• Vida sin el cielo •

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Todos se levantaron como siempre, la rutina despertar  darse un baño e ir al comedor.

Se sentaron en sus lugares como siempre esperando el desayuno, observaron el puesto que estaba vacío, donde de sentaba el cielo, todo estaba tan silencioso, se sentía tan frío el lugar sin la calidez del cielo.

Los rayos del sol se colaban por las cortinas de la ventana pero aun así se veía tan sombrío el panorama ¿donde estaba la alegría de esa mansión?

Todas las mañanas veían al castaño sonriente por los pasillos, daba los buenos días, su risa hacia eco por todo el lugar, él iluminaba las habitaciones en donde estaba.

A veces con su forma de ser tan infantil, podía hacer a todos sonreír para que olvidarán todo.

Chrome desayunaba en su habitación al igual que Mukuro, estos no eran capaces de ver ese lugar vacío sin romper en llanto, no podía ver a los demás sin que una gran furia se apoderara de ellos, ya no les dirigían la palabra a ellos, era mejor ignorarlos.

Todo era tan frío, tan silencioso ¿donde estaba aquella dulce risa? Ya no se escuchaba por los pasillos.

Byakuran había dejado los malvaviscos, él no probaba ningún caramelo, es más la habitación que tenia llena de dulces la había destruido en un ataque de desesperación.

–¿De que sirve tener caramelos, si no puedo compartirlos con tsuna? – pregunto al aire mientras miraba en techo de su habitación deprimido

Gamma estaba preocupado al igual que las carrozas fúnebres, Byakuran se encerraba en su habitación y comía poco.

Odiaba a los caramelo con todo su ser, recordaba como tsuna y él iban en las tardes para degustar chocolates, como se divertían, lloraba, el ya no estaba, se culpaba, sin tan solo hubiera podido hacer algo.

«Aunque hubieras hecho algo, no hubiera funcionado, no te culpes »

Yuni se la pasaba todo el día en el jardín exactamente todos los martes, ya que era el día en que tsuna la llegaba a visitar y juntos cuidaban del jardín.

–No dejare que se marchiten – susurro mientras regaba las rosas que el castaño había plantado para ella

«Los cielos suelen cuidarse entre ellos, si uno cae el otro debe ayudar para que se ponga de pie »

Enma estaba en la mansión Shimon, no había tocado para nada su desayuno, recordaba que ese era el día en que tsuna y el irían a jugar videojuegos, sollozaba, trataba de retener sus lágrimas pero le eran imposible ¡él era su mejor amigo! Y aun así no se había dado cuenta de la gran tristeza que el cielo tenia.

Se sentía el peor de todos, no iba a la mansión Vongola porque no quería verlos a ellos, mucho menos al hitman ¿¡como era posible que se jactará que el castaño era como un hijo y luego rechazarlo?!

«A veces somos inocentes del dolor que pasan lo demás, el no quería preocuparte»

Todos ellos fueron salvados por el cielo, pero ellos no pudieron salvarlo a él.. No pudieron proteger esa sonrisa llena de felicidad, esa mirada de amor hacia todos.

Era irónico, quienes tenían el poder de repararlo también tenían el de destruirlo.

Xanxus estaba en la mansión Varia, miraba al cielo con tristeza ¿Si hubiera hablado todo fuera diferente? Tal vez el castaño estuviera allí con el jugando ajedrez, preguntándole como estaba Fran. Desde el día que el castaño había desapareció él no había vuelto a tomar una copa de alcohol, es más llego a tal punto de tirar todo el alcohol que estaba en Varia, ya no hablaba con el Arcobaleno del sol ya que si lo veía de nuevo, otra vez iba a intentar matarlo a balazos.

Vuelve |Editando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora