Mi error fue perderte {Justin Bieber}

Capitulo Dos

Capitulo Dos

— ¡Llegue!—grite abriendo la puerta de casa y escuché el televisor de la sala encendido; señal de que papá estaba ahí. —Hola Papa—saludé dejando mi mochila en el sofá y me acerqué a darle un beso en la mejilla.

—Hola princesa—saludó viéndome y me senté a su lado recostándome de su pecho. Desde pequeña hacía eso cuando no me sentía bien; justo como ahora. — ¿Cómo te fue?—pregunto y negué con los ojos aguados.

—Salí temprano de la universidad y me fui un rato al estudio y me encontré a Justin—contesté y este frunció el ceño viéndome.

— ¿Pasó algo?—pregunto seriamente y negué con los ojos aguados. Sabia que había pasado algo; me conocía muy bien. Siempre que se trataba de Justin, el se preocupaba.

—Se peleó con Paola y me pidió un consejo—contesté encogiéndome de hombros fingiendo que no me importaba, pero si lo hacía. Odiaba ser la confidente de Justin, de tener que fingir interés por sus problemas con Paola y darles consejos de amor cuando mi vida amorosa era un asco. Cuando mi corazón seguía latiendo por el. —No aguanto más Papa—dije con la voz quebrada y este suspiro. No era la primera vez que venía a sus brazos a quejarme de lo harta que estaba de Paola, de lo dolida que me sentía al ver que Justin había continuado con su vida como si nada, harta de seguir sufriendo por algo que ya no valía la pena. —Escucharlo decir que sin ella no podría vivir, que ella es su mundo me duele porque él me decía lo mismo cuando estábamos juntos—solloce abrazándolo y papá besó mi cabeza.

—Princesa basta—dijo—No sirve de nada que te sigas menospreciado, ya no tiene caso—dijo acariciando mi cabello— Desde un principio te dije que te alejaras de Justin porque te iba a lastimar y tu no me hiciste caso ___—suspiro— El ama a Paola y esa es la verdad,  aunque duela—sollocé aferrándome a él. —Debes salir adelante, ya eso pasó ___, perdiste a Justin para siempre—dijo y asentí porque sé que tiene razón. Había perdido a Justin para siempre.

—Gracias Papa—dije limpiándome las lagrimas y me puse de pie. —Buenas Noches Papi—dije y este sonrió. Me alegraba que él no me diera la espalda.

—Buenas Noches, mi pequeña—dijo e iba a subir las escaleras, pero Papa me llamo. —Tu madre llamo y quiere hablar contigo—dijo y asentí subiendo a mi habitación. Me tire en la cama y suspire. Tanto que hable de que nunca sería como mi madre y mírame, termine igual que ella. Engañe al hombre de mi vida por un error. Mi padre cuando se entero del engaño de mama, ya que ella mismo se lo confeso, mi padre la perdono y le pidió el divorcio. Antes, mi padre se echaba la culpa y se preguntaba que hizo mal, pero con el tiempo cambio todo. Lo mejor de todo es que mis padres están reconciliándose, por así decirlo. Salen a citas y platican como los mejores amigos que son. Es raro que tus padres luego de separarse estén juntos otra vez,  pero me alegro por ellos. Aunque yo no sea feliz, ellos merecen serlo. Me di una rápida ducha y me acosté en la cama mirando al techo. Ahí estaba la foto de Justin y mía que nos tiramos el día en que nos conocimos en el parque. Suspire mirando alrededor de mi habitación. Estar rodeada de fotos de ambos me está haciendo más daño. Suspire al escuchar la canción de Christina Peri, thousand years.

—Hola—dije sin apartar la vista de la foto.

—Tengo algo que decirte—dijo Justin y me senté en la cama.

— ¿Qué pasa?—pregunte preocupada.

—Paola y yo acabamos de reconciliarnos—dijo y apreté la mandíbula. No tenía nada que decir, debía dejarlo pasar. –Y vamos a ir a la casa de playa—dijo y mis ojos se aguaron. ¡No! El no puede llevarla ahí. Esa casa es de ambos sí, pero ahí nosotros compartimos momentos felices. Ahí fue donde tuve mi primera vez, ahí vivimos de casados. Tenemos muchos momentos maravillosos ahí, el no puede hacerme esto. ¡El no puede llevarla ahí! simplemente no. –Espero que no te molestes—dijo y tire el cojín furioso. ¿Cómo me pedía que no me molestara? ¿Acaso era estúpido o qué? No puede llevarla ahí, el tiene que respetarme, respetar lo que tuvimos. — ¿___?—llamo preocupado al escuchar el sollozo que se me escapo. Mordí mi labio para que no me escuchara. No tenia caso. — ¿Pasa algo?—pregunto.