EMMA, EMMA WALSH.

24

   Llevaba caminando junto con Drew y Melissa tres días. Nuestro destino era Terminus.
   El camino era largo, pero el final iba a ser recompensado.  Ya nos habíamos cruzados varias hordas de caminantes, algunas venían de la dirección de la prisión.
   

— Tomá. — me extiende Drew una botella de agua.

— No, guardala.— contesto — No la necesito.—

— Emma... — reprocha — debes beber un poco, hace un día no te hidratas. —

— Tranquilo, Drew, estoy bien. —

    Melissa y él doblan sus labios y hacen un gesto de reprobación.

— Dos. —

   Lo único que puedo decir es que llegué solo con Melissa a Terminus y solo que había era una pequeña bola de humo y caminantes

— Sigamos explorando. — dice ella.

— Estoy agotada. — me quejo

— Yo también, debemos buscar una cabaña. Creo que va a llover. — opina ella mirando el cielo

— Vamos. — le hago señas apuntando hacia el bosque

    Empezamos a deambular por ahí. Solo logramos cazar tres ardillas y matar unos diez caminantes. Estabamos tan aburridas que los contamos.

[...]

Una semana después...
   No parábamos de caminar, el lugar estaba desolado. Ni un caminante a la vista.

    A lo lejos ambas podemos ver como una camioneta pasa. Empezamos a correr hacia allí.

— Por ahí. — señala Melissa un auto lleno de polvo

— ¿ Sirve? — pregunto

   Saco mi pistola y reviso el perímetro.

— ¡Lo logré! — exclama mi amiga — Sube, Emma. —

   Rápidamente con la manga de mi campera limpio un poco el parabrisas,  que estaba lleno de polvo,  y entro en el auto.

— Síguelos. — me apresuro a decir

— Nosotros podremos. — alienta Carl

— ¡Bienvenidas! — nos recibe un adolescente

— Gracias por dejarnos estar aquí. — agradece Melissa

— De nada — contesta el muchacho —. Somos pocos y no tan inteligentes como para que uno lidere. Ustedes se ven inteligentes, astutas. Por ahí, con votación, podrían liderar este lugar. — nos informa

— Eso sería grandioso. — dice Mel — ¡Emma!, ¿qué opináis? —

— Por mí está bien. — hablo, por fin, por primera vez.