Summer y Cedric Diggory son los hermanos más populares en Hogwarts a pesar de estar en distintas casas y tener un par de años de diferencia.
Con la llegada de un nuevo año escolar, luego de un apasionante e inesperado mundial de Quidditch, los herma...
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La euforia por la primer prueba del torneo se ha disipado y las actividades en Hogwarts vuelven a su curso normal. Todos retomamos las clases, entregamos trabajos para recuperar lo perdido por nuestras distracciones por el gran evento y también los profesores nos cargan con una montaña de tareas porque saben que vienen las vacaciones de Navidad y con ellas la emoción de ir a nuestras casas o de disfrutar del castillo sin el ajetreo diario del estudio.
Quisiera decir que he estado igual que el resto de mis compañeros pero no es así. Me ha afectado mucho el hecho de que no he hablado con Viktor todos estos días y que él me ha evitado a toda costa.
¿Por qué se puso así? ¿Por planear con Charlie una salida que harían cualquier grupo de amigos?
Esto me enoja y me entristece al mismo tiempo y (aunque Viktor se alejó) yo tampoco he buscado el modo de hablar con él y arreglar esto. ¿Pero cómo puedo arreglarlo? En realidad, ¿qué arreglaría? Porque lo quiera admitir o no, Viktor tiene razón en decir que no hay un "nosotros" así que no entiendo por qué se molesta y se aleja y tampoco entiendo por qué esto me tiene así, perdida y muy dolida.
Hoy es la primer visita a Hogsmeade y también es el día en que me veré con Charlie en las Tres Escobas pero no estoy del todo segura de si debo ir o dejar pasar esto. En el fondo sé que Charlie no merece que lo deje plantado pero no quiero tampoco que el chisme de que estuve tomando una cerveza de mantequilla con uno de los mayores Weasley se expanda como pólvora y llegue a oídos de Cedric... En realidad, me importa más que no llegue a oídos de Viktor.
¿Entonces qué se supone que debo hacer?
¡La vida apesta! ¡La adolescencia apesta!
Tomo una piedra del suelo y la lanzo con enojo al Lago Negro solo que no contaba con que alguien tuvo que lanzarse a la tierra para no ser golpeado por mi proyectil. Me llevo las manos a la boca cuando me doy cuenta de quién iba a ser el desafortunado descalabrado.
Viktor está con la cara pegada a la arena y viéndome como si estuviera loca.
— ¡Lo siento!— eso es lo único que puedo decir en tanto lo miro con demasiada vergüenza como para poder siquiera moverme. Viktor se levanta, se limpia la arena de la ropa.
— No te bastó lo que hiciste y ahora quieres dejarme con un hoyo en la cabeza.
— ¿Lo que hice? ¿De qué demonios estás hablando?
— Da igual, olvídalo— Viktor parece tomar una buena bocanada de aire, viéndome fijamente como si intentara memorizar, para después dar media vuelta; está a punto de irse.
— Si tanto te molestó que Charlie me invitara a salir— comienzo a decir haciendo que se quede plantado en su lugar. Sus hombros se ven muy tensos—, entonces ya sabes lo que tienes que hacer: invitarme primero.
