Capítulo 11

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Y ahí empezaba un nuevo día, ya a un mes de las ansiadas vacaciones de invierno. Todos estaban felices y empezando a planear a dónde irían en esas dos semanas de fría nieve, buscando un lugar para relajarse y disfrutar con sus familias, amigos y algunos, sus parejas.

Pero Oliver, extrañamente (nótese el sarcasmo), estaba ansioso, sería la primera vez que hablaría con la mamá de Axel, su futura suegra, si es que tomaba la iniciativa de pedirle al pelirrojo que fuera su novio. Se había dicho a sí mismo que no esperaría a que el más alto se lo pidiera, pero en el fondo sabía que era exactamente eso lo que deseaba.

Al llegar por una vez en su vida a tiempo a la escuela, pudo notar el asombro de todas las personas al ver la ahora azul cabellera de su mejor amiga. En especial, la mirada de aquel rubio híbrido de oso, que había estado ignorando a la linda beta con la que hablaba y quedó babeando, haciendo reír al pequeño alfa. Tal vez, dejaría de ser un imbécil pronto.

[...]

Axel estaba emocionado, la segunda persona que más amaba en el mundo iba a conocer a su pareja destinada, y esperaba que ella le encantará tanto como a él.

Sin querer, su madre había olido una de sus chaquetas al abrazarlo, y ella reconoció un olor de alfa, que no era el mismo que el de su hijo. Por lo que estaba asustada por él, pensando que había estado peleando, y le preguntó. Este sin pena contestó que había encontrado a su mate, su madre estaba muy feliz por él, pero con la duda latente por el olor a alfa, pidió que lo invitara a cenar. Eso emocionó al pelirrojo, porque ignoraba los pensamientos de todos.

Y luego de un largo día de trabajo escolar con el consejo y la organización del baile de invierno, dónde pensaba pedirle al castaño que fuera su pareja; pudo volver a casa rápidamente para ayudar a su madre a cocinar y a arreglar su casa antes de que el pequeño alfa llegara.

Mientras tanto, el pequeño alfa estaba realmente nervioso, ni siquiera sabía que usar. Sentado en su cama en medio del montón de ropa desordenada que sacó de su armario, con un leve ataque de pánico. Su hermana que pasaba por el pasillo, lo vio en medio de su desesperación y lo ayudó a escoger algo decente que consistía en un pantalón negro de vestir, un suéter azul sobre una camisa de cuello blanca y sus tenis. Bastante bien en opinión de su hermana.

Luego de arreglar un poco su cabello, subió a su auto y se dirigió a la casa del pelirrojo.

[...]

—Ma, Oliver llegará en cualquier momento y tú no te has quitado ese sucio delantal—. Dijo mientras movía suavemente la sopa en la olla.

—Tengo que actuar como que yo fui la que cocine, cariño —. El pelirrojo bufó mientras reía suavemente, su madre nunca cambiaría.

En ese preciso instante sonó el timbre, y las tres personas dentro de la casa, se entumecieron.

—¡Yo abro!—. Gritó el pelinegro mientras bajaba corriendo las escaleras.—Hola Oli—.

—Hola Hoonie—. El castaño estaba parado frente a la puerta, con un ramo de lirios amarillos.—Espero no haber llegado muy temprano—.

—Justo a tiempo, cuñado—.

Ambos entraron, uno levemente sonrojado por como lo había llamado el otro.

—Así que tú eres el Omega por el que mi hijo ha estado suspirando estos días ¿Eh?—. Dijo mientras se acercaba a abrazarlo, notando que el olor a alfa, provenía de él.

—A-ax, ¿No le dijiste?—. Miro el castaño asustado al pelirrojo.

—¿Decirme qué?—.

—Mamá, mi mate es un alfa—.

—Mierda, tu padre tenía razón—. Señaló la mujer preocupada, tomando su cabeza entre sus manos mientras balbuceaba cosas inentendibles.

—¿A qué te refieres?—. Pregunto el pelinegro.

—Calmemonos todos un segundo y vamos a la sala a hablarlo todos juntos—. El pelirrojo tomó la mano del pequeño alfa y le pidió a su hermano que llevara a su madre a la sala cuando se relajara un poco.

Después de diez minutos, todos estaban sentados en los sofás, la alfa y el beta en los sillones individuales y los dos jóvenes alfas en el sofá de dos plazas tomando sus manos preocupados.

—Ahora puedes explicarnos todo, mamá—.

—Bien—. Tomó una gran bocanada de aire y lo soltó antes de comenzar.—Ax, tu padre y yo nunca te dijimos quién eras en realidad, porque teníamos lo que pudieran hacerte si alguien más que nosotros lo sabía.

»Tu padre, era uno de los alfas con capacidad de procreación que la diosa trajo al mundo, pero fue el único que sobrevivió, todos los demás fueron asesinados por alguien que aún es desconocido para nosotros. Su objetivo era eliminar la posibilidad de que encontrarán a sus mates, que todos éramos alfas, y evitar que procrearan al alfa puro.

Tu padre y yo nos conocimos durante la universidad, y siempre creí que era un Omega, hasta que tú abuelo me contó toda la historia que la profeta de Scar le había contado cuando tú padre nació.

Nos casamos, y nunca nadie supo que tu padre era un alfa, y te tuvimos a ti, el único alfa puro.

Pero la profeta también nos dijo, que la diosa planeaba acabar con ese asesino de sus hijos y para ello iba a emparejarte con un alfa, uno con capacidad de procrear y que fueran así, la manada de lobos más fuerte.

Tu padre se negó, no quería que su retoño fuera el objetivo de ese loco, y ha estado buscando como pararlo desde que se fue hace unos años, también les mentí sobre su muerte, para mantenerlo oculto.

Y creí que lo había conseguido cuando dijiste que habías encontrado a tu mate, que era un Omega nada más, pero supongo que tu padre falló en su objetivo y ahora el futuro de nuestra raza depende de ustedes dos.«

Cuando terminó de contar la historia, la mujer estaba ahogada en lágrimas. Y era la primera vez que sus hijos veían a esa fuerte alfa llorar. Estos se levantaron y la abrazaron fuertemente, mientras secaban sus lágrimas.

Mientras el castaño, entendía todo, el secreto de su padre, la protección de esa extraña jóven, el secuestro. Todo.

—Esa es la razón por la que quisieron llevarme, eliminarme facilita todo—. Susurro mientras miraba al vacío. Todos observaron al pequeño alfa con preocupación.— Y yo lo cause todo confiando en mis supuestos amigos, todos esparcieron el secreto de la diosa, y ahora intentarán matarme cuando tengan la oportunidad. Todo por mi culpa—.

—No—. Dijo la alfa, después de limpiar su nariz con el pañuelo—. No es tu culpa, alguien estúpido decidió que no supieras tu historia completa. Pero yo no permitiré que te vuelvan a lastimar, y Arnold tampoco, me comunicaré con él y la organización, haberles contado hará todo más sencillo, su protección es nuestra prioridad—.

—¿Organización?—. Pregunto el beta.

—Si, una organización comandada por Tamala Okiro, la nueva maestra sustituta en su escuela—.

—¿Podemos confiar en ella?—.

—Definitivamente, ella ha mantenido a tu padre vivo y sin que nadie lo reconozca—. Suspiro, y se levantó de su asiento—. Pero basta de todo eso, quiero conocer a mi yerno cómo se debe, y la cena ya debe haberse enfriado—.

El castaño sonrió levemente y miró al pelirrojo, quien se levantó y lo abrazó muy fuerte mientras soltaba unas lágrimas.

Luego de todo ese ajetreo e información nueva para todos, calentaron la cena, y comieron entre risas, ignorando todo lo que se venía. En especial el castaño, que debía hablar seriamente con su padre. Pero eso sería una conversación para otro día.

Wenas :3
¿Cómo están? Hace rato no pasaba por aquí, y me hacía falta completar esto.

Ya todo el final está planeando, no sé cuántos capítulos más saldrán, pero no serán tantos, digamos que vamos por la mitad de la historia NDAKAJA.

Nos vemos en el siguiente capítulo, que en este preciso instante empezaré a escribir para que no sea tanto tiempo de diferencia con este. :3

Adio


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⏰ Última actualización: Nov 12, 2022 ⏰

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