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Final (5/5)

Cuando era pequeño, me regalaron un pequeña pájaro. Lo metí en una jaula y nunca la abría, sólo le daba de comer desde fuera. Observaba a mi mascota cada tarde y no permitía que nadie se acercara a ella. Cuando hacía ruido, gritaba o me ponía histérico.
Cuando abrí la jaula por primera vez para limpiarla, el pájaro voló. Se fue lejos y no lo volví a ver.
Creo que estaba cansado de mis berrinches y quería ser libre.

Valeria, esta vez no ha sido un pájaro, no voy a pedirte que regreses porque, al igual que él, no lo harás.

Debería haber escuchado todo lo que me dijeron, debería haber hecho caso a mi madre.

Ya me lo advirtieron y ahora no hay nada que pueda hacer, sólo observarte de lejos y ser feliz con la sonrisa que Erik te causa.

Ahora es cuando me doy cuenta de que, nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde.

FIN.

Volviste a Creerme © (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora