Me di vuelta. No.
Dios mió, aún no lo lograba. De pronto, no pude evitar reírme. Parecía una tonta, dando vueltas en la cama de la habitación de huéspedes a las tres de la mañana.
Me había desprendido en una lucha larga y estupida con la intención de quedar cómoda en la cama, pero era imposible. El colchón era viejo, lo que delataba que no lo habían usado en años.
Volví a darme vuelta. Esta vez el colchón pareció cansarse, por que cada vez que me movía hacia un ruido horroroso que no me iba a dejar dormir. No me importó. Si quería dormir, por lo menos buscaría la manera de estar cómoda.
Me harté. “Basta, así no dormiré ni dejaré dormir a los demás” Pensé. El ruido era cansador.
Me levanté y salí en puntas de pie por el pasillo oscuro. Al pasar por en frente de la habitación de los chicos, decidí que debía mirar si estaban dormidos.
Primero pasé a la habitación de Rubius. Abrí la puerta y vi que estaba totalmente dormido, revolcado sobre la cama y la colcha por el piso.
Luego me fije en la de Mangel. Tambien estaba dormido.
“No hay moros en la costa” pensé, llegando a la sala con un almohadón en mano.
Al llegar al sofá, acomodé la almohada y me recosté. Ugh, que incomodo.
Problema dos. El sofá era pequeño como para acostarse así que nuevamente empecé a hacer ruido. “Dioooooooos, si no consigo dormir me tirare por la ventana”
Ya había pasado media hora y había probado todos los lugares posibles para dormir. La alfombra, la mesa, la terraza, el piso, dos sillas juntas. Nada.
No podía estar más nerviosa y cansada, me ardían los ojos. Ya quería dormir, sentía que iba a caer dormida en cualquier lugar de la casa y me preocupaba despertar a alguien. “Que mas da” Pensé “A la mesa”
Regresé a la cocina. Luego de acostarme, recordé que allí había cosas. Me levanté de un salto para no romper nada, pero ya era tarde, había tirado un plato.
“Ugh. Genial” Pensé dándome una palmada en la cara. Era mi primera noche y ya había causado alboroto.
Bajé de la mesa para recoger los pedazos de plato roto antes de que alguien se diera cuenta, pero cuando pise… Zas. Un vidrio en mi pie.
Me mordí la lengua conteniendo el impulso de gritar, el pie me sangraba. No era grave, pero ardía.
En un nanosegundo, escuche la puerta de uno de los cuartos. Quedé paralizada. Mierda, ya había despertado a alguien.
-¿Qué haces, Carla?- Dijo una voz somnolienta.
Levanté la vista. Era Rubén.
-Ay, dios, como lo siento, es que la cama era incomoda y no encontraba lugar para dormir, entonces vin…
-Espera- Me interrumpió incorporándose- ¿Tienes el pie sangrando?
-Si, es que rompí un plato y me corté…
Puso cara de horror.
-Ven, tengo algodones en el baño
- Pero no puedo caminar…
Se quedo mirando los vidrios un momento, se acercó a mí y me levanto
-Eh.. Pero, que…
-Si no puedes caminar, ¿Qué quieres que haga? No te dejaré el pie sangrando.
Me sentía rarísima, hace solo unas horas me había jurado que les demostraría que puedo ser una diosa cuando me lo propongo, pero ya lo había arruinado. Hice ruido, Desordené muchas cosas. Rompí un plato. Los desperté. Me corté.
Que buena manera de empezar a ser una diosa ¿No? NO.
Mire su cara por un momento mientras me cargaba hacia el baño
-Te juro que puedo sola, eh?
-Shh. Mangel esta durmiendo.
Mi pie de pronto comenzó a arderme aun más. Le dije lo que pasaba y apresuró el paso.
Al llegar al baño me sentó en el retrete y se puso a buscar en el botiquín unos algodones.
Comencé a reír.
-¿De que te ríes?- Dijo el poniendo un poco de agua en la lastimadura.
-Nada es que…
-Vamos, que.
- Es que me siento una criatura. Te juro que esto lo solía hacer mi madre cuando era pequeña.
-Ah, pero no te preocupes. Me tardará dos segundos.
Y así fue. Solo limpio la herida y me colocó una curita.
Me levanté y me lave la cara.
-Hoy puedes dormir en mi cama si quieres. Entiendo que es tu primer día aquí, así que, yo dormiré en la habitación de huéspedes.
-No, claro que no. Es tu casa, solo soy una invitada. Yo dormiré en la habitación de huéspedes. Para empezar, no tendría que haber causado todo este alboroto.
Suspiró y se volteo para mirarme
-Enserio. Estaré bien. Te obligo a que duermas en mi cama. Si no, entonces, dormiré en el sofá- Dijo tomándome por lo hombros y zarandeándome en broma.
-No… De ninguna manera, yo intenté dormir allí y si yo no entro, tu menos, además no quiero causarte problemas. Enserio. YO DORMIRE EN LA HABITACION DE HUESPEDES.
-Bien. Tanto problema para eso. Tal vez podría…
-¿Que?
-Eh, no nada.
-¿Que querías decir? Vamos dime
-No, nada, estaba pensando algo, pero no. Descártalo.
-¿Que deberíamos dormir en la misma cama?
-Em…Si, esa era mi idea. – Lo miré y levanté una ceja- NO, No de esa manera –Rió- Pero, no. Seria algo raro para ti por que nos acabamos de conocer. Te incomodaré, me muevo mucho por la noche y es tu primer día aquí, tambien p…
-A mi no me molesta, si eso es lo que quieres- lo interrumpí –Yo solo quiero dormiiir- dije poniendo cara de perrito abandonado.
Me miró y rió. Luego, empezó a mover los dedos y a decir UST. Ya no entendía nada, pero me reí de todas formas.
-Bien, pero si te molesto JURAME que me despertaras. O solo tirame de la cama.
Reímos.
-Te apuesto lo que quieras a que te despiertas en el suelo.
Volvimos a reír.
Al llegar a la habitación en puntas de pie, encendimos la luz y comenzamos a ordenar la cama para dormir.
Afortunadamente, la cama era matrimonial. Hubiera muerto si solo era de una plaza.
Cada uno se acomodó en un extremo diferente de la cama.
-Buenas noches- dijo el.
-Buenas noches- respondí y apagué la luz.
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★Chica Gamer★ (Rubius & Tú) CANCELADA
Teen FictionCarla Attias es una famosa Youtuber, muy conocida por ser una de las mejores chicas Gamer de la web. Por algunas razones, viaja a Madrid, la hermosa ciudad de España, donde conoce a un chico. Su viaje era temporal, pero después, se vuelve interminab...