De la historia de June: Niñez Parte 2

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Pasados tres años, se podría decir que podía manejar muy bien las bases del nen, no era una niña genio, evidentemente, pero era mucho más talentosa y avanzada a pesar de mi juventud, incluso, ahora lo que me quedaba era perfeccionar mi hatsu. 

¿Mi rama nen? resulté ser manipuladora. No negaré que estuve decepcionada de no ser una especialista igual que mi tío,  porque pensaba: quizás no compartimos lazos de sangre, pero en algo me debía de parecer a él. 

Cometí el error de expresar esta inconformidad con varios miembros de la araña quienes, más allá de la ternura que normalmente podría suscitar, hicieron burla de mi deseo infantil, y de ahí, que muchos me comenzaron a llamar "Pequeña Danchou" o "Chrollo en chiquita".

Ahora bien, un par de semanas antes de que sucediera la masacre del clan Kuruta, mi padre me llevó de viaje por mi cumpleaños, o más bien, me llevó a acompañarlo a hacer papeleos aburridos y larguísimos en una ciudad aún más aburrida; demasiado tranquila a mi parecer, al menos en ciudad meteoro podría irme al basurero y encontrar cosas interesantes allí.

― ¿Para qué vinimos a este lugar? no es precisamente un regalo de cumpleaños muy emocionante - me quejé, luego de un par de papeleos preferiría tragarme mil agujas antes que volver a estar en una oficina llena de ancianos lentos y olor a humedad -

― ¿Cumpleaños? no recuerdo haberte dicho eso, solo te pregunté si querías venir de viaje conmigo - hablaba como si no tuviera remordimiento alguno al engañar a su pobre hija - tampoco te especifiqué que iríamos a algún lugar especial ¿o sí?

― Pensé que era una sorpresa... - admití avergonzada - ¡Pero aún así! ¿Para qué me invitas si vas a hacer cosas tan aburridas? ¡Y lees como un caracol! ¿Hace cuánto llevas con esos papeles en mano? 

― El papeleo adulto no se debe subestimar, hay que leer muy bien lo que se hace - pasó de hoja, y podía jurar que ni siquiera estaba leyendo, sentía que me miraba como si se burlara de mí - y me faltan veamos... 1,2,3,4... como 15 páginas del documento y todavía tengo que ir a mas sitios suuuuper aburridos ¿me ayudas?

― No, gracias ¿puedo ir a dar un paseo por ahí? estoy demasiado chiquita como para dejarme absorber por la burocracia adulta aún.

― ¿A dónde irás? ¿no dijiste que era un pueblito aburrido?

― Lo es, pero cualquier sitio es más divertido que aquí, prometo no meterme en líos y todo eso. Igual si lo hago, llegarás en seguida a castigarme así que no creo que tengas de qué preocuparte.

― Está bien, nos vemos entonces en el hotel antes de las 6 de la tarde ¿Entendido? - y dicho esto, dio otra vuelta a su hoja, ahora sí parecía leer más rápido -

― Vale, Pa. Nos vemos al rato, espero un regalo caro en compensación por esto - me levanté de una silla que chilló horriblemente apenas me moví - 

― June... iremos a ver a mi familia, pórtate bien.

Esto último se quedó resonando en mi cabeza, nunca antes había hablado de su familia de origen, y al mencionarlos, lo había dicho en un tono monótono e inusual para la jovialidad de mi padre, por lo que no tuve ni ánimos de preguntar el por qué, solo pude intuir que algo serio estaba pasando y eso explicaría el viaje raro ¿Para qué? no quise saberlo por ahora, debía confiar en mi viejo nada más.

Al salir a la calle, me fui robando alguna que otra fruta que encontraba en los puestos ambulantes, y chismoseando alguna que otra conversación ajena, saliendo temas típicos de infidelidad o hasta gente metiéndose con su propia familia, en fin, cosas de pueblos chicos, nada raro para mí.

Ojos malditos, cadenas rotas (HxH)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora