El director sé nos queda viendo por unos largos segundos, poniéndome más nerviosa de lo normal.- Bien, viendo que uno no quiere hablar y usted no dice nada en concretó tendré que castigarlos a dos horas de detención después de clase.
Sin evitarlo abro todos mis ojos, nunca en mi vida, JAMÁS me habían castigado (o bueno en el colegio) ya que trataba de pasar desapercibida para los profesores, nunca me gustó que me llamarán la atención, sea malo o bueno.
-Pe-pero...
-Nada de peros.- me interrumpe el director.- ya que ninguno me da la respuesta que necesito, están castigados, así que ya se pueden retirar.
Dicho esto nos pide que nos retiremos.
Toda malhumorada salgo del despacho.
Joder! ¿Porque tenía que pasarle esto a ella? ¿Acaso sus dioses no la querían? ¿ Estaba destinada a tan mala suerte? ¿Es que podría suceder algo peor?
Y como si sus dioses le respondieran, tropezó y cayó de rodillas, maldiciendo por lo bajó. Al menos agradecida de que no hubiera nadie, entonces escuchó una risita, bueno casi nadie, ¿Que digo? Corrección "Nadie y un asno" aún que el pobre animalito no tiene la culpa.
Sin darle importación, me levanté aunque note una pequeña molestia en la rodilla, decidida a mirar mi rodilla, volví a escuchar su irritante voz.
-No me digas que la nena se lastimo y quiere llorar.- vuelve a reírse y cambiando el tono de su voz a una más suave me dice.- ¿Quieres que te ayude a revisar eso?
Sintiendo el calor de su cuerpo emanar, me preguntó en que momento se acercó tanto, quedándome inmóvil por la cercanía, siento como su aliento choca en la parte posterior de mi oreja, haciendo que diera un pequeño brincó, (bueno en realidad uno grande) golpeándole así la nariz.