Capítulo 13

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- Será mejor que no vuelvas allí dentro - la voz de Alex detiene mi paso decidido.

¿Por qué demonios no puedo divertirme? Prácticamente he estado en esta fiesta una hora, merezco divertirme de la misma forma que los demás.

- Volveré allí adentro, ¡no me vestí ni me maquillaron para nada! ¡Tuve que pedirle a una desconocida que me pintara el rostro! - grito sintiendo náuseas. Oh no por favor.

- No fue en vano, yo pude observar cada una de tus maravillas, las siete maravillas las vi en ti -¿como se respira?-. Amo como luces esta noche. Me vuelves loco chica, no puedo evitar pensar en tus labios sobre los míos, como en aquella mini pista de baile.

Alex Lawrence me ha dicho eso, ¿el lo dijo? diablos, lo hizo. Respira, Woks, respira. ¿Cómo respondo a eso? ¿Hey guapo, gracias -guiño-?

Miles de ideas aparecen en mi cerebro a la velocidad de la luz, prohibiendo que alguna palabra salga de mis labios... Maldigo a wattpad, oh no, me maldigo. 

- Vuelve a tu fiesta, Alex, adiós -involuntariamente digo aquella estupidez-.

Mi trayecto lo hago a pie, luego de llamar un taxi para Chels y estar tranquila. 

«Las siete maravillas las vi en ti» «Vuelve a tu fiesta, Alex, adiós» 

La rabia se desata contra un pobre árbol pero aquellas palabras rondan por mi mente, ¿por qué actué de esa forma? Me porté como toda un zorra acostumbrada a los halagos por parte de los chicos, nunca me tratan así y ahora me da igual sabiendo que es el chico que me atrae. La mansión Willis se hace notoria al final de la cuadra y conforme me acerco a esta, las pulsaciones se aceleran en mi cuerpo, ¿qué pasará en cuanto los hermanos vuelvan?. Llego a la puerta de la residencia, pero en lugar de entrar me siento en los dos escalones, de nuevo pensando en mi forma de ser, en que soy un completo desastre, en que sin darme cuenta estoy sola, no tengo a nadie con quién poder ser honesta en cuanto mis emociones, solo soy yo: Una chica que cree que es inocente, pero en realidad en cualquier momento podría lastimar a las personas a su al rededor, como probablemente lo hice con Alex. No merecía que fuera tan dura con el, merecía un "gracias", como mínimo. Las lágrimas caen en mis rodillas y junto a ellas, algunas gotas de lluvia que me obligan a entrar al acogedor hogar.

De forma lenta retiro los tacones y cierro la puerta, escuchando como el aguacero estampa violentamente contra el techo. Un relámpago ilumina el lugar dejándome ver hacia donde caminar en la oscuridad. La habitación de Jack, al llegar, está reluciente gracias al trabajo de la señora Ellie.

Me desvisto un poco mareada y molesta por el desagradable sabor a licor que hay en mis papilas gustativas. La blusa a tirantes blanca y los shorts morados, me bastan como pijama. Guardo el vestido, los zapatos y me siento en uno de los sillones blancos cerca del balcón. La lluvia se intensifica y de momento pienso en mis padres, en cómo estarán y qué estarán haciendo. Probablemente disfrutando en aquel viaje, y yo aquí sintiéndome como una torta de estiercol. Me dirijo a la cama un poco dudosa pero, maldición que estoy muy cansada. Delicadamente pongo las pesadas mantas sobre mi cuerpo frío. 

Los rostros angelicales de Alex y Jack se hacen presentes en mis pensamientos, recuerdo cada insulto, cada broma pesada, cada vez que me sentí miserable gracias a Willis y sin controlarlo, el llanto sale a flote, poniendo una almohada sobre mi cara ahogo un sollozo. Miserable, esa es la palabra que me define, ¿qué pasaría si un día llego a morir? En algún momento todos nos hemos hecho esa pregunta y es cuando más solos nos sentimos, cuando más necesitamos el apoyo de las personas que prometieron estar a nuestro lado. ¿Pero saben lo bueno de esta situación? No tengo por qué estar molesta con nadie, ninguna persona me prometió no dejarme sola, nadie. Debo empezar a valorarme justo como lo dijo Alex. 

Entre lágrimas y pensamientos, soy arrullada por la lluvia.

Un horroroso golpe me despierta, ¿estoy ciega? ¿qué está pasando? ¿por qué no puedo ver?

- Muy buenos días, querida señorita Natalie -Jackson se encuentra ebrio, ahora entiendo. Aún es de noche, probablemente madrugada-.

- ¡Shhh! - articulo mientras me levanto de golpe a encender la luz, si sus padres se despiertan y notan en las condiciones que está, sufrirá terribles problemas.

- No no no, na sh sh sh. 

Al prender la luz, Jack tapa sus ojos, pero yo me quedo estupefacta al ver como luce. Tiene su rostro cubierto de sangre junto con la camisa y la cara afectada por distintos colores. Sin duda, tuvo una pelea.

- ¿Qué demonios crees que haces? - me apresuro a cerrar la puerta, ¿qué debo hacer? No me esperaba esto, para nada.

- El maldito de Alex Law-Lawrence se metió en-en situa-aciones que no eran de su puta-de su puta incumbencia - ¿Alex? ¿En una pelea con el? Debe ser una broma.

- No te creo. Probablemente fue en una de esas estúpidas y absurdas competencias de tragos, de esas en las películas. ¿No es así?

- Basta, te ves demasiado hermosa cuando estás molesta -ya va a empezar-.

- ¿Por eso es tanto bullying? -lo tomo del brazo para conducirlo a la cama.

- Te molesto porque amo la forma en que me temes y la forma en la que, de alguna manera, sabes que hay algo fuerte entre tú y yo.


• No hay final feliz •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora