista como tu madre, por eso puedo estar tranquilo de que llevarás una vida fuera de peligros.

-Mamá es una persona muy lista.

Afirmo la hija del bandolero.

-Así, es, siempre sabe lo que pienso antes de que ponga mi cerebro a funcionar, a veces me pregunto qué fue lo que ella vio en mi, ¿Alguna vez te conté como fue que ella aceptó casarse conmigo?

Ronja negó mirándolo con entusiasmo y alzando los puños en señal de que estaba ansiosa de escuchar la historia.

Mattis se rascó la barba mirando hacia arriba intentando recordar lo mejor posible y comenzó a narra su historia.

-Cuando tenía 10 años, mi padre descubrió que Borka y yo éramos amigos, a él le dio una paliza y lo envió de regreso al bosque de los Borkason con la advertencia de que nunca regresara o lo mataría, a mí me dio un tremendo regaño y me prohibió volver siquiera en pensar verlo de nuevo. Estuve enojado con él por más de un mes, no le dirigía la palabra, ya sabes cómo soy de cabeza dura.

Ronja rio en afirmación a sus palabras.

-Como no sabía cómo contentarme me llevó con él a la aldea a comprar pieles para el invierno, la verdad nunca había ido y por más que intenté permanecer enojado me sorprendía con cada puesto que veía y al paso de unos minutos en ese lugar  ya hasta me había olvidado de Borka, entonces en un puesto de quesos la vi.

Dijo lo último a su hija con una enorme sonrisa y sus ojos negros bien enfocados.

-Su precioso cabello rojo atado en dos trenzas, sus ojos del color de la madera eran como un espejo, uno que reflejaba todos y cada uno de tus defectos que además estaba cerrado por un candado del cual yo como buen ladrón debía encontrar la llave. Me acerque al puesto y ella me miró con desdén, incluso hizo una mueca y me preguntó indiferentemente "¿Qué es lo que quieres, vas a comprar o solo vienes a molestar? Porque si es lo segundo hazte a un lado, estorbas la vista a los clientes"

Te amo, Hermana mía (Ronja Rovardotter y Birk Borkason)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora