Las cartas

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El rey muy enfurecido por lo ocurrido llega a su oficina toma el retrato de sus hijos y lo rompe a pedazos y luego los quema. Se dirige a la mesa de trabajo y comienza escribir la carta para la Reina Elsa.

Decía algo así

Querida Reina Elsa:

Le escribo esta carta, para comunicarle que ya hemos decidido que haremos con el Principe Hans de las Islas del Sur, pues como según las leyes reales, los nobles jamas serán dado como pena de muerte, yo el rey de las Islas de las Islas del Sur, le envió esta carta para comunicarle a usted y a su hermana Anna de Arendelle que queremos enviarlo de vuelta a Arendelle para pedir disculpas públicamente, además de aceptarlo como sirviente el tiempo que usted apetezca, para darle los trabajos más duros y difíciles. Si usted acepta lo enviaré apenas me responda.

Con mucha humildad

El rey de Las Islas del Sur.

Estaba a punto de terminar la carta, cuando se da cuenta que cae una gota de sangre sobre la hoja, de pronto cayeron dos mas se miro en un espejo que había en uno de los cajones de la mesa y efectivamente le sangraba la herida que le había dejado Hans en la cara, de inmediato llamo a uno de sus sirvientes para que lo sanaran.

Después de eso la carta fue enviada a la reina Elsa.

En Arendelle la carta llego en la madrugada la reina se dirigió a su oficina en donde atendía sus asuntos reales y le leyó. Al ver el contenido de la carta salio de inmediato a buscar a Anna la Princesa de Arendelle para comunicarle lo que llego por escrito.

Se acerco a Kristoff que estaba a las afueras de las puertas, haciendo cosas en su trineo.

—Ahmm... Disculpa Kristoff— dijo Elsa algo curiosa.

—¡Oh, majestad no me había dado cuenta que se acercaba a mi!— Contesto Kristoff ocultando algo que Elsa quería ver pero él no la dejaba.

—Oye ¿que tienes allí?—Pregunto Elsa

—No nada, ¿que tendría yo?— Nervioso.

—Kristoooof...— La reina casi impaciente. En fin no aguanto mas y congelo los pies y brazos de el rubio, para acercarse al trineo. Allí encontró algo que jamas imaginó. Un anillo de diamantes blancos y rojos eran hermosos.

— ¿Esto es para Anna?— pregunto Elsa a Kristoff, deshaciendo el hielo de él.

—Emm si...— Contestó Kristoff con vergüenza, quitándole el anillo.

—Ah. Bien cambiando el tema... ¿has visto a Anna?—

—Ahmm pues no lo se pero creo que esta durmiendo—

—Ups... ¿si como no lo pensé antes? Bien gracias Kristoff y tienes que decirle a Anna lo del anillo ¿okay?—

—Esta bien...—se sonroja

Al rato Elsa ya había llegado a castillo en busca de su hermana estaba dormida "boquiabierta" dejando caer un poco de saliva en la almohada.

—Anna!— grito la reina

—Que Elsa ocurre..?— contesto muy adormilada

—Lavate tengo que hablar contigo en el vestíbulo, te veo allí en veinte minutos—

—Okay...— contesto Anna

En menos de veinte minutos Elsa y Anna ya estaban juntas.

—Bien aquí estoy ¿para que me quieres?—pregunto Anna

Elsa suspiro y comenzó a contarle todo sobre que Hans vendría y si ella estaba de acuerdo. —Anna que te parece?—

—Mmm.. No sé Elsa ¿Que tal si nos quiere matar otra vez?—

—No, no sera así esta vez lo mantendremos vigilado—

—Esta bien Elsa pero le haré hacer las peores tareas que jamas allá hecho— dice Anna de una manera infantil

Las hermanas tomaron su camino y se marcharon.

Elsa decidió escribir de inmediato la carta que decía algo así:

Islas del sur

Tengo el placer de comunicarles que yo y mi hermana Anna hemos aceptado su propuesta, así que envienos a su hijo el Principe Hans

Reina Elsa de Arendelle

Un recuerdo lo cambia todo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora