LA NUEVA PAREJA.
A la mañana siguiente, Hermione se despertó con un nerviosismo inusitado en el cuerpo y una alegría capaz de hacer revivir a las flores mustias. Tras mucho discutir con sus padres, Harry dormiría en la otra cama que había en su habitación. Al principio ellos no querían, pero Hermione con sus argumentaciones había conseguido convencerlos.
A las 12 en punto ya se encontraban en casa de Harry. Hermione, ya no tenía el pelo enmarañado, sino que se lo había alisado y peinado, lo cual hacía que se viese más hermosa de lo que ya era. En cuanto le vio, no pudo evitar darle un enorme abrazo a Harry, él sin que nadie más lo notase le dijo al oído:
-Estás guapísima.
Hermione se sintió halagada y se ruborizó al mismo tiempo por el comentario. Tío Vernon estaba hablando con los padres de Hermione y se alegró al saber que ya se iba directamente a Hogwarts y que no tendría que volver por casa. Mientras hablaban, por orden expresa de Hermione, fueron a que esta conociese a Dudley. Dudley estaba en la cocina, miraba la tele con sus enormes ojos de cerdito. Cuando entraron la vista de este se centro en otra cosa. ¡En Hermione!. Harry se extraño de esa reacción Por primera vez en su vida, sintió la fría daga de los celos, no por Dudley, porque ya sabía de sobras que no tenía ninguna posibilidad con Hermione, sino por el peligro de que cualquier chico de Hogwarts podría tener esa reacción, y de aquella si que peligraría su relación con Hermione.
-Dudley está es Hermione. Hermione Dudley-estás palabras las dijo de mala gana, y luego con un tono más agradable dijo- es una muy buena amiga mía.
-Hola- hijo esta estrechándole la mano- Harry, me ha hablado mucho de ti.- Y acto seguido le sonrío.
Dudley parecía haber sido golpeado por una bluddguer en la cabeza, y parecía que no salía de su asombro.
-Ho... hola- dijo al fin, cuando le estrecho la mano se puso muy rojo- No sabía que mi q... querido pri... primo Harry, tu... tuviese amigas tan g... gu... guapas.- Y en su cara se dibujó la sonrisa más estúpida que ha existido jamás.
Hermione se limito a seguir sonriendo y poner cara de asustada al mismo tiempo mientras se iba poniendo poco a poco detrás de Harry. Cuando Dudley iba a abrir la boca para decirle algo a Hermione, se oyó a tío Vernon por detrás:
-¡Chico! Ven aquí que ya os vais- en su rostro se pudo observar una clara y sincera sonrisa de felicidad.
Fueron los tres hasta la puerta y dudley incluso se empeño en ayudar a su primo con las maletas para que Hermione viese lo amable y fuerte que era. Ella estaba deseando salir de allí y se notaba que estaba nerviosa e incómoda. Cuando arrancaron, Dudley dijo:
-¡Hermione! Espero volver a verte pronto, si puedes escríbeme, aunque sea con una lechuza, ya aprenderé como se usan.
Tío Vernon y tía Petunia lo miraron sorprendidos y enfadados con el comentario. En cuanto a la "halagada" Hermione estaba enfadada con Harry porque este no paraba de reírse de la cómica situación.
Cuando finalmente llegaron a casa de Hermione, ella ya no estaba enfadada y ayudo a Harry a trasladar las cosas a su habitación. En la habitación se encontraba el gato de Hermione Crookshanks al que Harry acarició.
El verano en la casa de Hermione, fue uno de los mejores en las vidas de los dos. Se enviaban lechuzas con los Weasley, iban a pasear al parque, al cine... cosas de muggles. Además Harry y Hermione se fueron enamorando cada vez más, hasta que llegaron a un punto en el que tenían que decirse sus mutuos sentimientos o reventarían.
El día anterior al cumpleaños de Harry, los señores Granger, les dijeron que tenían que ausentarse durante 3 días para asistir a un congreso de dentistas en Nueva York. A pesar de que delante de ellos fingieron mucha tristeza, tanto Hermione como Harry pensaron Justo cuando salieron por la puerta Harry miró a Hermione y le dijo:
-Por fin solos llevo mucho tiempo queriendo preguntarte una cosa- A Hermione se le aceleró el corazón- ¿Qué te traes entre manos con Ron?
A Hermione esa pregunta la cogió desprevenida y solo alcanzó a decir:
-¿Qué?¿A que te refieres?
-A que desde hace dos años por lo menos una vez al mes quiere hablar contigo a solas y cuando vuelve los dos estáis muy tristes. ¿Qué os pasa? Nunca me lo queréis decir y me estoy empezando a cansar.
-¡Ah, eso! Bueno la cosa es que...,- Hermione dudaba en decírselo a Harry, pero finalmente se puso un poco colorada y dijo- Ron, me ha dicho que me quiere, pero yo a él no le quiero como novio solo como amigo. Así que él una vez al mes me pregunta si ya cambié de opinión. Yo no puedo corresponderle porques estoy enamorado de otro.
-Lo siento... no tenía ni idea de que fuera eso...- Y para cambiar de tema dijo- ¿Qué te parece si vamos al videoclub a alquilar una películas?
-Harry, me has leído el pensamiento. ¡Pero que sean de miedo!
Después de mucho discutir los títulos en el videoclub decidieron alquilar la saga completa de Scream.
Mientras andaban, los dos estaban sumergidos en sus pensamientos. pensaba Harry, . Los pensamientos de Hermione no discrepaban en mucho con los de Harry,
Cuando llegaron a casa prepararon todo para ver las películas. A pesar de lo que dijese, Hermione se moría de miedo con las películas, e inconscientemente se acercaba cada vez más a Harry como acto reflejo. Llego un momento en el que estaban pegados y él le paso la mano por encima del hombro con lo que Hermione se sintió salvo, como si nada pudiese dañarla. Hermione se fijó que quedaban 5 segundos para el cumpleaños de Harry y las 12 en punto ella le dio un beso en la mejilla y dijo:
-¡Feliz cumpleaños Harry!- Hermione sacó un regalo de debajo del sofá y se lo entrego a Harry- Esto es para ti por tu 17 cumpleaños.
-Muchas gracias Hermione- Se puso un poco colorado por el beso en la mejilla y abrió el paquete- ¡Un libro de tácticas de Quidditch! No sé como lo haces, pero siempre me encanta tu regalo.
En ese momento Hermione se puso muy nerviosa y dijo:
-Harry... hay algo que quería decirte- ella se ponía cada vez más roja- ¡La razón por la que siempre rechazo a Ron, es que... yo..., te..., te..., ¡te quiero!
Harry sintió como si le hubiesen dado una descarga eléctrica de felicidad y antes de que ella siguiese hablando, le dio un suave y dulce beso:
- Yo también te quiero Hermione, pero no me atrevía a confesártelo porque creía que tú estabas enamorada de Ron.
Ella re río y le dijo que solo lo quería a él. Acabaron de ver las películas ya abrazados. Se quedaron dormidos los dos en el sofá, muy felices por conocer sus mutuos sentimientos.
El resto de los días que los padres de Hermione no estuvieron, estaban muy contentos por poder actuar como una pareja muggle normal. El último día Hermione se despertó antes que Harry y se fue a comprar algo para el desayuno. Cuando volvió la puerta de la habitación estaba cerrada por lo que supuso que Harry seguía durmiendo, así que se desvistió en la sala, se puso una toalla, subió las escaleras y se fue a duchar, pero al entrar en el baño se quitó la toalla, abrió la cortina y se encontró a Harry en la ducha secándose la cabeza con la toalla. Al verse el uno al otro sin ropa, enrojecieron hasta las orejas y Hermione salió disparada hacía la habitación, cuando Harry salió del baño fue a hablar con ella y ninguno de los dos pudo reprimir una risa. Decidieron que eso era algo normal y que no le iban a dar importancia.
Cuando llegaron los padres de Hermione, se comportaron como si nada hubiese pasado, no querían que pensasen nada raro, ni tampoco que los separasen de habitación, aunque no hubiesen hecho nada, ni tenían pensado hacerlo aún, no querían dormir separados.
Una semana antes de coger el expreso de Hogwarts, fueron al callejón Diagón, allí se encontraron con muchos de sus compañeros de clase y compraron las cosas que les hacían falta para el 7º curso en el colegio Hogwarts de magia y hechicería.
Aprovecharon al máximo sus últimas días juntos, ya que no querían dañar a Ron, y tampoco querían que hubiese comentarios ni especulaciones acerca de su relación, la llevarían en secreto.