Capítulo 9: Una Última Oportunidad

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Abrió sus ojos de golpe para que las explosiones a su alrededor la ensordecieran. Amy se levantó atontada, sintiendo como un líquido caliente recorría sus sienes. Colocó su mano a un costado de su cabeza para así ver su guante manchado de sangre. –Una herida...–murmuró con una expresión estoica. Explosiones iban y venían a su alrededor, sin ella inmutarse ante el suceso. Verlo fallecer frente a ella tantas veces habían cambiado algo en ella... algo había muerto junto con él.

–¡Rose!– escuchó decir para ser halada con fuerza obligándola a ponerse en pie y ver a Shadow sacarla de la zona de tiro –¡¿Qué demonios haces?! ¡Muévete!

Amy vio sobre su hombro para notar el terreno desierto cubierto de explosiones y nubes de polvo que le impedía ver de dónde provenían los tiros o por qué estaban en dicho lugar. Shadow la tomó de la muñeca con fuerza corriendo a ciegas sobre el terreno irregular, ella lo siguió sin oponer resistencia para así encontrar lo que parecía una salida a la guerra que florecía a sus espaldas. Shadow la guío detrás de un derrumbe de rocas en donde podían esconderse de las explosiones vecinas.

–¿Estás bien?– inquirió el erizo negro, a lo que ella no respondió, aún con aquella mirada perdida –Veo que te lastimaste la cabeza– señaló él ante su silencio.

–Umm...– murmuró sin ánimo alguno –Como siempre– musitó con una expresión estoica.

–Rose, respecto a lo que pasó...

–¡La encontraste!– escucharon decir para ver llegar a Rouge por los cielos vestida con ropas de estilo militar –¡Debemos irnos, los demás no resistirán mucho tiempo!– apresuró.

–Entendido– asintió el erizo negro –Ven, debemos de regresar a la base.

Amy subió su mirada desganada para verlo directamente sin responder a sus órdenes. La luz de sus ojos se había desvanecido por completo. Shadow se acercó a ella para colocar ambas manos sobre sus hombros y cambiar aquella típica expresión seria por una de consternación y pena.

–Aún no ha acabado– murmuró el erizo negro, casi como una pequeña luz de esperanza. Amy empuño sus manos con fuerza para entrecerrar sus ojos para sentir de nuevo como éstos se humedecían, derramando así, una lágrima traicionera –Encontraremos la forma.

–¡Shadow, Amy!– llamó Rouge seguido de una explosión –¡Moriremos aquí si no nos movemos!

Shadow asintió la cabeza viendo a la eriza una última vez –Andando– insistió él.

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Llegaron a una extraña base-caverna en lo más profundo de la ladera de un cañón, ocultó de la vista de cualquier invasor. Observó a varios de sus amigos ir y venir, así como a otros que no reconocía. No sabía realmente dónde estaba, pero tampoco pareció importarle. Amy escuchó a Shadow hablar con Rouge sobre ciertas medidas de seguridad a tomar, extrañándole la facilidad con la que él se movía en aquel mundo bizarro y nuevo.

–Bien, así lo haremos– asintió Rouge a algo que no alcanzó escuchar –Ahora iré por él, seguramente se sentirá aliviado que Amy esté bien.

–De acuerdo– dijo Shadow para verla partir. El erizo negro regresó su mirada a Amy, quien yacía inmóvil en su lugar –Vine un par de horas antes que tú– expuso –Parece que nos encontramos en guerra contra Eggman– explicó brevemente la nueva situación donde se encontraban, a lo que ella no respondió –Escucha, este mundo es muy diferente al anterior.

–Sí– soltó ella estoica –Aquí él sigue vivo– completó cortante.

–¡Basta!– amenazó el erizo negro ­–Deja de hacer esto, deja de culparte por lo que pasó antes.

Amy's NightmareDonde viven las historias. Descúbrelo ahora