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Styles esperaba en el vestíbulo del spa... impaciente. Jase, Beck y Dane lo flanqueaban. Sus grandes cuerpos se comían cada pedacito de espacio, haciéndole pensar que ellos cuatro eran más altos y más anchos que las personas que normalmente visitaban el lugar, porque maldita sea, ¿alguno de ellos eran sardinas?

No habría sido tan malo si la recepcionista no hubiera mirado a Styles como si fuera un oso de circo con un tutú.

—Eres Harry Styles, —dijo finalmente. —Acabo de ver tu foto en la edición de esta mañana de Other Worlds Daily.

Ah. Hacía aproximadamente una hora, un reportero -Dan algo- le había enviado un link por correo electrónico para acceder a un artículo en su página web.

Título: Game On.

Primera línea:
Harry Styles, creador de algunos de nuestros videojuegos más queridos, es un hombre de riqueza y renombre y, al igual que los personajes a los que da vida, tiene su selección de bellas damas, aunque parece que finalmente ha hecho su elección.

Había fotos de él en la fiesta, varias de él mezclándose con sus amigos. Más de él con _______, sus brazos envueltos apretadamente alrededor de ella, su atención tan intensamente centrada en ésta que era obvio que el resto del mundo había dejado de existir para él.

Ver su deseo por ella expuesto descaradamente lo había dejado tambaleándose. Le hubiera asustado hasta la médula... si no hubiera visto el deseo de _______ por él con la misma claridad.

Había impreso las fotos y planeaba enmarcarlas.

Incluso había habido un par de fotos de él con la morena que lo había acorralado y le apretó la corbata mortalmente.

Ella le había hecho varias preguntas acerca de su trabajo actual, casi entrando en pánico cada vez que él trataba de alejarse. Lo cual ahora tenía sentido. Ella también era una periodista y estaba en la fiesta sólo en busca de una historia.

—¿Puedo tener su autógrafo? —, preguntó la recepcionista.

—Claro. —Firmó un trozo de papel en blanco.

—¿Cuánto falta? —Beck cambiaba su peso de un pie al otro, incapaz de ocultar su impaciencia.

—Sólo unos minutos más. —Ella le sonrió a Styles. —Se están vistiendo.

Pese a que Jase había dispuesto que las chicas fueran mimadas, Styles había insistido en pagar la parte de _______ de la factura. Amaba a Jase, moriría por él e incluso mataría por él, pero no había manera en el infierno que el dinero de su amigo financiase cualquier cosa que tenga que ver con ________.

El sentido de posesión de Styles simplemente no lo permitiría. Ella es mía.

Ya sea que estuvieran juntos o no.

Y, en realidad, le gustaba la idea de que el dinero que se había ganado pagase cosas que la hicieran feliz. Había tenido una maldita erección cuando le había dado la llave de su nuevo coche.

—Debería haber seleccionado un spa en Strawberry Valley, —Jase murmuró. —Por lo menos, el Sr. Rodríguez podría haberles proporcionado un retoque, y podríamos haberlas recogido una hora más tarde.

—Rodríguez se especializa en cortes de moda, —le recordó Styles.

—¿A dónde quieres llegar?

—Odio decirles esto, pero ambos son unos aficionados. —Beck les dirigió a ambos un ceño fruncido de lástima. —No pongas a tu chica en las manos de otra persona. Prepárale un baño de burbujas, enciéndele algunas velas, píntale las uñas de los pies, y de repente eres lo mejor que le pueda haber sucedido nunca, y así nunca tendrás que salir de tu habitación.

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