Capítulo 11: Welcome Back

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Sintió una suave luz abrazarla para abrir sus ojos lentamente y verse en la absoluta oscuridad, en la nada. Amy buscó vagamente con la mirada algo que le indicará que no yacía sola, sin embargo, no pasó. Se abrazó a sí misma soltando aquel dolor que había llevado durante tanto tiempo y así llorar en lo que asumió sería su castigo por perder el juego de Midnight; ahora Shadow, Sonic y ella misma yacerían en las tinieblas durante toda la eternidad, sin consuelo, sufriendo cada instante de su estadía en el inframundo por sus malas decisiones.

–Lo lamento tanto– sollozó mientras sus lágrimas libres empapaban sus mejillas.

Mi querida Amy...– escuchó decir entre la oscuridad deteniendo su inconsolable llanto y así buscar aquella voz que la llamaba entre las tinieblas, sin poder distinguir nada frente a ella. –Haz trabajado tan duro... y sufrido tanto.

Una luz brillante la cegó momentáneamente para dejar ver así a un rostro familiar aparecer desde las alturas –¡Midnight!– exclamó para retroceder aterrada a lo que pensó sería su verdugo, hasta que una expresión generosa y gentil la hizo detenerse. Unas alas blancas se desplegaron para inundar todo con albor y unos ojos azul cielo la observaron con gentileza mientras descendía hacia donde ella estaba. –Tú no eres...

–Mi nombre es Dawn– se presentó la espíritu para tocar tierra firme al fin –Dawn the Spirit, por fin nos conocemos.

–Es decir... ¿que no estoy en el inframundo?– cuestionó Amy confundida intentando vislumbrar algo en la absorta oscuridad.

Dawn se hincó a su nivel para así verla con dulzura y al fin decirle en suave voz: –Lograste ganar el juego– indicó serena. Sus palabras asombraron a la eriza, quien observaba incrédula a la gemela exacta del espíritu de la luna. –Mi hermana ideó el último reto pensando en algo que creyó sería imposible... que tú te arrebataras tu propia vida, pero obviamente se equivocó.

–Es decir... ¿no debía matar a Sonic?– intentó comprender la eriza.

–No– espetó –Debías de eliminar a la causa de su muerte.

–A mí– murmuró sintiendo aquel agónico dolor recorrerla nuevamente. Sus palabras dulces apuñalaron su maltrecho corazón. Midnight se lo había dicho antes, la razón de las desdichas de Sonic y de morir siempre había sido ella... fue tan obvio y a su vez tan imperceptible. Gotas saladas sobresalieron de sus ojos nuevamente, unas que parecían provenir de una fuente infinita de dolor y miseria, uno que se albergaba en lo más adentro de su ser. Sintió como la desesperación la abrazaba y la culpa empezaba hacer de su mente su nuevo hogar. –¡Todo esto pasó por mi culpa!– vociferó soltándose a llorar.

–Mi querida Amy– murmuró la espíritu al verla taparse el rostro con la mano y lamentarse. Dawn se acercó a ella para abrazarla de pronto. Amy detuvo su llanto al sentir el tacto de la diosa de la luz, sorprendiéndose por la calidez que emanaba –Lamento no haberte podido ayudar antes... lamento todo lo que has tenido sufrir– le murmuró mientras la envolvía en el más cálido y reconfortante abrazo jamás recibido –No está en mí cambiar el destino de nadie, pero tú...– pausó para separarse de ella y ver sus ojos que derramaban culpa y dolor –, tú haz hecho algo casi imposible– dijo con orgullo –Ganarle a la muerte; y ahora podrás regresar a tu mundo y presenciar lo que tu sacrificio ha logrado.

Amy observó con intriga al espíritu de la luz, quien la miraba con gentileza, una que ella sabía que no merecía. No podía imaginar regresar a casa y ver a Sonic, a uno que había intentando matar... de nuevo tomando la decisión equivocada. La única razón por la que había ganado el juego de Midnight había sido por cobarde.

Amy's NightmareDonde viven las historias. Descúbrelo ahora