벤조디아제핀 [ Benzodiazepine ]

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"Por primera vez en su vida su corazón le habló."


— ¿Cómo definiría su estado de ánimo en este momento señor Min? —reconocía el hecho de que aquella voz lo acompañaría de hoy en más.

Tres de la tarde, hora en la cual está registrada cada sesión, en la cual Min YoonGi tiene que hablar con el doctor Choi sobre sus sentimientos, o de manera más concreta, sobre el accidente en el cual estuvo involucrado o en perspectiva de YoonGi hablar sobre las mismas cosas intentando evadir el tema prioritario, así pasando la mayoría del tiempo en aquel aburrido y sofocante cuarto color crema que tanto odiaba... piensa que es una total pérdida de tiempo pero no puede evitar estas sesiones, la única forma de no estar en medio de esas cuatro paredes era ponerse agresivo e intentar atacar al hombre en frente suyo quien solo veía una tabla la cual reposaba sobre su pierna derecha mientras fingía escribir algo. Tristemente YoonGi no podía hacer eso, debido a que el sedante de la mañana aún tenía efecto sobre él, y sentía como su cuerpo apenas y cumplía la fusión de moverse lo necesario como para existir y en pocas palabras... ser una persona. Se sentía somnoliento, sentía que sus músculos eran como suaves almohadas y que sus pensamientos en ese momento era lo único que estaba fuerte e inquebrantable.

— ¿No lo dejé muy claro en esta mañana? —la voz adormecida de YoonGi era acompañada con un tono de sarcasmo que caía muy directa al hombre que veía cinco veces por semana a la misma hora.

— La verdad esperaba que eso fuera sólo una excusa para llamar la atención señor YoonGi, hemos hablado de eso, un detonante pequeño puede ser la causa de una gran reacción de su parte. —el doctor Choi alzaba sus gafas para observar al joven rubio frente a él.

— Disculpe doctor... pero no creo necesitar nada de usted o de este lugar, más que el hecho de que me dejen salir de aquí. —la vista y atención de YoonGi fue atrapada por un par de pájaros azules que trinaban cerca de la ventana para después volar a la par jugando al moverse al unísono... se veían felices, irradiaban cierto brillo que dejaba atónito al rubio, se preguntaba a sí mismo; ¿Qué era?

— Es más señor Min, ¿por qué razón cree usted que...?

La voz del mayor, en la habitación, fue borrada lentamente de la mente del rubio llevando su concentración a este cálido par de aves, aún se preguntaba cuál era la razón. Quizá cuando tienes a alguien la vida parece menos triste o... más feliz, más agradable y fácil de vivirla. ¿Qué será?

— Señor Min... —las aves eran hermosas. Cálidas y hermosas— Joven Min, puede por favor poner atención. —YoonGi deseaba seguir mirando aquel brillo todo lo que pudiese si no hubiera sido por el fuerte golpe que lo hizo sobresaltar.

— Oh, ¿qué? ¿qué sucede? —el doctor había quedado perplejo ante su fácil fascinación por cosas que parecían no importantes.

— Le estaba preguntando sobre, ¿por qué creía que su familia lo trajo aquí? —contestó esperando una respuesta por parte del veinteañero.

— Al igual que usted estoy intentando descubrir la razón, aún si lo pienso mucho, no encuentro nada. —YoonGi parecía molesto aún en su intento de ignorar la pregunta.

— Inténtelo joven Min, aún tenemos tiempo para hablar de ello, es más, si me contesta algo coherente la cita de hoy se puede acortar. —YoonGi sabía que en realidad el doctor estaba distraído por algún asunto, apurado, en las palabras correctas. Se denotaba por sus acciones y movimientos, sin embargo, a YoonGi le importaba poco la razón y si decirle algo lo sacaba de ahí, prefería hacerlo.

— Tenemos un planeta completo de personas desdichadas. —Suga posó sus ojos sobre los del doctor Choi para confrontar su pregunta— Todos viven por vivir y aunque traten de luchar... aunque ellos intenten luchar, no lo logran, porque siempre habrá algo que los lleve al fondo, algo que tarde o temprano los logre hundir una y otra vez. Creo que eso es lo que ha pasado conmigo siempre... estoy realmente molesto y enojado por dejar que esto me afecte. Por lo que, imagino que ellos pensaron que yo aún no era lo suficientemente desgraciado hasta cierto punto y momento... quizá aprovecharon eso para querer "sanarme" o "ayudarme", aún no descubro lo que ellos quieren o esperan de mí. Solo quiero que todo vuelva a ser como era antes, tengo una compañía que regir y como CEO no puedo perder dos años de mi vida encerrado en este lugar, intentando sanar un vacío que parece querer ser permanente.

Por primera vez en mucho tiempo, habló más, mucho más... sin embargo sentía que se quedaba sin palabras y empezaría a desmoronarse, todo era cuestión de tiempo.

— ¿Se refiere a lo que pasó recientemente? —silencio— El accidente con... —la mirada del señor Choi cambió repentinamente a una sensible pero concentrada como si quisiera hacerse paso en la oscuridad que habitaba dentro de YoonGi.

— No hablaré de eso. —la voz cortante de Suga terminó con la duda casi propuesta.

— Entiendo, has estado abierto hoy, al menos un poco, este ha sido un buen progreso. Esperemos conseguir más como estos. —contestó animado dejando la tabla y la pluma sobre la mesita a su lado derecho— Sabe joven Min, quizá deberías visitar la sala de música, se abrió recientemente, pero parece que todos le huyen, no sé bien por qué es... bien, terminamos la sesión de hoy.

— Ya era hora. —contestó el rubio dejando el cómodo sofá donde estaba tumbado.

— No olvides la medicina y pásate por la sala de música debe haber algo que te guste. —escuchó la voz del señor Choi antes de salir de la habitación.

— No es como si la pudiera olvidar, los enfermeros me siguen como locos para que la tome. —gritó suave al salir de la habitación.

Min YoonGi nunca pensó que a sus veinticuatro años de edad estaría internado en un lugar con paredes que parecían tener más vida que las mismas personas, un lugar lleno de pasillos iguales y que la mayoría de estos estén o vacíos o llenos con enfermeros atrás de pacientes que tenían un ataque o intentaban matarse, aunque YoonGi no pensaba que ellos intentaran matarse a sí mismo sino más bien algo dentro de ellos. Y allí caminando hacia la sala de música en la tercera planta se encontraba él, en un pasillo claro y abierto. Él con su cabello rubio, pintado hace unos meses por puro capricho, aunque al final le terminó gustando, allí estaba él extrañando a sus verdaderos amigos y que lo llamaran por su apodo como antes... pasar mucho tiempo alejado de las cosas al parecer si te logra hacer extrañarlas.

La mayor parte de la droga se había borrado de su organismo, su mente se encontraba más despierta ahora que estaba a punto de entrar a la sala de música, se quedó observando la puerta por un momento antes de abrirla, raramente paró en el momento en que escuchó música salir de la habitación. Era una balada, suave pero movida, iba de un lado a otro, subía y bajaba, se hacía más grande y volvía a ser pequeña; ardía... era inseguridad, dolor, esperanza, pureza, amor... tenía sentimiento, pero le faltaba algo, algo que le diera vida.

Los pequeños cabellos rubios de YoonGi junto a sus ojos interrogantes aparecieron por la pequeña abertura de la puerta entreabierta por donde salía la música, observó lentamente la sala de principio a fin. Una pequeña batería estaba en la primera esquina del cuarto azul, seguida de una guitarra de un color amarillo chillante, que se recostaba sobre una mesa con una flauta, maracas, panderetas y un triángulo plateado muy pequeño pero brillante. Sin esperarlo al fondo de la habitación se encontraba allí, en su majestuosidad lo que ha amado toda su vida, un piano. Aquel que podría hacer palpitar su corazón siempre que lo vea, lo imaginé, lo toque o lo sienta. Estaba allí con esa especial aura que vislumbraba a YoonGi. Lo amaba, sí que lo amaba sin embargo apareció alguien en medio de su visión y su pensar.

Un joven de cabello negro, acompañado por un buzo color sol y por debajo la ropa del hospital, se movía de un lado a otro con expresión, énfasis y sentimiento. Danza contemporánea, recordaba, lo había visto un par de veces en grandes escenarios y obras, pero nunca con tal sentimiento. Una mano voló arriba en busca del cielo y la otra se posó con vista al suelo, polos opuestos, el cielo y el infierno... sus ojos cubiertos por su cabello y una pequeña sonrisa de conquista entre sus labios.

La canción terminó junto a YoonGi cayendo sobre el suelo debido al desequilibrio al estar observando al chico, sin entrar por completo a la habitación, al mismo tiempo en que el chico en frente suyo se alejaba asustado de su posición anterior, quien después de haber sido sorprendido sólo se limitó a observarlo con intriga y extrañes.

— Un... ¿Un... —su expresión cambió de tranquilidad a aterrado rápidamente — ...fan ...fan ...fan ...fantasma? —especuló dando pasos hacia atrás como si él muchacho fuera a ser atacado.




Duchenne Smile |Yoonmin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora