VIAJE A HOGSMADE.
Cuando Ginny Weasley se despertó aquella mañana, estaba muy contenta, Colín siempre le había dicho que le gustaba, pero ayer por primera vez se habían confesado que se querían. Y todo el colegio sabía ya lo de su relación. Cuando bajó al Gran Comedor, Colín ya estaba allí, le dio un beso en la mejilla y le dijo:
-¡Buenos días Colín! Hoy te sigo queriendo
-Yo también te quiero Ginny- Colín dijo esto con una sonrisa.
En ese momento entraron Hermione y Krum en el Gran Comedor, para la expectación de casi todo el mundo, ya que Victor Krum era mundialmente famoso. Faltaba una hora para comenzar el partido de quidditch y la profesora Mcgonagall entró apurada en el Gran Comedor acompañada de Harry:
-¡Colín!-dijo Harry- ¡Es deenis!
-¿Qué le ha pasado? –quiso saber Colín- ¿Está bien?
-Si, señor creevey –respondió la profesora- se dio un golpe en la cabeza y solo está inconsciente, pero no puede jugar. Necesitamos alguien que juegue...
-¡Yo jugaré! Soy la única jugadora suplente.
Todo el mundo se dio media vuelta para ver a una Hermione muy segura de si misma.
-De acuerdo-dijo Macgonagall-mucha suerte señorita Granger.
Todo el equipo y Hermione se dirigió al campo de quidditch. Harry como capitán les dirigió unas palabras. Cuando finalmente acabó con el "discurso", dijo:
-¡Hermione! Espera tengo que darte unas indicaciones de última hora. Los demás id yendo.
Cuando se hubieron quedado a solas y con la puerta cerrada, Harry la miró directamente a los ojos y dijo:
-No tienes que hacerlo si no quieres.
-Si que quiero, está es mi compensación- Hermione sonrió y continuó hablando- El quidditch me gusta, no me obsesiona, pero me gusta.
-Gracias- dijo Harry. Y mirando a Hermione añadió- ¡Lo harás bien!
Ella le besó y después dijo:
-¡Vamos allá!
Cuando salieron al campo de juego, la gente se sorprendió de ver a Hermione en el campo de juego. La mayoría de los gryffindor movía negativamente la cabeza y murmuraban cosas por el estilo de: "Adios partido". Pero para sorpresa de todos, resultó que Hermione era la mejor cazadora que Hogwarts hubiese visto jamás, si Ginny ya era buena jugando, ella era la mejor, como Harry, tenía un talento natural. Ella sola hizo 200 puntos y en combinación con el mejor buscador, arrollaron en el partido. Desde ese día quedó decidido que Hermione sería la nueva cazadora de Gryffindor, ya que Dennys dejó el puesto.
Krum vio el partido y se sorprendió mucho de la habilidad de Hermione. Cuando terminó el partido, Krum ya se tenía que ir y le dijo a Hermione:
-No se lo a nadie,
-¿Qué es lo que no le dirás a nadie? –preguntó Hermione intrigada..
-Que tu novio es Harry –respondió Krum – No me como lo sé, simplemente me di cuenta.
Krum se despidió de ella con un abrazo.
Hermione se fue a su habitación pensativa, , ella estaba preocupada.
A la mañana siguiente una mano zarandeaba a Harry. Era Ron:
-¡Harry! Despierta
-¿Qué pasa? ¿Quién acierta?- preguntó medio dormido Harry.
-¡Es Hermione!- dijo Ron.
-¿Qué conduces un camión?-insistió harry
-HERMIONE-gritó Ron a si oido.
Harry se levantó del susto y dijo:
-¿Qué quieres?
-Necesito que me ayudes, quiero que Hermione me vuelva a hablar.¡Me estoy volviendo loco, ya no puedo soportar más que no me hable.
-No sé si debería... –dijo Harry- Me ha contado la razón de su enfado. ¿Así que soy un estorbo? ¿Eh?
-Entiendelo –dijo Ron algo colorado- En el amor y en la guerra todo vale. Incluso intenté usar un filtro amoroso, pero sin la ayuda de ella es imposible entender nada. Hasta me ha dicho Parvaty que ella y Lavender han intentado sacarle en sueños con quien sale ¡Y ni con esas! Incluso ya han desistido...
Harry miró a Ron con el entrecejo fruncido y dijo:
-Bueno... lo intentaré... pero no te prometo nada
Bajaron a desayunar y allí estaba Hermione hablando y riendo con Ginny, Lavender y Parvaty. Harry y Ron las saludaron. Hermione saludó a Harry, pero no a Ron, ya que seguía profundamente molesta que este último, de hecho a Harry le sonrió y a Ron le giró la cara bruscamente. Ron le dio a Harry con el codo y le susurró:
-¡Venga Harry!... pídele que me perdone.
-Hermione-dijo Harry- ¿podemos hablar un segundo?
Fueron a un lugar donde no los oían y Harry dijo:
-¿Podrías perdonar a Ron? Es que es un pesado con el tema de que no le hablas, ¡me está volviendo loco!
-¿¡Como!? ¿Qué le perdone?-preguntó Hermione enfadada- Tú mismo oíste lo que me dijo... ¡Se pasó mucho...!
-Pero... cuando quieras a alguien, haces lo imposible por conseguirla-dijo Harry- yo mismo usé una maldición prohibida...
-Bueno... si me lo pides así...-dijo Hermione- pero como vuelva a hacer algo parecido ¡NI TU ME CONVENCERAS!
Todo el Gran Comedor se volvió para ver quien había gritado, Hermione estaba detrás de Harry roja como un tomate. Cuando volvieron. La actitud de Hermione con Ron, volvía a ser la de siempre.
Cuando acabaron de desayunar se fueron a Hogsmade. Lo primero que visitaron fue la tienda de los gemelos, la cual ya habían visitado varias veces, Hermione prefirió entrar, ya que la ultima vez que fue, los gemelos le echaron un spray que convirtió su pelo en piedra, con lo cual se paso ½ hora con la cabeza en el suelo. Más tarde fueron a tomar algo a las Tres Escobas , allí Harry y Hermione hacían piecitos y se agarraban las manos por debajo de la mesa. Hermione, la cual se aburría un poco, decidió poner la mano en la rodilla de Harry e ir subiendo lentamente. Ella daba claras muestras de estar pasándoselo muy bien con el sufrimiento de Harry. Este decidió pagarle con la misma moneda. Hermione dio un respingo y todo el mundo en la mesa la miró.
-¡Lo siento!-dijo ella poniéndose colorada –Me ha dado un escalofrio, la verdad es que no m encuentro muy bien... mejor me vuelvo al castillo- miró de forma significativa a Harry se despidió y se levantó.
Harry se levantó a su vez y le dijo:
-Si te encuentras mal no te puedes ir tu sola, no te vayas a desmayar... Te acompaño.
-De acuerdo-dijo ella con una sonrisa pues Harry había entendido sus intenciones –Gracias
-Yo también te acompaño-dijo Ron
-No hace falta-dijeron Hermione y Harry a la vez
-Bueno...-dijo Hermione- Vamos que no me gustaría estorbar, con que me acompañe uno ya es suficiente.
-Si –añadió Harry- No te pierdas una tarde de diversión por algo que ya puedo hacer yo.
Ron Estuvo de acuerdo y los dos se dirigieron al castillo, iban todo lo rápido que podían, ya que lo que querían era estar solos, y esta era la oportunidad perfecta.