Capitulo III

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Llamé enseguida a Vera, cuando llegó a la habitación se asombró al ver la fotografía en el suelo.

-Kendall... ¿no la habías dejado en tu casa?- preguntó Vera aterrada, yo asentí.

-Vera, pienso que puede ser alguien que nos esté jugando una broma- realmente esperaba que fuese eso.

-No sé Ken, creo que deberíamos llamar a la policía entonces.

-Yo creo que es mejor que llamemos a Juan, la policía no tendrá nada que hacer...- Ella accedió recogiendo la foto, colocándola en la mesita.

A la mañana siguiente Juan, el novio de Vera, ya estaba en la casa con sus pertenencias. Su presencia nos hacía sentir tranquilas, por lo que pude dormir mejor esas noches; ya las voces no se oían, yo me sentía mejor, quizás todo si había sido una mala jugada de alguien, creíamos que todo había acabado. Hasta que una noche, Vera y yo platicábamos en la sala cuando Juan se acercó a nosotras.

-¡Oigan chicas! Me voy a dar un baño- dijo él abrazando a Vera, ambas asentimos sonriendo.

Vera y yo seguimos platicando por un buen rato hasta que escuchamos un fuerte golpe en el baño, nos asustamos y subimos de prisa las escaleras. Vera tocó la puerta.

-Juan ¿Todo está bien?- preguntó Vera, no hubo respuesta, me vio aterrada esperando lo peor y volvimos a tocar con la esperanza de que Juan respondiese, pero nada. Mi pesadilla había comenzado de nuevo.

Aparté un poco a Vera y abrí la puerta lo suficiente para que solo yo pudiese asomarme, estaba nerviosa. La imagen que contemplé era aterradora, la tina estaba hasta el tope de agua y la mitad del cuerpo de Juan estaba dentro de ella, ahogado. El agua estaba teñida de rojo, sería sangre... Miré a Vera con los ojos llenos de lágrimas.

-Vera ve a llamar a emergencias- dije sin dejarle ver el aterrador escenario.

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