Capítulo 1.

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Me llamo Julia, 25 años, trabajo en la empresa de mi padre, aunque también poseo una pequeña floristería, herencia de mi abuela. Vivo en un pequeño apartamento con mi pareja, Mario.

Si me preguntas hace unos meses, te diría que mi vida es perfecta, me iba bien en el trabajo, amaba a mi familia, estaba locamente enamorada y me sentía muy afortunada de las amigas que tenía, me sentía feliz, lo era.

Pero todo cambió hace unos meses, mi mundo maravilloso, se derrumbó.
¿Alguna vez habéis oído sobre las relaciones tóxicas? Bien, pues yo estoy en una de ellas. Y como ya he dicho, no era así hasta hace unos meses.

Nuestro primer año rebosaba de amor, en cada palabra, en cada detalle, en cada gesto.

Nos conocimos a la salida de una cafetería, lo típico, chica conoce chico, se gustan, quedan varias veces y empiezan a salir.
Era como un cuento de hadas, incluso decidimos mudarnos juntos, él ya hablaba de familia y todo, para mí era un poco pronto, no es que no lo quisiese, es que no sentía ganas de formar una familia tan rápido.

Era súper atento conmigo, me acompañaba a todos lados, le encantaba que fuésemos al cine, a comer fuera, a salir con sus amigos, con mis amigas.
Me sentía bien con él.

Y poco a poco todo cambió; ya no quería que saliese con mis amigas, le molestaba que llamase a mi familia, cuando no le gustaba mi ropa me decía que me veía fea, ya no quería que saliéramos tanto como antes.

Pensaréis "eres tonta, deja a ese chico ya", pues bien, lo he pensado varias veces y no soy capaz, creo que si lo dejo, me quedaré sin nadie, él me ha dejado sin nadie. Y me da miedo.

La última pelea que tuvimos fue el día de su cumpleaños. Días antes me dijo que quería que le comprase un auto, le dije que no es que me faltase el dinero, pero era un gasto muy importante y él ya tenía otro casi nuevo, que le podía regalar otra cosa más económica.

Se enfadó bastante, discutimos y ahí quedó el tema. Días después, fui a una joyería del centro y le compré un reloj que sé que le gustaba de hace mucho, esto compensaría el coche.

El día de su cumpleaños, llegué antes a casa, suelo llegar a las 6 de la tarde porque me gusta pasarme por la floristería, pero ese día tenía pensado darle una sorpresa y necesitaba tiempo.

Le preparé una cena, decoré un poco el salón y envolví el reloj.

Cuando él llegó, todo estaba listo, parecía de buen humor y le encantaba mi sorpresa, todo estaba saliendo genial

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Cuando él llegó, todo estaba listo, parecía de buen humor y le encantaba mi sorpresa, todo estaba saliendo genial. O eso pensaba yo, cuando le entregué el reloj, se puso como una furia al descubrir que no le había regalado el coche, empezó a gritar, a tirar cosas al suelo, a decir que le había amargado su cumpleaños y se fue. Me dejó sola durante toda la noche.

Desde entonces todo ha ido a peor.

Flores para Julia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora