Había transcurrido dos semanas desde que Oliver ingreso al instituto, y aunque ya se había acostumbrado a no entender nada y solo disfrutar las clases de música; aún no se acostumbraba a tener una vara pelirroja detrás suyo.
Aunque Axel intentara no molestarlo –tanto– vivía detrás de él, cada el club y el comité escolar no lo tenían ocupado. Hoy era uno de esos días en el que el castaño –aunque le avergonzaba admitirlo– extrañaba al pelirrojo.
Kassy se encontraba en la silla de adelante relatando una historia muy interesante, pero Oliver no estaba prestando atención.
—Oli~ ¿Me estás escuchando?—. La rubia levanto su mano y la agitó frente a sus coloridas orbes.
—Perdón, Kassy, tenía mi mente en otro lugar—. Le sonrió —. ¿Podrías repetirlo?—.
La rubia hizo un puchero y se giró, dándole la espalda al castaño.—No quiero, no me estabas prestando atención—.
—¡Oh, vamos! Perdóname, me distraje un poco—. Rio fuerte y le hizo leves cosquillas a la rubia que también rió a carcajadas.
—B-basta Oliv-ver...—. El castaño paro con el ataque y la miró seriamente—. Esta bien te perdono... Te estaba preguntando si irías a ver el inicio de la temporada de baloncesto conmigo, en el equipo está tu novio—. Levantó sus cejas con sugerencia.
—¡Kassy! Él no es mi novio, además, el tuyo también está en el equipo—. Le picó el hombro—. Así que estaremos ahí para que babees, no para que yo lo vea jugar.
—Bien, bien, como sea, iremos a apoyar a nuestros amigos—. Sonrió antes de darse la vuelta, ya que el profesor había ingresado a la clase, sin notar la fuerte mirada y el amargo olor que el alfa rubio emitía a lo lejos, mareando a sus compañeros alrededor.
[...]
Faltaban quince minutos para que empezara el partido, y Oliver no había visto al pelirrojo en todo el día, y eso le preocupaba en demasía –aunque no lo quisiera demostrar–. Estaba a punto de llamarlo cuando Kassy llegó junto al pelirrojo riendo a carcajadas. Molestandolo un poco.
—Oliver~ Estábamos buscándote—. El pelirrojo acaricio su cabello y le mostró su siempre perfecta sonrisa de millón de dólares—. Iré a calentar, siéntense cerca de la cancha para que puedan observar bien, nos vemos—. Le guiño un ojo al castaño antes de correr a la cancha con sus demás compañeros.
—Así que, solo amigos ¿No?—. La rubia rió fuertemente al ver el rostro sonrojado de su amigo—. Ya, ya, sé que no son nada —. Levantó sus manos en señal de rendición—. Solo digo que deberías abrirte a la idea de que es tu destinado y que los Dioses tienen un plan para ustedes—.
—S-sé que es plan de los Dioses, pero ¿No les basta con mandarme como un alfa defectuoso?—. Murmuro esperando que la rubia no lo escuchara, pero fallando.
—¿Alfa defectuoso? ¿A qué te refieres? Claro, si no te molesta contarme, prometí no presionarte a decir nada, aunque mi omega me regañe por su maldita curiosidad de gato—. Rió presionando levemente su hombro izquierdo, dándole apoyo.
—¿Has escuchado de los alfas hombres que pueden reproducirse y las omegas mujeres que pueden dejar en embarazo a otros omegas? Soy un a-alfa defectuoso, debí nacer como omega, pero co-cometieron un extraño error y aquí estoy, como destinado de un alfa fantástico que-e no debería estar conmigo sino con una omega bonita como tú—.
—Ay, Oli~, cariño... Permiteme dejarte algo en claro, mi madre siempre decía que los dioses tienen un plan para cada uno de nosotros de acuerdo a nuestras acciones y cómo tomaremos las decisiones en el futuro...Lo que quiero decir, es que tienen un plan al ponerte con Axel, como dijiste el es un alfa fantástico, tanto como tú; no te menosprecies por lo que te han hecho creer que esta mal—. Lo abrazó con fuerza—. Ahora limpia esas lágrimas, y apoyemos al futuro padre de tus cachorros—.
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MI MATE ES UN HOMBRE
Teen FictionEl destino decidió que ellos deberían estar juntos, pero ¿Ellos de verdad desean estarlo? Oliver Campbell y Axel Wallace, dos alfas, pertenecientes a las manadas más poderosas del continente americano; unidos por la Diosa de la luna, Scar, para cump...