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El Lago Negro

Desperté temprano a pesar de saber que era sábado pero con eso de las emociones sin control desde que llegó Viktor es que no podía seguir dormida

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Desperté temprano a pesar de saber que era sábado pero con eso de las emociones sin control desde que llegó Viktor es que no podía seguir dormida.

Tenía miedo de abrir los ojos y verlo dormido o peor, que ya estuviera despierto y observándome. Me armé de valor y abrí los ojos de golpe solo para llevarme la decepción de ver su lado de la cama vacío, a excepción de un pedazo de pergamino doblado sobre de su almohada.

Estiré el brazo para tomarlo y leí en cuanto lo desdoblé.

Lamento haberme ido sin avisar pero el profesor Karkarov nos quería reunidos temprano en la cubierta así que no me atreví a despertarte.

Te agradezco que me hayas ofrecido tu cama. Dormí muy bien y me siento mejor.

Espero podamos platicar después, en tu tiempo libre.

V. K.

¿Por qué estaba sonriendo?

¡Si sólo han sido unas pocas palabras de agradecimiento!

¿A quién quiero engañar? Es la mejor carta que un chico me ha dado en mi vida así que lo mejor será guardarla bien.

En cuanto llego al Gran Comedor veo la multitud que se reúne lo más cerca del Cáliz de Fuego en espera de ver quiénes pondrán su nombre en este.

Una de las mesas tiene comida así que voy hacia allá, encontrándome con Hermione comiendo en tanto lee un enorme libro. Ella nunca deja el estudio ni aunque sean vacaciones. Me pregunto si eso no la llega a agotar en algún momento.

— Hola Hermione— saludo en cuanto me siento a su lado y cierra el libro, poniendo su atención en mí. Al menos eso ha sido amable.

— ¿Tampoco pudiste dormir? Creo que todos se levantaron pronto para no perder detalle.

— Lo sé, y más yo que tengo un hermano dispuesto a entrar y ganar ese torneo— le respondo en tanto tomo una rebanada de pan tostado y le unto un poco de mantequilla con azúcar.

— Con todo respeto, Cedric está loco— Hermione se detiene cuando le da un sorbo a su vaso—. No creo que valga la pena arriesgar la vida por unos galeones.

— Lo sé, eso fue lo que le dije pero nunca entenderá razones— dirijo mi atención cuando escucho el sonido de voces emocionadas entrando al lugar. Es mi hermano junto con sus amigos de Hufflepuff—. Hablando del rey de Roma...

El grupito venían empapados porque afuera llovía pero eso no parecía afectar en lo más mínimo el ánimo porque Cedric se "inscribiera" en el torneo así que en medio de las porras, mi hermano se dirigió al cáliz, cruzó la línea de la edad (que marcó Dumbledore para que nadie menor de 17 años intentara participar) y colocó un papel con su nombre dentro de las llamas del cáliz. Todos los presentes (que por cierto solo eran de Hogwarts) aplaudieron por tener otro contendiente que podría representarnos.

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