Duchenne Smile |Yoonmin|

페니토인 [ Fenitoína ]

"Abre tu corazón, alguien vendrá, alguien vendrá por ti, pero primero debes abrir tu corazón." 

— Gracias, YoonGi. —una sonrisa cálida y destellante de agradecimiento salió del señor Choi hacia él menor.

— Eh, ¿por qué? —preguntó YoonGi sin entender aquella reacción.

— Hoy me contaste algo que no le habías dicho a nadie más que por obligación, hoy lo contaste sin necesidad alguna de mi insistencia por querer saber y estoy orgulloso de ti. —Dijo mientras anotaba algo sobre la tabla de notas.

— Doctor Choi, no sea cursi por favor. —YoonGi río bajo con cierto brillo de vergüenza.

— Jajaja está bien YoonGi. Entonces, dime. ¿Desde cuándo lo conocías? —el señor Choi comenzó el momento de preguntas.

— Desde los tres años. Pasé cinco años de mi vida con él, era como mi segundo padre. —sonrió con nostalgia.

— ¿Qué sentimientos experimentas al recordarlo? —la pluma seguía rozando la tabla de notas, una y otra vez, agregando información.

— Yo creo que... me siento feliz, nostálgico, triste... siento amor e ira. Siento odio y rabia, todo esto acumulado porque si tan sólo hubiera sido más grande, habría podido defenderme y protegerlo a él. Es un sentimiento ahogante y estrecho, casi claustrofóbico. —contestó Suga mientras observaba el techo.

— ¿Crees que este puede ser un factor para el TEI? —la voz del señor Choi se escuchaba meticulosa entre toda la situación.

— Yo... no lo sé, quizá, eso creo. Aparte de todas las cosas que he hecho quizá ese fue el inicio de todo. —YoonGi temblaba ante el recuerdo.

— ¿Qué sucedió después de que tus padres te llevarán? —la segunda pregunta que todos querían saber; ¿Qué sucedió?

— Yo tuve que contar todo lo que sucedió... a mis padres, a la policía, a los abogados y detectives... una y otra vez. —su respiración estaba agotada— Lo que salió en las noticias es lo que sucedió, intentando descubrir quiénes fueron los que le hicieron eso, yendo repetitivas veces a comprobar el rostro de los cuatro posibles secuestradores y de la misma forma; nunca se encontró nada.

— ¿En dónde crees que están ellos ahora? —YoonGi al parecer no entendió la pregunta porque reaccionó con una mueca— Me refiero a que el hecho de como vemos a ciertas personas o como quisiéramos verlas, identifica el desarrollo de nuestra actitud ante el problema o el trauma con respecto a tu situación actual. —explicó el doctor Choi.

— Oh, creo que quizá ellos tienen una buena vida aún después de haber hecho lo que hicieron no creo que sientan pesar o culpa alguna, ha de ser algo normal para esos bastardos arrebatar la vida de otras personas y aunque intente superar toda mi ira por ellos, yo sólo logró que se acumule más, y a veces tan sólo... no manejo mis pensamientos. Por eso quizá son las nueve sanciones policiacas debido a peleas que tengo, pero todo esto lo pude evadir por ser quién soy. —tener dinero y contactos siempre servía de algo.

— ¿Por qué ocurrieron esas peleas señor YoonGi? —otra gran duda para todos.

— Creo que sonará algo totalmente ridículo, pero siempre cuando señores mayores intentaban buscar pelea conmigo tanto en bares, torneos de apuestas y accidentes automovilísticos... cada uno de ellos me recordaba a aquellos cuatro y yo sólo perdía el control. —su voz de resignación opacaba la conversación.

— ¿Tú mente se nublaba? —preguntó el doctor Choi cambiando su postura.

— Se podría decir que yo siempre estaba irritado por todo y la mayoría de las cosas que pensaba eran cosas agresivas, al principio sólo comenzaba en mi un hormigueo, mi cuerpo comenzaba a temblar, mi corazón parecía estar a punto de explotar y sentía una extraña presión sobre mi cabeza... y mi mente se apagaba completamente. Sin embargo, con el paso del tiempo logré tener más dominio de mis acciones o ataques, según lo que usted me ha explicado doctor Choi. Ahora mi mente sólo se nubla o se cubre con una capa de agua y puedo escuchar lo que sucede a mi alrededor, así como cuando de pequeños estamos sumergidos bajo el agua y escuchamos todo distorsionado a nuestro alrededor, pero se siente seguro y preferimos quedarnos allí, hasta que la falta de aire nos lo impida. —su voz era transitoria, pero estaba consciente en cada palabra que decía.