• Cielo De Los Cielos •

2.2K 232 24
                                    


Para entender el presente hay que saber lo que hubo en el pasado, para tener un buen futuro hay que sacrificar el presente....

Hace mucho tiempo incluso antes de la creación de Vindice todos tenían personas a las que consideraban sus cielos, debido a la gran calidez que esto emanaban, las personas a su alrededor rezaban para que esas miradas de amor no desaparecieran por nada y así nacieron ellos. Los cielos de los cielos, los que resguardaban del dolor a los que consideraban sus hijos, para evitar que esto sufrieran ellos crearon un recipiente para guardar todo lo malo que estaba alrededor de sus hijos.

Los protegían dejándolos en una burbuja de amor y felicidad.

A este dolor se le conoció como el pecado todas las lágrimas, sangre y gritos de dolor estaban sellados allí, desde la lejanía veían a sus hijos, sonriendo, riendo, bailando, cantando, ese era el mundo que ellos deseaba para sus hijos.

Pero que efímero fue todo aquello, la avaricia de los humanos les costo la luz de sus cielos, aquellos que eran considerados unos ángeles entre los mortales, algunos de los cielos estaban incluso al borde de la depravación, si ellos caían ahí no habría vuelta atrás.

Porque una vez que la desesperación tocaba sus corazones, se teñía de negro, algo corrosivo.

Para ello decidieron que rescatarían sus almas y cuerpos para lograr salvarlos, a cambio ellos no debían hacer aquello que los mato o hizo que los mataran, cada vez los elementos apuñalaban a sus cielos, con palabras, con acciones, con miradas.

Los cielos eran tan fuertes como el acero, pero tan frágiles como el cristal, los cielos puros ya eran considerados inexistentes, el recipiente de los pecados estaba al borde, una gota más y todo el dolor se derramaría en la tierra.

Las persona sufrirían y sentirían todo el dolor que los cielo sintieron y callaron, cada grito y ruego de sus almas, estaban al borde de la desesperación.

Las personas no entendían que una palabra se quedaba grababa en la mente, por más que ellos intentaran era imposible de borrar.

Que hasta el ser más puro puede odiar todo a su alrededor.

El guerrero más fuerte puede caer de rodillas al borde de las lágrimas.

Era una tortura para ellos ver sufrir a sus hijos, pero solo podían ser espectadores, estaba prohibido hacer algo y eso les dolía, quemaba por dentro todo su ser, querían ir y abrazarlos pero no podían, la impotencia, los cielos caídos se apoyaban uno a otros para que el dolor fuera menos. Tenían miedo el recipiente se había roto con todo el dolor y sufrimiento del cielo de Vongola.

El último cielo puro

Ellos ya no podían permitir que otro cielo fuera dañado y para ello se iba a sacrificar

Otro cielo, otro ángel, ya no pisaría la tierra...


La propia humanidad se había privado de esos angeles.

La fortaleza del último cielo los alentaba, no se dejaba caer ni vencer, pero todo tiene su punto de quiebre, y así llego ese día donde el cielo se nublo, donde ellos después de tanto tiempo lloraron y gritaron, sabia que el mundo era cruel, pero el haber quitado un nuevo cielo era horroroso.

Vuelve |Editando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora