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—Necesito tiempo para pensar, Diego. Estoy confundida, no sé qué me pasa. Aún no les he contado a mis padres sobre lo del bebé y no sé cómo van a reaccionar ni quiero que se lancen a por ti... Sé que eres joven y si no quieres hacerte cargo lo entenderé.

Me quedé en silencio, más que nada, porque me habías dejado sin palabras.

—¡Valeria! —Alguien gritó tu nombre. —¿Dónde estabas?

Era Erik. Me lanzaste una última mirada y, aguantando una lágrima, te fuiste con él.

¿Por qué siempre conseguía alejarte de mí?

Volviste a Creerme © (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora