Capítulo 2

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Era un día normal para Axel, otro día de escuela después de unos largos dos meses de vacaciones, volviendo al lugar que para la mayoría era una tortura; excepto para él, amaba la escuela.

Su hora de entrada a la escuela era a la 8:30 am, y la hora más prudente para despertar seria a las 7:30, pero para él era mejor despertar una hora antes para tener más tiempo para todo.

Tomo una ducha, se vistió y se dirigió a la cocina para desayunar; sin embargo su madre no estaba allí, pero para él era algo a lo que ya se había acostumbrado. Tomó la nota que había en la encimera y la leyó.

Hijo, sabes que debo hacer el papeleo para poder realizar mi viaje, y salí muy temprano; tu desayuno está en el microondas. Me lleve el auto; pero puedes usar la camioneta del abuelo, JiHoon llegará en la tarde.

Te ama, mamá.

Axel desayuno mientras veía la televisión, pensando en cómo celebraría el regreso de su hermano del campamento. Se dirigió al garaje por el viejo auto que su abuelo le regalo. Como aún era muy temprano para llegar a la escuela, paso por la cafetería en la que él y su mejor amigo Aiden se encontraban todas las tardes después de la escuela.

Pidió un capuchino, subió de nuevo y siguió su camino a la escuela, aparco en su lugar de siempre, y fue caminando lentamente hacia su salón de clase, se sentó en el fondo, sacó su libro favorito, y continuo bebiendo su café.

De forma suave su nariz comenzó a detectar un olor a vainilla, café y leña, el cual identificó como el de su mate, pero ese se volvía más fuerte, por lo que supuso lo estaba buscando y solo se quedó de pie en la puerta del salón, esperándola.

Pero lo sorprendió que no fuera una ella, sino un él. Aquel chico de lisos cabellos, y bellos ojos de distinto color; lo miraba sorprendido. Al punto de quedar pálido; lo que hizo que se asustara, y se acercó temiendo que caería, pero lo sostuvo para evitar que se lastimara, el castaño perdió el conocimiento por completo.

[...]

Luego de unos diez minutos el chico nuevo comenzó a despertar bajo la mirada de todos sus curiosos compañeros y del preocupado maestro; que cuando lo vio despertar, se relajó.

El joven profesor ayudó a Oliver a levantarse de su silla, y mando al resto de la clase a organizarse en sus lugares.

—Como nuestro compañero ya se encuentra bien podemos empezar con nuestro horario—. Mientras el castaño se sentaba, el pelirrojo miraba atentamente sus movimientos.

La clase continuó con explicaciones simples de cómo se desarrollaría el resto del año, algunas risas y bromas por parte de los alumnos; cuando sonó el timbre todos suspiraron de alegría, antes de dirigirse a su próxima clase; tanto el pelirrojo como el castaño fueron hacia sus casilleros, que coincidencialmente estaban uno junto al otro.

Oliver tomó sus libros de la próxima clase, ignorando la mirada sonriente del chico a su lado y se fue directo hacia ella rápidamente. Cuando el castaño se fue, Axel saludo a su amigo que acaba de salir de su clase.

—¡Hey! Aidy~, ¿adivina a quien encontré?— dijo el pelirrojo, sacudiendo el cabello de su "pequeño" amigo.

—Primero, no me digas Aidy; sabes que solo mamá lo hacía. Segundo, no revuelvas mi cabello, tardé mucho en acomodarlo esta mañana, y tercero, supongo que a tu mate o algo así­—. Siguió guardando sus libros con desinterés.

—¡Si! Lo encontré o bueno, él me encontró—. Dijo alegremente, ignorando todo lo demás que su amigo le había dicho.

—¿Él? ¿Es un macho omega?—. Frunció su ceño porque aunque los omegas machos eran aceptados, no era muy común verlos.

MI MATE ES UN HOMBREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora