Capítulo 8.

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Julia.

Consigo esquivar a los empleados que me encuentro de frente, su caras confusas no me afectan, lo único que quiero, es llegar al baño más cercano.

Cuando entro, me encierro en un cubículo y dejo que las lágrimas que llevo todo el camino intentando reprimir, salgan.

Su tacto, su mirada, sus palabras, arden tanto ahora mismo. Lo último que quería es que alguien descubriese estas marcas.
Se me ha ido completamente la cabeza ahí dentro y ni siquiera recuerdo cómo llegue a quitarme la camisa.

No quiero salir de aquí hasta que todos se hayan marchado. No quiero escuchar más cuchicheos y mucho menos encontrarme con ese hombre.

Lo único que saco positivo de todo aquello, es que por un momento, he sentido seguridad otra vez. La seguridad que le había otorgado ese abrazo aunque solo hubiesen sido unos segundos. Y eso me aterraba.

Alessandro

Una parte de mi cabeza me pide que vaya en busca de la chica y la otra, que deje de perder el tiempo y continúe con mi trabajo.

Decido ir tras ella, no podría sacarme de la cabeza todo lo que acaba de ocurrir y me arrepentiría de no haber ido a buscarla.

- Perdone, busco a una chica joven, alta, camisa blanca y cabello castaño, ha salido del ascensor hace nada - pregunto a uno de los chicos que trabaja en la planta.

- No tengo ni idea de quién me hablas - me responde para mi mala suerte.

- Yo sí - me responde una chica, colándose en nuestra conversación, si hubiese sido otra situación, le habría recriminado su intromisión - lleva un rato en el baño.

- Gracias - ni siquiera le doy tiempo a responder cuando entro al baño de señoras. Agradezco que no hay nadie más dentro y cierro con cerrojo.

Me acerco al único cubículo que está cerrado y toco, esperando su repuesta.

- Está ocupado - su voz me confirma que es ella la que está dentro. Y menos mal, si me llego a equivocar, mínimo me cae una orden de alejamiento con una desconocida.

- Lo sé, soy yo - en verdad no había pensado qué decir antes de venir - bueno, es un poco estúpido lo del soy yo, ni siquiera sabes mi nombre. Nos hemos quedado encerrados en el ascensor hace un rato, mi nombre es Alessandro.

Espero su respuesta pero al ver que pasan unos minutos y no la encuentro, vuelvo a tocar la puerta.

-¿Te encuentras bien? Juro que si no contestas voy a tirar la puerta abajo para asegurarme de que estás bien.

- No, no lo hagas, estoy aquí pero por favor , vete.

- No me voy a ir hasta que hablemos.

- No hay nada de lo que hablar, no nos conocemos de nada y esto es absurdo - me responde.

- Absurdo es que te escondas en el baño como si tuvieses 5 años - intento relajarme, lo último que quiero es volver a hablarle mal - quiero pedirte una disculpa.

- ¿Una disculpa?

- Sí, una disculpa, creo que las dos veces que nos hemos encontrado, me he comportado un poco grosero - si me llegan a decir esta mañana, que estaría disculpándome con la chica del atropello, me hubiese reído en su cara.

El sonido del cerrojo me indica que va a salir y me alejo un poco de la puerta para darle espacio.

-No puedes contarle a nadie lo que ha pasado en el ascensor- su voz muestra miedo y algo de vergüenza.

-No puedes pedirme que haga eso, no después de ver esas marcas- en verdad no sé cómo afrontar el tema con tranquilidad, nadie merece algo así, es un tema que me hierve la sangre.

-No es asunto tuyo- suelta un suspiro y me mira- hagamos como que nada ha pasado, ¿vale? Traerá más problemas y no q.. -unos golpes en la puerta nos interrumpen.

-¿Quién ha cerrado la puerta? Necesito entrar, es una urgencia - golpean un par de veces más y nos miramos sorprendidos.

-Enciérrate en uno de los baños y no salgas hasta que te avise - me empuja hasta unos de los cubículos y cuando intento recriminarle, me tapa la boca con la mano- ¿a caso quieres un escándalo de este tipo en la empresa? - definitivamente no, no quiero más problemas con esta empresa y coopero.

Entro al baño y cierro la puerta, esto es vergonzoso, es el día más extraño de mi vida y eso que una vez vi como unos colegas de la universidad se vestían de pollo para ir a clase, una apuesta decían.

Me quedo en silencio, escuchando tras la puerta, esperando que me avise para salir. Le oigo abrir el cerrojo y la puerta.

-Perdone, he cerrado la puerta sin darme cuenta, supongo que será la costumbre - la oigo excusarse.

-Creí que explotaría ahí mismo- dice la otra voz, demasiada información.

Escucho como alguien se mete en uno de los cubículos y espero que la chica me abra la puerta, debí preguntarle su nombre.

Miro el teléfono, han pasado 40 minutos, desesperado me toco el pelo y tiro de él. ¿Cuándo piensa avisarme? En este rato he escuchado cosas que desearía no recordar en la vida.

Cansado de tanto esperar, abro la puerta, esperando no encontrarme a nadie. Y por suerte, así es, no hay nadie, ni la chica. Maldita sea, ha vuelto a huir de mí. Intento salir del baño, lo más calmado posible, no olvidaré el día de hoy tan fácilmente, al igual que no creo poder olvidarme de esa chica.



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⏰ Última actualización: Mar 10, 2019 ⏰

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