Capítulo 1

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Era el primer día de Oliver en el instituto; y se encontraba realmente nervioso, porque poseía muy pocas esperanzas de encontrar a su mate; la mayoría de sus antiguos "amigos" ya lo habían encontrado, incluso su hermana –de tan solo quince años– ya lo había encontrado.

Esperaba que no le hubieran destinado a él y a su manada una vida triste y solitaria; que sin la figura femenina, se sumiría en guerra y destrucción, de la que nadie saldría vivo.

Oliver ya se había duchado y vestido, solo le hacía falta su desayuno. Cuando se adentra a la cocina quedó asombrado con el delicioso olor que salía de esta. Su madre estaba cocinando waffles –sus favoritos–, su padre estaba leyendo el periódico y su hermana miraba su celular, con una sonrisa en su rostro.

—Buenos días familia—. Dijo sonriendo, porque a pesar de las preocupaciones, debía ser, aunque sea un poco, feliz.

—Buenos días Oli~— la manera cariñosa por la cual su madre lo llamaba cuando estaba de buen humor— ¿Cómo amaneciste cariño?

—Bien ma, y ¿Tú?—. Beso la mejilla de su madre antes de sentarse a la mesa.

—Bien hijito—.

—Buen día, hijo—. Su padre, la persona menos cariñosa que había conocido en su vida, pero a la que más amaba.

Su hermana estaba tan concentrada en su teléfono, que no se tomó la molestia de saludarlo.

Desayuno rápidamente, ya que iba tarde para el instituto; corrió al baño a lavarse los dientes y tomo su mochila. Cuando se disponía a irse, su hermana obstaculiza su paso por el pasillo.

—Mimi, muévete, llegaré tarde—. Oliver no usaría la fuerza bruta hasta que ella dijera la verdadera razón de su molestia.

—¿Me llevas a la escuela?—. Hizo su característicos ojos de cachorro, a los que el chico no se podía resistir.

—Bien, pero si no estás en el auto en diez segundos, me voy sin ti—. Mina corrió a su habitación para tomar su mochila, y poder ir junto a su hermano a la escuela.

Ambos subieron al auto, el mayor avanzando rápidamente –porque recordemos, iban tarde–. Llegaron a la escuela en menos de diez minutos, ya que su hogar era, relativamente, cercano a la escuela.

Aparcaron en el estacionamiento de la escuela, bajo la mirada de todos los presentes, por ser los nuevos rostros, aunque, como no llamar la atención; si bajaban de un auto deportivo verde neón.

Se dirigieron hacia la oficina del director por los textos y la información que necesitaban para continuar una "vida normal" en el instituto. La mujer sentada a una distancia considerable de la puerta del director los miró por encima del borde de sus gruesos lentes, interrogándolos con su aterradora mirada.

—Buen día, nosotros somos los nuevos estudiantes; los Campbell. Venimos por nuestras cosas—.

La mujer les entregó un libro de texto correspondiente a gran parte las materias a cada uno, junto con el número de casillero y su contraseña.— Sus padres ya llenaron los formularios, pueden retirarse—.

—Gracias—. Respondieron ambos al unísono.

Al volver al pasillo principal tomaron caminos distintos, por su diferencia de edad. Oliver estaba en tercer año de preparatoria y Mina estaba en último año de secundaria.

Su lobo, Cristopher, lentamente comenzó a despertar al sentir un profundo olor a tulipanes y chocolate de su Mate, la había encontrado; no había acabado su camino por el pasillo y ella ya estaba cerca. Corrió emocionado hacia donde el olor se hacía más fuerte, que por suerte era su salón de clase.

Pero tal fue la sorpresa al encontrarse con algo que jamás creyó fuera posible; su mate era un alpha macho; un pelirrojo de ojos verdes y más uno ochenta y cinco centímetros de estatura.

Oliver comenzó a sentir que el aire le faltaba y lentamente perdió el conocimiento, pero aquel chico lo sostuvo antes de caer y cerrar sus ojos por completo.

MI MATE ES UN HOMBREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora