- y ¿bien? No responderán.- inquiere el director un poco molestó.
Sin saber que decir miro a Sebas y el mira a mi.
-he.. b-bue-eno.- tartamudeo, mierda, no me gusta tartamudear, me hace sentir imbécil. Si lo sé, yo sola me insultó.
- Dirán algo o de frente les doy su detención.- ¿Que? Mis ojos se agranda ante lo dicho, y ahí es cuando recupero mi voz.
-No puede hacer eso!- solté, sin darme cuánta de qué había gritado, ya que el director me miraba con una ceja levantada.- lo siento.- murmuró, con la cabeza gacha.
-Un lo siento no la librara tan rápido.- lo dice mirándome a mi, para luego mirar a Sebas.- Así que ambos me acompañaran a la dirección, para que me expliquen de una vez porque no estaban en clases.- dicho esto da media vuelta y sin decir nada más se encamina a la dirección, con nuestros pasos resonando tras de él.
Mientras caminó, mi mente fórmula más de una excusa creíble, pero tal parece que está de vaga, ya que todo lo que me viene es estúpido.
Ya. Solo dile la verdad.
Pufff, como si eso fuera mejor.
La verdad siempre es mejor.- dice mi conciencia.
Claro, todo será mejor si le digo al director "No entré a clases, porque me encerre en el baño para no ver al imbécil que tengo al lado, que se atrevió a robarme un beso y a amenazar me por el simple hecho de defenderme" pufff porsupuesto que el director entenderá, hasta y me consuela y todo, ¿te parece demasiado sarcasmo?
Ya entendí, a veces ni yo misma puedo conmigo.
¿Insinúas que no me soportas? Si no mal recuerdo, eres mi "consciencia" eso implica que somos la misma persona, y que debes amarme y deberme sumisión.
Cómo digas.
Ruedo los ojos ignorando por completo mi "conciencia". Al fijarme me doy cuenta de que ya estamos afuera de la oficina del director, esté habré la puerta he indica qué pasemos y tomemos asiento, mientras el hace lo mismo, sentándose al frente de nosotros.
- Y ¿bien? Ya me dirán el ¿porque no están en clases?
- Bueno.- carraspeo un poco mi garganta para no sonar tan insegura.- verá es una historia muy interesante, graciosa y tonta de verdad.- el director eleva una ceja.- la cosa ... es que... yo, bueno...¿Tuve...un pequeño... problema?.... Si, eso.. un pequeño problema que lastimosamente no puedo decirlo ya que es de extremada confidencialidad y su vida puede correr peligro.- termino de decir mientras me arrecuesto en la silla.
Estúpida, mejor hubieras dicho la verdad.
Tal vez está vez tengas razón.
