14 : Pequeña Melocotóncito

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Ya eran las once de la mañana y los rayos del sol traspasaban la ventana del cuarto de la más pequeña entre las hermanas Yoo

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Ya eran las once de la mañana y los rayos del sol traspasaban la ventana del cuarto de la más pequeña entre las hermanas Yoo. La luz golpeaba en los ojos de la pelicorto provocando que su sueño sea arruinado. Jeongyeon lentamente abrió sus ojos, sintió aquellos rayos atacar sus ojos, la chica llevo sus manos hasta su rostro y soltó un bostezo, Se estiró y miró a su lado encontrándose una sorpresa.

Momo estaba durmiendo. Estaba durmiendo abrazada a ella y no lo podía creer. El rostro de la pelinaranja era como ver a un ángel que había caído del cielo esa misma noche, sus pestañas hermosas resaltaban, aquellos labios rosáceos los cuales ya había tenido la oportunidad de besar, su pequeña y perfecta nariz, cada pequeño detalle de la japonesa era simplemente perfecto para los ojos de la pelicorto. JeongYeon pensaba que Momo era una pequeña melocotóncito por el color de su cabello y, además, por el significado de su nombre japonés. Le parecía muy pero muy tierna.

JeongYeon miró la puerta para confirmar que nadie las podía ver y sí, estaba totalmente cerrada. La coreana se acercó con suavidad a la contraria y dejó un suave beso en la frente de la pelinaranja. Una inocente sonrisa apareció en el rostro de Momo provocando que un color rosáceo se apoderaran de las mejillas de JeongYeon.

La coreana se acercó al oido de la contraria y le susurró dulcemente — Momoring...~ Vamos, a levantarse...~ — La japonesa solamente soltó un gruñido. — Ah... — JeongYeon suspiró — Si no te levantas en un minuto, te voy a besar en los labios y romperé la regla de 'nada de besos' aunque hace unos segundos ya la rompí pero bueno... tu me entiendes... —

— Jeong... cinco minutos.... — murmuró la pelinaranja sin dejar de abrazar a la pelicorto

— Uno... dos... tres... — JeongYeon empezó a contar los segundos que pasaban desde ese momento

— ¡Aish, Ya ya, Me levanto! — Momo abrió sus ojos con molestia, ella tan sólo quería dormir un poco más.

— Wow... Increíble que te hayas despertado solamente para no besarme... Yo pensaba que te gustaban mis besos... — Dijo JeongYeon un tanto dolida. Su rostro expresaba desilusión y pena. Momo la miró y pudo notar la tristeza que sentía, Suspiró y se acercó a ella. Rodeó el cuello de la contraria con sus manos, cerró sus ojos y dejó que sus labios tocaran los de la pelicorto. La expresión de desilusión que tenía desapareció y ahora se podía ver en su rostro lo sorprendida que estaba. Correspondió al beso y lentamente cerró sus ojos, dirigió sus dos manos a la espalda de la pelinaranja y empezó a acariciarla. Estuvieron unos cuantos segundos así hasta que el aire se le acabó a la japonesa.

— N-No digas nada... y ahora sí, el último beso que te doy... — Momo susurró un tanto avergonzada mientras JeongYeon seguía acariciando su espalda con una gran sonrisa en su rostro. Aquel beso le alegró la mañana.

— Gracias, Momoring. Ahora si puedo decir que es una buena mañana. —

— Aish... — Momo se alejó de JeongYeon y se levantó de la pequeña cama. — Ya vamos a desayunar, molestaste mucho para que me levantara así que ahora te vas a mover. —

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